1-La Doña

2.1K 168 57
                                    


Cada nuevo día que abro los ojos, odio más la vida, y, la culpa era de aquel fatídico imprevisto donde fui desposeída de mi ingenuidad y pureza juvenil. Dicho imprevisto donde dos individuos disfrazados hasta la cholla me bloquearon el camino. Y donde uno de ellos dejó registrado en mi piel, desnuda e inexplorada, el cuño eterno de la inmoralidad.

¡Abusó de mí!

Muy amplia fue la faena de recuperarme ¡Pero lo logré! Sólo que para ese entonces ya era tarde; tarde para reconquistar a esa agraciada adolescente con planes a futuros, sueños u objetivos que perseguir.

Hoy no hago más que cuestionarme con reiteración ¿Quién sería aquella desdichada joven, a quien realmente buscaban esos hombres? Claramente yo no era. Según ellos buscaban vengarce de mi padre, pero había una gran contrariedad: ¡Mi padre había muerto siendo yo apenas una bebé!

Desde ese momento supe que me habían confundido con alguien más. Pero ni eso, ni nada me iba a detener. ¡Yo me vengaría! ¡No me daría por vencida tan fácilmente. No, hasta estar de nuevo cara a cara con el energúmeno que había destruido mi vida en tan solo una noche!







Años después...

-Doña, ya todo está listo para su regreso.

-¡Perfecto!

Se le escuchó decir a la mujer de ilustre vestimenta y valiosas joyas.

-¿Para cuando tiene pensado regresar?

-Mañana...mañana mismo estaremos de vuelta. Después de tantos años por fin regresaré – caminó hasta uno de los ventanales de la acaudalada habitación. Su expresión era descortés. Áspera. Sus labios rojo vino permanecían fruncidos y en su mirada no habitaba otro sentimiento más que odio – ¿Tienes completa certeza de que todo está listo?

-Sí, doña, recién acabo de hablar con el agente inmobiliario que contrató en Ciudad de México, para la compra de la hacienda, y ya me confirmó que todo está en regla.

La enigmática mujer sonrió. Sonrisa impostora, que la hacía verse más hermosa y atractiva de lo natural.

-¿Sabes a dónde fue Constanza? – preguntó mientras disponía de un trago – ¿Gustas?

-Si no es molestia – hizo una pausa mientras la admiraba manejarse – y con respecto a Constanza, salió hace un rato a resolver unos asuntos.

-¿Y ella ya está enterada de que viajamos a México? – le entregó un vaso con whisky. Chema le agradeció mediante un ademán con la cabeza.

-Sí, doña, me tomé el atrevimiento de informarle.

-Muy bien, Chema, tu siempre tan eficiente... – se le arrimó en posición insinuante – Creo que debo recompensarte por eso – el tono de voz que empleó fue hipnótico. Removiendo a la diosa que consistía en su interior.

-Esta es la mejor parte de los tratos con usted.

El vaso con alcohol quedó en el olvido. En ese momento había otra droga que ansiaba degustar. 

Tomó a la mujer por la cintura y la pegó a su cuerpo con primitivismo, engulléndole la boca en el proceso.

-Vamos a mi habitación.






Ciudad de México:

-Eres un inútil bueno para nada. Desde ayer te dije que el cargamento estaría en el puerto hoy, ¿ahora es que te dispones a buscarlo?

-Perdóname, patrón, es que me informaron que la policía estaría rondando la zona y no me quise arriesgar.

-No me quise arriesgar, no me quise arriesgar – repitió a modo de burla – ¡Imbécil! Ahora mismo te quiero en el puerto y me importa un carajo que la policía esté rondando la zona, que para eso estás capacitado, para el peligro y los riegos...eso sí, sale algo mal y eres hombre muerto.

The Rivals_A&V (En edición)Where stories live. Discover now