IMperfecta perfección

Start from the beginning
                                    

    Suspiré ¿para qué perder mi tiempo en un deseo que nadie más tenía?

    Me fui a trabajar.

    Otra vez me encontraba adentrándome entre la muchedumbre de metal, esas expresiones frías que poseían me causaban ganas de salir corriendo, pero traté de mantenerme en esa burbuja que uno se crea cuando ignora, que se va haciendo más pero más grande, pero solo uno la puede ver. Cerré los ojos y empecé a mantenerme sereno, el ruido se dispersó en la distancia lentamente.

    Cuando estaba a punto de finalizar mi odisea...

    —Saludos señor Felic— Un hombre conocido me interrumpió— ¿Está bien? Es que lo veo algo... agotado.

    Efectivamente, estaba cansado, fatigado, extenuado, cascado (¡y con todos los sinónimos!) de que fueran tan falsos. Era imposible averiguar si decían la verdad o no, si un día me apuntarían con el dedo por ser diferente o si de noche me desconectarían los circuitos.

    Para no exponerme, solté un comentario tonto que todo el resto diría.

    —Tranquilícese señor, no estoy para nada agotado, perfectamente puedo trabajar— Sí, eso son los comentarios que todos dicen ,"Eres optima" ,"Estoy perfecto", "cabalmente".Realmente están obsesionados (o programados) con la perfección. Siempre tienen que remplazar algún vocablo por la palabra perfecto, es irritante.

    Cerré mis ojos tratando de tapar mis emociones, si no lo hacía se revelarían y arruinarían mi encubrimiento.

    Abrí la puerta del edificio, como siempre, pude entrar raudamente, pero con el mal humor de compañero.

    Me instalé en mi puesto de trabajo, luego encendí el ordenador y me compenetré en mi trabajo que era simple pero de mucha responsabilidad.

    Debía controlar la programación de la central de datos y los protocolos de la información, subida a la red destinada a la comunidad. También archivaba grabaciones de datos estadísticos y otras cosas igual de aburridas aunque importantes para el control de la red cuántica de Internet.

    En los intervalos solía ir a la gran biblioteca. Un piso secreto, el cual había encontrado años atrás mientras les llevaba a los jefes un café.

    Era un lugar gigante en donde había multiversos en tapas y papel. En esos lares vivían; monstruos de ojos saltones, hombrecitos verdes, humanos con cañones de Gauss y viajeros del tiempo. Todos de diferentes mundos.

    Era posible que la biblioteca hubiera sido construida con el fin de llenar de información la red, pues en algún momento se tendría que optimizar la búsqueda y las recomendaciones personalizadas.

    De vez en cuando yo iba a leer. Buscaba contenido portentoso, ilusorio y escolástico, simplemente algo que hiciera que mis cables me electrocutaran por si solos.

    Allí había también un archivo de videos, que solía ver, porque me era terriblemente atrapante observar las expresiones de los humanos, como expresaban sus emociones, las gotas que caían de sus ojos cuando sentían dolor o felicidad, me obsesionaban sus cualidades y hasta casi podía sentirlas.

    La biblioteca era un lugar al que podía acceder sin problemas, solo tenía que apretar dos botones del tubo elevador; el 7 y el 5, a parte la seguridad no era ningún problema, ¡porque no había! Los libros dicen que los vigilantes no existen dentro del muro, es un empleo que solo usan los del alrededor, ya que al ser "perfectos" no hay ningún robo, homicidio o conspiración.

    Suspiré y me enderecé antes de tocar el viejo picaporte de la puerta, iba a abrirla, pero un sonido del interior del cuarto me detuvo, eran voces con tonadas diferentes, obviamente eran humanos, pues sus registros sonoros eran distintos a los de nuestra especie y pude percibirlo.

Cuentos Nunosos ©Where stories live. Discover now