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Doce de la noche en Quantico, gente descansando y para algunos su jornada laboral llega a su fin. Siendo el caso de los agentes del FBI, estando más horas de lo debido al estar resolviendo un caso, el cual lograron resolver dándolo por cerrado.

Las siete personas que componían el grupo ordenaban sus cosas, con un par de charlas entre medio, mientras que el hombre serio y jefe del grupo estaba encerrado en sus pensamientos, aislado en su oficina sin importarle que ya era hora de irse.

La noche le provocaba melancolía, recuerdos que sólo quedaban en el pasado y alimentaban su deseo de querer vivir momentos nuevos, que luego se transformarian en recuerdos también. La extrañaba. Ahora ella era un recuerdo, uno que le dolía y le lastimaba, hace siete duros meses que no sabía nada de aquella mujer.

Esa mujer que consiguió que su corazón volviera acelerarse por alguien, que lo aguantó por cinco años. Tiempo el cual vivió y gozó mucho, quitando las partes negativas que toda relación vivía. Pero todo se terminó por culpa de ambos.

Hotch observaba con la vista perdida hacia fuera de la ventana, distraído y nublado por su triste pensar.

-Con los chicos iremos a beber al bar que está aqui a la vuelta, ¿quieres venir?

La voz femenina de Emily lo sacó de su cabeza, bajando los brazos los cuales estaban cruzados y rígidos, negando con la cabeza rechazando la invitación.

-No. Diviertanse, yo debo organizar algunas cosas aquí.

Prentiss supo de inmediato que el ánimo de su viejo amigo estaba por los suelos, a pesar de tener siempre esa cara de seriedad y jamás expresar o proyectar en su cara lo que sentía, pero ella lo conocía y cree saber cuando su amigo no se encuentra bien.

-Aaron, esta salida te servirá para distraerte. Conmigo no sirve tu expresión neutra, estás mal y definitivamente necesitas esta escapada.- Como siempre ella tan comprensiva con él.

Lo pensó por un par de segundos, beber un vaso de ron no le vendría nada mal y quizá, sólo quizá la compañía de su grupo fuera del oficio le haría bien. Conectó miradas con ella, y esta sonrió de inmediato al saber la respuesta. Él salió por la puerta y sorprendió a los demás, tanto que Dereck gritó despacio un "Aleluya".

Los tres hombres iban hablando cosas que sinceramente él no estaba prestando atención, Emily con Penélope lo llevaban de ambos brazos, hablando cosas que tampoco prestaba atención, él solamente quería llegar a ese bar. Segundos le bastaron para que eso se le hiciera realidad, soltandose con calma de las chicas y dejar que ingresen primero, mientras el sostenía la puerta de entrada. Comportándose como el caballero que era.

Primero entraron las damas, luego los hombres; Hotchner siendo el de los últimos. Sostuvo con su mano la madera, pasando al desgastado bar que olía fuertemente a cigarrillos y de fondo música, con alguna disputa de borrachos también.

El mayor fue a ese lugar con las esperanzas de distraerse, pero el destino le tenía preparado otros planes.

Este al momento de levantar la cabeza, se paralizó de inmediato sintiendo su cuerpo helarse, era ella. Cómo era posible que luego de siete meses, terminaran en el mismo lugar. Lucía tan bella como siempre, sociable como siempre.

La mandíbula del hombre se tensó al verla hablar tan animadamente con ese chico, Hotchner era el mejor novio que se podía tener, pero su único defecto era ser demasiado celoso. Aunque ella no se quedaba atrás y era incluso igual de celosa que él.

malcriada - aaron hotchnerWhere stories live. Discover now