Una mujer de piel oscura y cabello rizado se acercó hasta nosotros. Llevaba puesto un holgado vestido de color verde adornado con flores amarillas y una flor del mismo color adornada su lindo cabello. Sus ojos, tan oscuros como los de Daniel, quien ha sido una de las pocas personas que he conocido con un color tan profundo, se posaron en nosotros y nos dio una mirada dulce.

—Tú debes ser Mia —dijo ella sonriendo.

—¿Cómo lo sabes? —preguntó la vampira. 

—Puedo sentirlo. —La mujer de unos cuarenta años aproximadamente extendió la mano en forma de saludo—. Soy Marina Green.

Mia, sonriente, tomó su mano y luego la apartó para apuntarme a mi.

—Él es Adam, mi amigo —dijo ella.

—Un gusto, Adam Evans —dijo Marina sonriendo.

—¿Cómo supo? —pregunté confundido—. Quiero decir, un gusto también. 

No tenía idea como sabía o por qué. La verdad, sabía acerca de los elementales, pero no tan a profundidad. Decidí no preguntar mucho acerca del tema y me limité a sonreír y a permanecer a un lado de Mia.

—¿No hay problema que esté aquí? —preguntó Mia.

—Claro que no, Mia. Tu abuelo y todos sus ayudantes fueron encarcelados por sus crímenes —respondió Marina.

—¿Osea que ustedes no piensan que soy un monstruo?

—Somos fieles a nuestras creencias.

—Pero ustedes detestan a los vampiros, a las banshees y a los caídos y yo desciendo de uno.

—Sí, pero también eres una elemental y eso cobra más importancia para nosotros. Además, Cora fue una de las mejores con sus poderes y es un honor tener a su hija aquí. —Marina hizo un gesto con su mano indicando todo a su alrededor—. Tú, Mia, eres el puente entre las criaturas más conocidas en esta ciudad porque eres todas ellas.

—Excepto un lobo —dijo Mia riendo un poco.

—Oh, claro —. Marina rio al igual que Mia—. Ellos son otro cuento porque su origen es algo diferente a todos nosotros, pero eso es historia para otro momento.

Mia y yo nos miramos inmediatamente, ya que claramente pensamos en Tristán y su lado lobo.

—¿Están celebrando algo importante? —pregunté.

—Una vez al año celebramos por nuestra familia y todos nuestros ancestros. Pueden quedarse si quieren porque al final hacemos una ceremonia, ya que se dice que todos los difuntos están junto a nosotros cuando lo hacemos.

—Me encantaría —dijo Mia—, pero solo si Adam se queda conmigo.

—Por supuesto. No hay problema. Vengan, los presentaré. 

Fuimos tras de Marina, quien tomó una copa de la mesa para hacerla sonar con una pequeña cuchara y llamó la atención de las personas allí, incluso los niños. Eran unas veinte personas aproximadamente, entre ellos niños, adolescentes, adultos y ancianos.  Todos ellos miraron atentos a Marina y nos observaron a nosotros también, pero no como si fuéramos extraños, lo cual me hizo sentir cómodo.

—Familia, les presento a Mia, hija de Cora y a su amigo Adam —dijo Marina—. Esta es la primera vez que Mia verá nuestra ceremonia, así que sean atentos y amables con ella.

Todos allí sonrieron amablemente y algunos saludaron moviendo la mano de un lado a otro. Yo no hice más que sonreír al igual que Mia y permanecer en mi lugar. Lo que más llamaba mi atención era que muchos de ellos estaban vestidos con ropa ligera a pesar del frío que hacía. 

Los Caídos #3 - Ángeles caídosWhere stories live. Discover now