–Pues al parecer ahora si logro su objetivo, el hacerlos pelear, lo mejor será que le des espacio para poder procesar todo lo que esta pasando, además ella conoce a Vanessa, sabe de lo que seria capaz

–Pues al parecer esta vez si le creyó, hasta hizo que Josh se fuera a casa, que ella iría sola, ¿acaso no se da cuenta en el peligro al que se expone?

–Ella tiene sus razones

Estaba por responder cuando sonó mi celular –¿Si?

–Ya ubicamos a la señorita Vanessa

–¿Y que carajo esperan para traerla aquí? – levante la voz– la quiero aquí ¡ya!

–Como veo que no estas de humor, yo me retiro a seguir trabajando, ya que nuestro admirable presidente no está en aptas condiciones para hacerse responsable y todo por un problema de faldas, pero sobre todo  por que es un idiota – dijo con burla

Por instinto le lancé un vaso que esta en mi escritorio, él lo esquivó con facilidad – Será mejor que desaparezcas de aquí, si no quieres que desquite todo mi enojo contigo y te de la paliza de tu vida

Mike salió, tenía que buscar la manera de poder arreglar las cosas con Lea, como bien dice Mike, no es tonta, estoy seguro de que no me creerá, pero no me daría por vencido tan fácil y sobre Vanessa, me las pagará, esto es algo que no voy a pasar por alto, descubrire  la verdad al costo que sea

Una hora después por fin tenía a Vanessa frente a mi

–Se pueden retirar – le ordene a los hombres que llegaron con ella, me levante para rodear el escritorio hasta llegar a ella –¿Te das cuenta de la estupidez que has provocado? – pregunte mientras caminaba alrededor de ella, esperando su respuesta

– Un bebé no es una estupidez – contestó en voz baja, que a duras penas logre escuchar

–Pero tú imprudencia si que lo es, ahora por tu culpa, tendré que recurrir a esas bobadas románticas para poder conseguir el perdón de mi esposa

–Tenía derecho a saberlo y conociéndote, no se lo ibas a decir

–No se lo iba a decir por que con un simple llamada no se obtiene mucha información, así que en lugar de llamar, deberías haber venido y decírmelo en mi cara, no escudarse detrás de un teléfono, ahora dime una cosa – me detuve frente a ella – ¿de verdad estás embarazada? – mantuve la mirada firme en ella

–Si– miro a otro lado

–Bien, ahora – la tome del cuello apretandola levemente y acorralandola con el muro más cercano – estas consciente de que ese niño no es mío

–No puedo creer que estés negando a tu propio hijo – hablo con dificultad

Me reí – Por dios, sabes, tal vez tengas razón, ese bebé puede que si sea un Matthews, pero no por parte mía, así que por que no mejor te largas  a donde el verdadero padre y le exiges que se haga cargo, por que de mi, no obtendrás absolutamente nada, y te lo vuelvo a repetir, ya que al parecer tu pequeño cerebro aún no lo capta bien, no te acerques a mi mujer, por que esta vez te juro por dios que no tendré compasión alguna – la solté – ahora lárgate, tengo cosas mucho más importantes que hacer, como para estar desperdiciando mi valioso tiempo contigo

Tomo su bolso y se marchó, decidí concentrarme en el trabajo, sabía que tenía que respetar la decisión de Lea

Después de un largo día, decidí ir a casa, ya era demasiado tarde, con suerte Lea ya estaría allí

No perdi más tiempo, al llegar todo estaba normal, a primera vista no había rastro de ella, supuse que estaría en la habitación, en cuanto estaba por subir a buscarla Anders me interrumpió

En Sus Manos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora