El viento choca contra mi rostro, el sonido de las olas llega a mis oídos, el aroma del mar me tienta a permanecer en este acantilado, que para mi es una fuente de paz.
En la lejanía, un punto negro empujado por las olas se dirige a la orilla del mar, a pesar de su tamaño, logra despertar en mi una gran curiosidad, mientras camino hacia la playa voy imaginando que podría ser ese objeto, tal vez un tesoro pirata, único sobreviviente de un naufragio, o podría ser un cofre lleno de manuscritos, que relatan historias sobre los grandes y temibles monstruos que habitan en las profundidades. Al llegar junto al objeto puedo observar que es un cofre negro con decoraciones de oro en todo su alrededor, en un lateral del cofre hay una llave con forma de una mujer sujetando entre sus manos una media luna, cojo la llave entre mis manos debatiéndome si debería abrirlo o no, pero la curiosidad es más fuerte que yo, haciendo que introduzca la llave en la cerradura del cofre, justo después de abrirlo escucho el llanto de un bebe, puedo vislumbrar una niña de piel y cabellos tan blancos como la nieve, la acuno en mis brazos susurrando palabras tranquilizadoras esperando que se calme, por suerte esto funciona y la pequeña abre sus ojos, dejando a la vista dos perlas tan negras, grandes y brillantes como la oscuridad de la noche y el esplendor estrellas.
En ese mismo instante me percate que en el cuello de la niña yacía un Colgante con la palabra PANDIA.
-Pandia, lindo nombre, ahora tenemos que marcharnos hacia tu nuevo hogar, espero que sea de tu agrado.
Pero cuando me dirigía hacia casa el cabello de Pandia se torno de color negro.
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Pandia
Fantasytendré que descubrir mi pasado, para poder entender mi presente y arreglar mi futuro. ¿Cómo lo haré? no tengo la menor idea, pero supongo que siempre puedo acudir mi madre par que me de las respuesta, ¿no les parece?
