Full [Conway x Gustabo x Nadando]

Pintura para el coche.

—¡Horacio! Mira como dejaste el coche tío. —Miré con detenimiento como había arruinado la pintura con su gran conducción.

—Pero es que esos tipos se cruzan, no es mi culpa. —Joder, me estaba poniendo sus típicos ojos de perro regañado.

El automóvil ya estaba bastante dañado, además de que hoy con el incidente que tuvimos, quedó peor. Faltaba solo que mi amigo chocara el motor, ahí sí que adiós coche.

—Tenemos que ir al mecánico pero tú pagas. —Me crucé de brazos ofendido, mínimo él tiene que poner dinero.

—¿Qué? Con suerte tengo la mitad para arreglarlo, así que tendrás que ir conmigo y usar tu pico de oro con el mecánico. —Bufé, esto de tener que usar los dotes cansa.

—Como sea, vamos de una puta vez al taller.

(..)

Llegamos al lugar y para variar, estaba lleno, joder, aquí nos llevaremos horas seguro.

—Intentaré colarme, tú vigila que no venga nadie y nos pille.

Miré con cautela, que le di la señal contando que nadie nos iba a ver, Horacio comenzó a avanzar por el lado de los autos en espera, estábamos a punto de celebrar nuestra maldad hasta que un hombre nos tocó la bocina.

—¡Capullos! ¡Aquí todos tenemos que esperar! — Un hombre con gafas salió de un coche y nos apuntó con su dedo. —¡Los voy a empapelar por colarse!

Miré a mi amigo con cara de desesperación, este hombre se veía rudo y claramente no queríamos problemas, hace muy poco que habíamos llegado a la ciudad y ya íbamos a tener nuestra primera pelea. ¡Qué vergüenza!

—Abuelo, tómate tus medicinas. —Me reí por el comentario de mi hermano, en verdad, parece que el viejito necesita ayuda.

El tipo se nos empezó a acercar con una porra por lo que pude visualizar, le grité a Horacio que escapara de ahí pero un grito nos paralizó.

—¿Otra vez Conway? Ya es la tercera vez que provocas una pelea en mi puto taller, para la otra ni vengas. —Un hombre en un overol fue nuestro Ángel de salvarnos que ese abuelito loco, por su tono de voz, podía deducir que estaba enojado.

—Ñeñeñe.

—Eres un puto adulto, aprende a comportarte —El tipo de rojo nos comenzó a observar. —Disculpen, queda cerrado el taller, vuelvan mañana.

Miré a Osito con una mueca torcida, supongo que mañana vendremos, voy a rezar para que Horacio no dañe más el coche.

—Vámonos —Le dije en un susurro, vi que puso la llave pero no arrancaba el auto. —¿Qué pasa?

—Gustabo, no prende el motor —Vi que se empeñaba con la llave, parece que la suerte hoy no está a nuestro favor. —No sé que pudo pasar.

—¿Cómo no sabes que ha podido pasar? —Usé mi tono más sarcástico posible. — Tú y tu puta conducción de mierda fueron las culpables.

—Veo que no pueden irse —El mismo hombre del taller que había retado al viejo loco se acercó al automóvil. —Puedo hacer una excepción, venga, llevemos esta cosa allá adentro.

Nos bajamos y fuimos hacía la parte del maletero, nos posicionamos los tres y comenzamos a empujar, creo que más el hombre que nosotros. Miré de reojo al mecánico, era muy guapo, tenía algo en especial que me llamaba la atención.

Todos cansados, logramos poner el coche adentro, a Horacio parecía que le faltaba el aire, yo lo más probable es que esté too' sudado.

—Ahora descanse y nosotros nos encargamos de arreglarlo. —Asentí dándole una sonrisa, él comenzó a buscar sus herramientas.

Comencé a observar cada uno de sus movimientos, me sentía como un puto acosador. En un momento, se desabrochó su overol, dejando que se vea solo la parte de su torso, el cual estaba cubierto con una polera sin mangas, dejando al descubierto sus músculos.

—Joder, que mecánico más buenorro.. —Dije para mi mismo, sin el objetivo que nadie escuchara.

—¿Qué dijiste Gustabo? —Abrí los ojos.

—Dije que mecánico más eficiente. —Intenté sonar convincente, espero que caiga.

—Ahh, vale —Osito comenzó a mirar al mecánico. — Él es muy guapo. —Apuntó al mismo que yo me había fijado, lo miré con recelo.

—Sé más discreto, te puede oír. —Le murmuré, no lo quería admitir, pero mi objetivo es al menos conseguir que ese mecánico me de su número.

(...)

—Pues terminé de arreglarlo  —El hombre se limpió con un pañuelo su cara. —¿Les gustaría pintura para el coche?

—¿Eso no nos saldrá muy caro? —Cuestionó mi amigo.

—A mi me gustaría, yo sé que tenemos el dinero para pagarle. —Puse mi tono de voz amable.

—¿Qué color les gustaría?

—Negro. —Dije casi al instante.

Estuvimos otro rato esperando a que terminara de pintar el auto, finalmente terminó y el resultado me dejó boquiabierto.

—Ufff —Dije viendo como había quedado. —Jefe, usted tiene manos de Dios.

—No es para tanto —Me respondió. —¿Tienen como pagar?

—Horacio, encárgate de eso. —El mencionado me miró mal y se fue hacía la caja mientras yo miraba como había quedado nuestra ex chatarra.

Después de 5 minutos, Osito llegó con una cara de querer matarme, me reí muy fuerte al ver su expresión.

—Gusnabo, ahora debes comprarme comida porque me quedé 0.

—Okey, Okey. —Nos subimos al coche, el mecánico estaba en la puerta esperándonos.

—Bueno, espero que le haya gustado, buenas noches caballeros. —Se despidió con un cigarrillo en la boca.

—Espere —Le dije por la ventanilla. —¿Ustes me daría su número? —Me miró con el ceño fruncido. —Digo, su número por sí acaso tenemos una emergencia y necesitamos de sus servicios.

—Hmm.. —Ups.. creo que la cagué. —Bueno, sí será con ese fin, te lo daré.

—Gracias..¿Y su nombre es..?

—Armando, aunque prefiero Jefe.

—Bonito nombre, me gusta como suena, es poco usual. —Dije con una sonrisa.

Me dió su número, lo anoté en mi teléfono y nos fuimos, yo estaba con una sonrisa traviesa, lo había logrado a la primera.

Hola Armando ;)

Que tengas buenas noches, te hablé para que tengas mi número.

Armando Jefe.

Buenas noches, lo anotaré.

¬¬¬

Aaaaa /suelo.

Aquí está el primer capítulo, espero que le haya gustado u,u

Espero que estén bien, los tkm♡♡♡

Nos vemos!