◇ Excelente sazón

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Entramos a una segunda sala, allí estaba el comedor, era pequeño, acogedor, pero muy lindo, en las paredes había retratos de ellos sentados en la mesa, pero celebrando distintos cumpleaños, ellos eran una familia tan hermosa, observé cada fotograf...

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Entramos a una segunda sala, allí estaba el comedor, era pequeño, acogedor, pero muy lindo, en las paredes había retratos de ellos sentados en la mesa, pero celebrando distintos cumpleaños, ellos eran una familia tan hermosa, observé cada fotografía mientras el pelinegro me indicaba que cumpleaños se festejaba en cada uno, finalmente me indicó que me sentara.

-Huele muy bien- comenté observando fijamente el contenido del plato

-Sí, lo hice yo, disfrútalo, la cocina está aquí al lado, puedes poner el plato allí, a Marta le toca lavar la loza- anunció burlón

-Bien, eso haré- me senté por fin, la silla era tan cómoda

-Iré a bañarme, ya sabes Morita, esta es tu casa- repitió, lo miré con agradecimiento y lo vi alejarse de mi vista.

El comedor también, tenía una ventana daba a una especie de patio trasero, había ropa colgada, observé a Camilo desde allí, él descolgó una toalla, entró al baño, había otras puertas, quizá sus habitaciones, era muy interesante aquello.

Comencé a comer muy rápido, estaba muy delicioso, era probable que Camilo estudiara cocina, el plato lucía tan colorido, tan elegante. Este contenía lentejas con chorizo, chicharrón y algo de cilantro por encima, tenía arroz blanco y lo más colorido era la ensalada de lechuga, tomate, cebolla roja, algo de zanahoria rallada, era tan sencillo y espectacular; lo acompañaba con un vaso de gaseosa, él amablemente había dejado la botella, tenía mucha sed, así que me serví un poco más en el vaso.

En cuanto acabé de comer, entré a la cocina, había mucha loza sucia, Camilo era bueno cocinando, pero muy malo para lavar todo lo que usaba, no podía dejar eso así e irme tranquila, no podía.

Los apilé todos, comencé a lavarlos muy bien, amaba aquella cocina, muy nueva, con baldosa de color beige y blanca. También había una ventana que daba al patio, vi cuando Camilo salió del baño, tenía un cuerpo increíble, tonificado a la perfección, tallado por el mismo Dios, su cabello goteaba tan sensual, se lo despeinó un poco para secarlo, me agaché rápidamente cuando vi que voltearía, me cubrí el rostro de la vergüenza que sentí en ese momento, suspiré y me levanté para seguir con la loza.

Él ya no estaba por allí.

Volví a la sala donde estaba antes, me había agotado lavando todo, además limpié el mesón, barrí la cocina y saqué la basura que ya estaba rebosando de lo llena que estaba. En ese instante me sentía tan útil, me volví a sentar en el mueble, saqué un libro de mi morral y comencé a leerlo.

◇ ◇ ◇ ◇

Pasaron unos minutos, seguía sentada en el mismo mueble, me sentía tan cómoda leyendo.

-"... juro que sólo quiero amarte por el resto de mi vida, abrazarte y susurrarte al oído lo feliz que soy contigo, ¿puedes comprenderlo? Sólo dime que sí, porque yo sé que me correspondes, ¿qué esperas? Estamos aquí, podemos amarnos sin problema."- leí un fragmento en voz alta, aquella era mi escena favorita, negué con una risita sarcástica-. Já, espero que no le creas nada a este, no te ama de verdad, es un mentiroso que quiere aprovecharse

Algo InesperadoWhere stories live. Discover now