«Aire y palabras. Aire y palabras.»
En esto se puede resumir la pequeña antología de oneshots escritos y por escribir a lo largo de esta pequeña carrera como ficker. En Wattpad.
# 5. "En medio del bosque y la pradera", Yuri!!! on ICE.
Resumen: A sus diecinueve años, Yuri Plisetsky tiene el medallero con que cualquier patinador artístico sobre hielo sueña. No obstante, Yuri tiene una batalla más dura que librar y es fuera sobre el hielo: la aceptación de sí mismo. Que no es un indeciso, que es bisexual. Que cuando empiece a aceptarse, se volverá visible.
🏆 Historia destacada en el concurso "Pride & Love" organizado por La pluma Escarlata. 🎋Participante de la temática "Pride Motin 2019" organizado por Motin Fanficker.
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No somos invisibles
Yakov gritó su nombre desde la valla de seguridad, irritado. Pero este no lo escuchó, o si lo hizo, lo ignoró completamente.
—¡¡Yuri Plisetsky, fuera de mi pista ahora!!
Esta vez obtuvo el resultado deseado: Yuri dio un giro elegante y patinó hacia donde estaba él.
—¿Por qué, Yakov? —cuestionó, sacándose los auriculares—. Solo llevo dos horas entrenando.
—Dos horas improductivas —respondió Yakov—. ¿Te sientes bien, Yuri? Desde el campamento en Bucarest te noto un poco inestable. ¿Te pone nervioso la temporada olímpica?
Uno, dos, tres. Respira.
—Puede ser que esté algo nervioso por defender mi corona. —Rió, arrogante, pero sabía que no podía engañar al viejo que lo vio crecer—. Quiero ese oro de vuelta para mí.
Yakov lo examinó con ojo crítico y supo que algo no andaba bien con el chico. ¿Dónde estaba su Vándalo Ruso? ¿Se había quedado estancado en Rumanía?
—Vete a casa, Yuri —ordenó.
—¡Pero...!
—¡Sin peros! —interrumpió, nuevamente irritado—. Vete, descansa por hoy y mañana quiero verte entero y fresco, porque me regresarás lo que perdiste hoy.
No le quedó más opción que obedecer a regañadientes. Al salir de la pista y quitarse los patines, Yuri pudo ver de reojo a Yūri y a Viktor intercambiar sendas miradas de cariño, a Mila bebiendo agua, y a varios novicios esperando su turno para entrar a calentar.
Iba a darse una ducha antes de marcharse, pero al sentir que su teléfono móvil vibró en su mochila, cambió de parecer y simplemente arrojó al descuido sus cosas a la bolsa, se ajustó el abrigo, y fue al estacionamiento del club en busca de su coche.
Al llegar a casa, lo primero que hizo fue meterse al baño; necesitaba que el agua no solo se llevara el sudor, sino también esa horrible sensación que traía encima desde que descubrió esos sentimientos que se habían anidado dentro suyo.
