Fuck off, sweetheart (Renhyuck)

I.«Vete»

Tengo mi grupo de amigos, mis dos padres, mi hermano... El clima es agradable, termino las clases temprano y he completado con éxito mi tarea de inglés. Todo iba muy bien en mi día, así que, ¿Por qué el otro payaso debe venir a molestarme cuando viajo en el autobús? Incluso su insoportable voz, lo reconozco veinte metros detrás de mí.

ㅡ ¡Injun-ah ~!

No, en serio, no hay un solo día en el que tenga intenciones de dejarme solo.

ㅡ Jódete.

Me subo al autobús y, como era de esperar, él me sigue para sentarme justo detrás, seguramente para darme una bofetada detrás de la cabeza o tirar de mi cabello sin que vea venir nada. A veces realmente sentía que estaba buscando una paliza,y es lo que claramente sucederá si él no me deja en paz y todo el mundo sabe que soy completamente capaz de hacerlo.
El primero.

ㅡ Piérdete, Hyuck. No me hagas enojar.

ㅡ No hice nada malo, Injun-ah, solo te extrañé.

Comenzó a masajear mis hombros como si pensara que era, no sé quién. Básicamente, me gustan los masajes y ese bastardo lo sabe, pero todavía aparto sus manos.

ㅡ Lo que te perdiste, me estas provocando y la próxima vez que me llames Injun, tus dientes volarán por la ventana.

ㅡ Sin embargo, no te importa cuando Jaemin te llama así.

Suspiro y me doy la vuelta para ver su rostro, al cual constantemente quiero pegar contra una pared.

ㅡ Jaemin es mi amigo. Y tú ni me agradas.

Se sienta en el respaldo de su asiento y gira la cabeza hacia la ventana, finalmente, sonrío mientras me pongo los auriculares. Si no viviera a dos cuadras de mi casa, no sería divertido, por supuesto. Entonces, después de pasar el viaje sacudiendo mi cuello para fingir que no pasó nada tan pronto como me di la vuelta, se bajó en la misma parada que yo y, por suerte, se dirigió a su casa sin hablarme.

Casi feliz, camino sobre esta urbanización que conozco muy bien y me detengo solo cuando aparece el umbral de mi casa. Durante todo el día, me preguntaba cuándo iba a faltar de una vez porque en dos años, fuera de las vacaciones, nunca había fallado.
Casi.

Mis padres todavía están en el trabajo en este momento, así que aprovecho la oportunidad para hacer algo que se supone que no tengo que hacer y agarrar algo para comer del refrigerador que llevo a mi habitación.

Me desplomo en mi cama y sonrío mientras miro al techo. Es cierto que me acostumbré a que Donghyuck me este incordiando, y él se acostumbró a mis amenazas y, a veces, a mis golpes cuando va demasiado lejos. Hasta el punto en que me siento raro cuando me deja solo, como si mi día no estuviera completo. A veces él está lejos y me pregunto dónde puede estar, por qué no está en mi espalda. Y casi me aburro en esos momentos.

Nunca peleamos realmente. Excepto por una vez, en la que lo hizo posible. No es que nos lleváramos bien antes, sino que nos conocíamos de vista. Tuvimos que hacer una charla orgánica juntos, en la universidad y todo salió mal, muy mal. Acababa por criticar mi forma de razonar, el debate fue tranquilo al principio y cuando el tono comenzó a aumentar, supe que era probable que me fuera a dirección; ya que me conozco susceptible y bastante sangriento. Y no falló porque en el momento en que me insultó, lo agarré por el pelo y le pegué en la frente contra una mesa.

Luchamos hasta el punto de tratar de matarnos ese día, sin eufemismo. Estaba golpeándolo rápido y fuerte. Los dos estábamos sangrando, teníamos dolor y estábamos cansados, pero debido a nuestro orgullo, ninguno de nosotros quería rendirse el primero. Bajo el dolor, habíamos estallado en lágrimas al mismo tiempo. Me abrazó con todas sus fuerzas e hice lo mismo, para protegernos de otros golpes, ya que es al acercarte a tu oponente cuando te vuelves intocable. Como si nos hubiéramos suplicado una tregua. Y durante muchos minutos, estuvimos allí, en medio de la sala, llorando abrazados, cubiertos de sangre y hematomas. Aún con el cabello agarrado. Recuerdo que estaba temblando, lo estaba abrazando. Recuerdo que yo también evité que me derrumbara y fue ese día que descubrí a la persona que me inspiró tanto al confort como al odio.