Después comenzó a lanzarme bolas de fuego alternadas con masas de viento, lo cual me dejó impresionada porque yo no podía hacer eso. Sin embargo, las esquivé todas lo mejor que pude gracias a mi velocidad y me puse frente a ella. La tomé por los hombros y la agité un poco.

—¡Basta! —exclamé.

Pude sentir que mis ojos habían cambiado y sentí dos cosas puntiagudas entre mis dientes. Ella me miró espantada, pero no se apartó.

—¿Eres vampira? —preguntó.

—¿Tú no? —pregunté confundida.

—No todavía —dijo.

Mi atención se dirigió inmediatamente a su mano derecha y vi que tenía la marca familiar de los Wells, lo cual me hizo dar un paso hacia atrás inmediatamente. 

—¿Eres banshee? ¿Tienes el control? —pregunté.

—Desde pequeña —dijo.

—¿Quién te ayudó? ¿Tus padres dónde están? —pregunté.

—¿Quién eres? —preguntó ella—. Claramente estás haciéndote pasar por mi.

—No, no me hago pasar por ti —dije—. Necesito ayuda.

—Claramente —respondió ella.

—¿Qué te pasó? —preguntó Adam—. Tal vez te podemos ayudar.

Miré a los tres chicos y luego a mi otra yo indecisa. No sabía si era buena idea pedirle ayuda exactamente a ellos, pero no me quedaba otra. Además, eran la otra versión de las personas en quienes más confiaba. 

Me llevaron al salón de la academia y mi otra yo me dijo que debíamos esperar a que los demás llegaran porque usualmente su grupo de amigos se cuentan absolutamente todo. Eso, de alguna manera, me hizo sentir en confianza y un poco más cómoda. Además, Mia se había calmado un poco y ya no era tan agresiva conmigo.

Camille, Daniel y Will entraron al salón, mientras reían y bromeaban. Cuando me vieron, se quedaron totalmente callados y miraron a la otra Mia totalmente confundidos. La siguiente en entrar fue Cristal, quien nos miró extraño, pero no preguntó nada. Fue hasta donde estaba Will, le dio un beso en la mejilla y luego lo abrazó. Ambos se miraron muy sonrientes y noté que claramente había algo más allí por la forma en que sus ojos brillaron al verse.

Después de eso, llegó Jasmine, quien saludó a su hermano y a todos los demás hasta llegar a mi lado. Momentos después, se dio cuenta que habíamos dos versiones de una misma persona y dio un pequeño grito.

—¿Qué es esto? —preguntó.

—Ella nos explicará ahora —dijo Mia apuntándome.

—¿No esperaremos a nadie más? —pregunté.

—No. Somos todos —dijo Mia.

—¿Dónde está Tristán? —pregunté.

—¿Quién es Tristán? —preguntó Jas.

—Tu hermano —respondí.

—Adam y yo somos los únicos —dijo Jasmine confundida.

Me quedé callada y pensativa por unos segundos, imaginando qué pudo haber cambiado en el pasado para que Tristán no estuviera aquí hoy con nosotros. Se sentía muy raro no tenerlo entre todos nosotros, especialmente porque era muy extraño no verlo con sus hermanos.

—¿Tu madre está viva? —pregunté a Mia.

—Sí, ¿que tiene que ver con aquel Tristán por el que preguntas?

Los Caídos #3 - Ángeles caídosWhere stories live. Discover now