Abril, voz de inocentes [Crónicas de Abril #2]

Solo pienso en muerte.

-¿Vino tinto?- preguntó Leonardo, quitándole de las manos la copa que tenía y acercándole una nueva, esta vez con vino tinto.

Ella solo sonrió, miró a todos a su alrededor, luego tomó un sorbo. El sabor amargo se extendió por toda su boca, la sensación de ardor bajó por su garganta, dio un fuerte suspiro.

-Tal vez, solo un momento- dijo ella al final.

Pasó una hora completa, Abril había dejado ya de beber, pues el mareo comenzaba a llegar.

-Debo irme- dijo Umbra, que se paraba y comenzaba a alejarse —Regreso pronto-  comentó dejando su copa en el suelo.

Cuando pasaba frente Abril la vio agachar la cabeza, para después escuchar sus palabras.

-Está en peligro- dijo Abril en voz baja, casi inaudible —Ella morirá

-¿Abril?- preguntó Umbra, llamando la atención de todos los demás.

-Veo unas galletas negras, un horno sacando humo, y llamas- ella jadeó ante su visión -¡Gritos y llamas, gritos y llamas!-

Abril alzó la vista, dejando ver sus ojos negros a Umbra, parpadeó un par de veces, sacudió la cabeza y luego sonrió con inocencia, volviendo a la normalidad.

-Lo siento, son solo desvaríos que llegan a mi mente- se disculpó ella.

-Hablabas de fuego, claro está- comentó él sin ningún asombro.

-Claro, pero solo son visiones, no sé cuándo ocurrirán, pero ocurren y ya

Umbra asintió y se marchó por una especie de portal que abrió.

El ángel se acercó a Abril, esta vez de manera más amable, con sus ojos abiertos y una ligera sonrisa.

-Un ángel de la muerte, increíble- dijo él mientras se acercaba a Abril —Muchos les temen, solo causan dolor al llevarse las almas, pero yo, en lo personal, los admiro

-Pues, gracias- comenzó a decir Abril —Pero no solo soy un ángel de la muerte, también puedo hacer... otras cosas

-¿Cómo qué?- la retó el ángel.

Todos miraban curiosos a Abril, esperando que hiciera algo.

Ella dudó un poco, pues sus habilidades todavía no eran muy buenas. Miró el techó, entornó los ojos, hizo una mueca, luego asintió e hizo un movimiento con su mano, como si hubiera movido algo.

Todos miraron a donde estaban posados los ojos de Abril, o eso creían, pues ninguno de ellos vio nada.

-Wow- comentó el ángel —Que preciosa constelación

Abril rio, mientras los demás veían una y otra vez, pero su vista no lograba captar lo que Abril y el ángel veían, al final se rindieron y volvieron a sus asientos.

-Por cierto, soy Calisto- dijo el ángel, presentándose formalmente.

***

(Eric, punto de encuentro)

Abril salía de su habitación privada, cuando de repente, una flecha salió volando por los aires y pasó justo en frente de sus ojos, la niña apenas pudo detenerse a tiempo para que la afilada punta solo rosara su nariz. Se escucharon risas por todo el lugar, aparentemente todos muy divertidos.

-¡Abril! ¿Estás bien?- preguntó Marcie, la quimera más peligrosa del lugar.

Ella corría hasta su amiga y la abrazó con fuerza.