INSANITY [Bucky Burnes]

End Game

Todos se encontraban reunidos en el laboratorio del complejo de los vengadores. Era raro verlos a todos juntos de nuevo, a los vengadores originales y a algunas nuevas incorporaciones —y no tan nuevas— como los dos integrantes restantes de los guardianes de la galaxia, Rocket y Nebula. Abigail observó a todos con felicidad. Habían viajado al pasado y había conseguido reunir todas las gemas que destruyó Thanos en su momento.

Eso la hizo recordar cuando lo mataron. Thor quería rebanarle la cabeza por lo que le había dicho la última vez, pero pensó que Abigail debía ser quien acabara con él por el dolor que la había causado. Esta se prendió en llamas, acercándose lentamente al asesino de su pareja y posó delicadamente sus manos en su cabeza.

Poco a poco, la cabeza del gigante morado se iba derritiendo junto con todo el interior de esta, causando al titán un dolor inimaginable. Lo hizo despacio, para que entendiera la mitad del dolor que ella sentía. Quería a su familia de vuelta, quería a su Bucky de vuelta y ese hijo de perra había destruido su última esperanza. Una vez Thanos dejó de gritar, prendió fuego el resto del cuerpo. Suspiró pesadamente retirando algunas lágrimas de sus ojos mientras los demás la miraban como si de un psicópata se tratase.

— Debería hacerlo yo. — la voz de Thor la sacó de sus pensamientos.

Habían colocado las gemas en un nuevo guantelete que habían creado gracias a Tony. Thor quería chasquear los dedos, ya que segun él no habia hecho nada por el grupo. Finalmente fue Bruce quien se colocó el guantelete. Se gestos se contrajeron cuando la fuerza de las gemas comenzó a fluir por su sistema.

— ¡Bruce! — grito alarmada la castaña al observar los gestos de dolor que tenia el gigante verde.

Tony extendió el brazo intentando pararla y poniéndola detrás de él. Esta intentó resistirse pero de nada servía.

— Puedo...puedo soportarlo. — dijo el grandullón verde mientras se recomponía.

Una vez se puso en una posición cómoda para él, alzo el brazo chasqueando los dedos. Abigail cerro los ojos por el destello que ocasionó el chasquido. En ese momento recordó todo lo que había vivido junto a los desaparecidos. Echaba de menos a T'Challa, a Rhodey, a Peter aunque no hablaron mucho y por supuesto a Bucky.

Pero a quién mas era a su hermano. No soportaba pasar un maldito día más sin la presencia de Sam. La quemaba por dentro saber que no pudo hacer nada para salvarlo y eso que nada puede quemarla. Cuando Tony regreso, los que quedaban fueron en busca de Thanos. Al encontrarlo descubrieron que había destruido las gemas.

En ese momento, Abigail y el fuego se convirtieron en uno solo ser. Todo su cuerpo se cubrió de llamas, su pelo se convirtió en llamas y sus ojos se volvieron de un naranja tan intenso que quemaba solo con verlos.

Redujo a ese bastardo a cenizas, quemando todo lo que se encontraba con su paso. La cabaña donde el gigante morado vivía, el huerto que tenia, su armadura e incluso su gran mandoble. Todo quedo devastado, como el interior de Abigail. En ese momento todo la daba igual, no soportaba el dolor que sentía y terminó por colapsar arrasando con el planeta entero.

Todos los vengadores —que habían vuelto a la nave— observaron perplejos el poder que la castaña había estado conteniendo. Finalmente esta acabó exhausta y terminó por desmayarse, volviendo a su aspecto habitual.

Calma. Eso era lo que se sentía en el ambiente una vez Abigail abrió los ojos. Observó a todos que se encontraban alrededor de Bruce, excepto Scott, quien se acercaba lentamente a una ventana.

— ¿Ves llamita? Te dije que todo iba a salir bien. — la reconfortó el millonario revolviendo el pelo a la castaña.

Esta simplemente soltó una leve carcajada tomando la mano de Tony y apartándola de ella para poder colocarse correctamente su cabello. Ahora lo tenia corto, en comparación con el cabello largo que habituaba, aunque no mucho. Le sobrepasaba los hombros unos centímetros. No era tan radical como el que se había hecho Nat hace cinco años.