Six ● Konichiwa

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Cerró la puerta de un portazo tan pronto la cruzó. Estaba furiosa, frustrada y harta, no importaba cuantas veces hablaba con su marido, Yagami era oídos sordos ante todas sus peticiones, no se sentía cómoda estando con él en la misma habitación, ni siquiera podía entablar una conversación cotidiana con él sin que su hermana saliera a colación, y simplemente no podía más.

Taichi siempre había sido alguien decidido y preocupado por sus cercanos, por lo que cuando Hikari desapareció sabía que le costaría volverse a colocar de pie, lo sabía y lo apoyó, comprometiéndose a ayudarlo lo más que pudiera, sin embargo, él lo hacía muy difícil.

Habían pasado años tras la catástrofe, y aunque a todos les dolió, poco a poco salieron adelante, al menos la mayoría de ellos.

Resopló sentándose en la acera, había salido de forma tan presurosa que no tomó su teléfono celular para llamar a Mimi y que fuera a buscarla, ella era la única que lograría calmarla cuando está a punto de estallar, ya que ambas se encontraban en situaciones similares con sus esposos.

—Bien hecho, Sora. — Apoyó la cabeza en su palma, aun frustrada.

El sonido de unos niños corriendo frente a ellos llamó su atención, y se centró por un momento en su diversión. Extrañaba los días en que todo era más simple, donde no tenía que preocuparse abrumadoramente por el futuro, por la vida adulta, por las cuentas, por el trabajo.

Por las pérdidas.

Solo eran ellos, sus digimon, pasando un buen rato y siendo felices, pero las cosas debían complicarse porque la vida no era tan sencilla.

Uno de los niños que observaba tropezó, Sora tuvo el impulso de ponerse de pie y ayudarlo, pero la madre del infante se le adelantó y lo ayudó a levantarse, consolándolo en el proceso. Sora se relajó cuando notó que su llanto cesaba, pero su segunda preocupación se arribó en su mente.

Ella también quería formar una familia. No tan adulta para tener juventud a su favor y contar con la energía para seguir los pasos presurosos de sus futuros hijos; pero Taichi pensaba diferente, en el pasado, antes de todo, Taichi había expresado su deseo de ser padre, pero cuando Hikari se fue, la vida de Yagami se centró total y únicamente en encontrarla.

Al comienzo fue una misión realizada entre todos, pero eventualmente descubrieron que no estaban llegando a ninguna parte, cesaron cuando Takeru se sumió en depresión y se negó a salir de su departamento, razón por la que le dieron un cierre a todo, antes de que Takaishi se consumiera.

Pero Taichi y Koushiro no se detuvieron, y aun absorbían todo a su alrededor.

—¿Sora?

Ella giró el cuello tan rápido que le dolió, ¿sería que Taichi había reaccionado? ¿sería que esta vez prefirió su familia que una búsqueda absurda?

—Oh, ¿Yamato? — Cuestionó, con cierta desilusión.

—Me siento tan poco bienvenido ahora...

—No, lo siento—hizo una pausa incomoda—, ¿qué pasó? ¿qué haces por aquí?

—Venía a verlos, pero no había nadie en casa. Ahora veo que es porque estás aquí, ¿esperas a alguien? — Cuestionó observando su alrededor.

Sora formó una mueca en sus labios, eso significaba que Taichi había salido de casa a ver a Koushiro, sin importa donde había ido ella.

—No espero a nadie. — Zanjó, con más brusquedad de la que esperó.

Yamato no indagó más, supuso, por el tono de voz de Sora y por la hinchazón bajo sus ojos, que había discutido con Taichi, cosa que se estaba haciendo frecuente, ya que Taichi se lo mencionaba ocasionalmente.

KotobaWhere stories live. Discover now