Capítulo 19: Respuestas incorrectas

Start from the beginning
                                    

        —Excepto yo.

        Excepto él, claro. Aunque no sabe que no le he contado todo. Antes de que empezara a vomitar por las noches, hubo varias ocasiones  en las que me levantaba en otro lugar fuera de la cama. Incluso una vez amanecí debajo de ésta. Además, no sé si sea imaginación mía, pero me pareció ver en las paredes del baño personal las mismas marcas que estaban impregnadas en las paredes de la cabaña.

        Lo único bueno es que no sufrí más posesiones repentinas por parte de la bruja durante las semanas, creo que por las bebidas que Lyla me daba, que según ella retenían todo lo malo dentro. De todos modos, agradecí ese silencio tranquilo. Pero eso no detuvo a Sademira de hablarme mentalmente. Las primeras veces la ignoraba, pero al pasar la cuarta, puse un poco más de atención a lo que me decía. Algo acerca de su pasado y su herencia, pero cuando le pregunté a que era a lo que se refería, se quedó callada.

        Aún tengo dudas acerca de ella, sé que es una bruja, pero todavía no descubro nada más. Creo que lo principal que debo saber es por qué está dentro de mí, cómo es que entró y qué es lo que debe de hacer. Lamentablemente, no he encontrado nada que me acerque a la verdad, menos a alguien que sepa decírmelo todo.

        Siento que estoy pasando algo por alto, alguna pista que ha estado en mi recorrido a La Guarida que todavía no he descifrado, pero aun no sé qué es. Lo peor es que presiento que no me estoy esforzando lo suficiente para llegar a algo.

        —De nuevo estás así—resopla Vin delante de mí.

        Sacudo la cabeza y lo miro ceñuda. Se ha terminado su pan y come el pedazo pequeño de milanesa que le he dejado en el plato.

        —¿Cómo?

        —Distraída, con la mirada perdida y muy lejos de aquí. —Hace un movimiento con su brazo para señalar al horizonte, dándole un aspecto más dramático a lo que dice.

        —No es cierto—le espeto.

        —Claro que sí, y ahora te molestas porque sabes que es verdad pero no te gusta admitirlo.

        —No me conoces.

        —Dos semanas son suficientes para conocer a alguien tan fácil de leer como tú—dice con una sonrisa despreocupada. A pesar de que me molesta, me agrada verlo más sonriente que hace catorce días cuando lo único que podía hacer era lloriquear.

        —No sabía que lo fuera—repongo.

        —Oh sí, me es fácil leer a las personas. Eres lista, pero un poco indecisa con tus decisiones. También te preocupas por las personas, pero tienes tus momentos egoístas en los que prefieres pensar en ti. Te es difícil confiar en las personas, y sueles tener un presentimiento cuando sospechas de algo o de alguien. También sé que cuando desconfías de alguien acostumbras mostrarte indiferente, también bajas un poco la cabeza y hablas más bajo.

        >>Pero cuando confías te muestras como eres, una niña insegura con problemas reales y difíciles. Te cuesta entender a la gente, pero curiosamente la gente te entiende mejor. Cuando tu cabeza está en otra parte, miras tus zapatos como si fueran lo más curioso del mundo, y pones tus manos sobre tus rodillas, además de que haces un movimiento raro con tus labios, como si la idea que tienes te molestase. Y cuando…

        —Hey, espera. ¿Cómo es que te has dado cuenta de todo eso—lo interrumpo.

        Vin me sonríe.

        —Sólo con observarte.

        —Me siento acosada. No es normal que un tipo loco te estudie de esa manera, es escalofriante.

Princesa de las Tinieblas (Herederos del Infierno #1)Where stories live. Discover now