10 ᴅᴇ Fᴇʙʀᴇʀᴏ ᴅᴇʟ 2000: Lʟᴜᴠɪᴀ

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- ¿Qué es lo que harás? - Dijo Luis ya casi sin voz y sin una gota de fuerza, sus piernas estaban casi dormidas, estaba al borde de perder la conciencia

-Ahora lo verás...- dijo su tío - Agárrenlo, arrodíllenlo y dispárenle nuevamente a su esposa- dijo y así lo hicieron sus hombres, cuatro de ellos agarraron a su padre y lo arrodillaron, y uno de ellos alzó su arma, pero su tío lo detuvo- No... esta vez yo lo haré- y arrebatándole el arma a uno de sus hombres le disparó a su cuñada

- ¡No! ... ¡No!... No...-Le dijo Luis a Andrés, mientras forcejeaba, pero fue inútil, esos hombres eran muy fuertes.

- ¿Ya estás convencido de que Samantha está muerta o quieres que le den otro? - Dijo sonriendo mientras veía como a Luis se le marcaban las venas de la rabia

-Detente ya basta... - Dijo Luis mientras lloraba desenfrenadamente y se tapaba los oídos mientras cerraba fuertemente los ojos

-Bueno, pero antes terminemos lo que comenzamos~ -Dijo Andrés mirando a su hermano mientras le sonreía tiernamente y agarraba su arma de la mesa (Era la única arma plateada y tenía" Andrés Mendoza Solano" en una de sus esquinas indicando que él era el líder)

-Estás enfermo...-Le dijo Luis a Andrés mientras lo miraba a los ojos con odio

-Que lastima, te llevarás esos pensamientos a la tumba :D -Le dijo Andrés ampliando aún más su sonrisa, mientras colocaba su arma en la cabeza de su hermano - Adiós~ que te vaya bien en el otro mundo y espero que en tu próxima vida no seas un soplón, mucha suerte~

- ¡Espera!, antes de que dispares te quiero pedir un favor- Le dijo Luis a Andrés rogando mientras miraba a su hermano a los ojos desesperado

-Está bien, te concederé ese favor solo porque eres mi hermano, dime que quieres rápido, no tengo todo el día -Le dijo Andrés algo... resignado, igual no era como si tuvieran escapatoria, ellos morirían hoy si o si y en eso no había debate.

-Por favor, ¿Podrías colocarme al lado de mi esposa?, si voy a morir que sea al lado de ella - Le suplicó Luis mirando a su hermano mientras este lo miraba serio y fijamente a los ojos, daba miedo

-Mmm... está bien, igual no es como si eso la fuera a revivir ¡Ja!, ¡Muchachos! - Le dijo Andrés a Luis aceptando y llamando a sus hombres, los cuales asintieron y llevaron a Andrés al lado de su esposa, Samantha.

- ¡Perdóname amor, perdóname hijo, todo esto es culpa mía, solo mía! - Exclamó Luis con la voz ahogada en sollozos

-Ahora sí familia, nos despedimos - Soltó Andrés apuntando nuevamente en la cabeza de Luis y esta vez disparándole sin demora

Un último estruendo se dio junto con un gran silencio que aturdió y se adueñó de la casa, ese momento los que sabían la verdad, de alguna manera, lloraban. Era un día lágrimas amargas.

Santiago al escuchar no pudo soportar romperse y llorar sin desolación, pero, fue un gran error, su gran error.

- ¿Quién está ahí? - Preguntó uno de los hombres, mientras veía desde su puesto la ventana

Santiago se agachó rápidamente y con sus dos manos se tapó la boca, tratando de ahogar sus lágrimas, sus ojos ardían.

-¡Rápido!, quiero que dos de ustedes descubran quién estaba ahí, no hay que dejar testigos- Dijo Andrés señalando a dos de sus hombres - Y ustedes- señaló a los demás hombres- Arreglaran todo este desastre, quiero que le den el arma a mi hermano, luego nos vamos, me cambio de ropa, llegó, hago que no se nada, llamo a la policía, la policía va a ver el arma en manos de mi hermano, pensaran que él fue el que mató a su esposa y luego al darse cuenta de lo que había hecho se suicidó y cerrarán el caso como homicidio y suicidio, ¡Ah!, y a mi sobrino... solo olvídenlo, tal vez después se muera solo ¿Entendieron el plan?- los hombres asintieron - Bien, entonces ¡Comiencen! - Diciendo esto los hombres asintieron nuevamente e hicieron lo que les dijo.

Santiago al ver que venían los dos hombres salió corriendo sin dudar de allí, corrió, corrió sin parar, cruzó una esquina, luego otra, luego un callejón y otra calle...

Santiago sentía los pulmones pesados y sin oxígeno a pesar de que respiraba y respiraba aceleradamente, sus piernas ardían por el cansancio, pero a la vez estaban congeladas por el frío de la brisa y la lluvia. Santiago caminando miraba a sus lados buscando un lugar al que sentarse y descansar, encontró un pequeño callejón con un poco de luz, pero apagada por la lluvia, y se sentó en el andén, sus piernas se relajaron y descansaron, pero aún no se iba el frío y entonces recordó:

"- ¿Sabes qué es lo que quita el frío y te pone feliz? -Le preguntó su padre, Luis, mirándolo a los ojos

-No lo sé, ¿Qué es? - Le respondió Santiago confundido

- ¡Un gran abrazo! -dijeron sus padres al unísono mientras abrazaban tiernamente a su hijo".

Una lágrima rodó por la cara de Santiago, quería un abrazo de sus padres, un cálido abrazo que lo hiciera olvidar de todo y que le dijera que lo que había pasado era mentira, pero... no había nadie, ellos ya no estaban ahí, y no van a estar nunca

- ¡¿Por qué?!, ¡¿POR QUÉ?!, - Se decía Santiago a sí mismo mientras lloraba desconsoladamente- ¡Quiero a mi mamá!, ¡Quiero a mi papá...! Tráelos de vuelta... papa, mamá... tengo miedo, tengo frío... los extraño, ¿DÓNDE ESTÁN?, vuelvan... por favor... no me dejen solo, yo me porto bien, hago las tareas todos los días, ganó los exámenes, cuando los veo les doy un beso, les doy abrazos de osos... ¿Qué hice mal?, si me porte mal, perdónenme, castíguenme, pero vuelvan, les prometo que no me portaré mal, por favor... hoy gane un examen, me fue excelente, la maestra me felicitó, ¿Ustedes también me van a felicitar?, Mami ¿Te dije que te quiero un montón? Papi, no te pongas celoso a ti también te quiero... solo vuelvan ¿Si?. -Decía Santiago mientras se derrumbaba en lágrimas, extrañaba a sus padres más que a nada, a pesar de lo paso, vio, no quitaba el hecho de que él era un niño, simplemente un niño y desamparado niño.

Santiago se levantó del andén y comenzó otra vez su caminata sin rumbo cuanto de pronto siento un impacto y todo se volvió negro.

...

-Eh... ¿Un niño?, ¿Qué hace aquí un mocoso solo a estas horas?, ¡Ey, Mocoso!, ¡levántate! - Le dije al niño el cual estaba tirado en el piso de un callejón.

Change - El cambio es hoyWhere stories live. Discover now