Hyperion. Nuevas Especies #3

Capítulo Ocho

Todo cambió cuando le habían contado lo que pasaba con Anahí, y el verdadero motivo por el que huyó. Todo apuntaba que era un intento de alejar a los terroristas de las Especies. Ahora él sólo esperaba que la operación fuera exitosa y pudieran traer a su hembra sana y salva, ya que a él no lo dejaron ir.

~*~

Por la insistencia de Justice, Wrath y Tiger eran los únicos Especies que iban con el equipo secreto del FBI. Al principio se habían negado, pero al alegar que ella al haber estado en La Reserva poseía información que, aunque fuera básica, podía ser usaba en contra de las Especies en manos perversas, los dejaron.

El grupo rodeaba la granja y todo estaba en completa normalidad. No habían huellas o señales de que el camino se hubiera usado en las últimas horas. Todo estuvo listo y el jefe de la misión dio la señal.

Todos los hombres empezaron a caminar cuidadosamente hacia la casa principal sin hacer ruido. Los dos machos Especies iban con el grupo principal. Entraron por la puerta del patio, cerca de la cocina. Todo estaba en completo silencio, las luces estaban apagadas, pero era normal: eran las dos y medio de la madrugada. Empezaron a registrar la casa tratando de hacer el menor silencio, pero al final no encontraron a nada ni a nadie. Sólo una mancha de sangre en la puerta delantera.

―Ustedes son Nuevas Especies, pueden oler la sangre y decir si es de la mujer. ―Les dijo el jefe de la misión.

―Las cosas no son tan sencillas. ―Tiger se cruzó de brazos al igual que Wrath―. Nosotros nunca conocimos a la hembra humana para saber cómo huele.

―¿Entonces para qué están aquí si no van ayudar? ―Uno de los hombres habló.

―Todo está en orden. En la casa no hay signos de violencia y las puertas muestran no haber sido forzadas. Se fue antes que llegáramos y se llevó algunas cosas. ―dijo Wrath con el ceño fruncido―. Además, esa sangre es de pollo, la puedo oler.

En ese momento las dos Especies miraron hacia la casa y luego volvieron a mirar al hombre frente a ellos, a todos les pareció extraño.

―¿Pasa algo? ―preguntó otro hombre.

―No ―Tiger sonrió―, sólo escuchamos un sonido familiar, pero no es nada.

―Bueno, ―dijo el jefe de la misión― entonces perdimos nuestro tiempo. Dejó esta sangre como cebo para despistarnos y se largó. ―Lo último lo dijo con rabia―. Sólo logrará que la encuentren ellos primero si sigue huyendo y no nos busca.

―Está asustada. Tiene miedo y no sabe en quien confiar. ―Wrath bufó―. Yo también desconfiaría.

―De verdad pensé que está vez la teníamos, en la imagen del cajero se veía claramente que era ella. ¿Cómo supo que vendríamos? ―preguntó un hombre que estaba en la izquierda.

―No creo que supiera que veníamos por ella, sólo creo que huyo de los insurgentes. ―dijo Wrath mirando a la casa.

―Sigue siendo una pérdida de tiempo y recursos.

El equipo dio como concluida, y de fracaso, la operación. Caminaron hasta los carros y se montaron. Tiger y Wrath miraron la casa por última vez y sonrieron.

Minutos después varias figuras salieron las sombras corriendo hacia la casa silenciosamente. Slade miró la sangre y frunció su ceño.

―¿Con que sangre de pollo? ―preguntó Hunter sonriendo.

Huffy abrió la puerta, y entró escaneando la sala y el pasillo de la casa.

―La huelo, además de dos esencias más. ―dijo el felino olfateando.

―Pero también hay una muy suave en el porche, de un macho humano. El viento se ha encargado de borrarla. ―Slade se paró al lado de Huffy.

Hunter se quedó detrás de los machos mientras los tres escuchaban. Los tres decidieron dividirse la casa, no había prisa para ellos. De todos modos, no había donde escapar, la casa estaba rodeada por cinco Especies.

Hunter se encontró con un balón debajo de la cama de la habitación principal y sonrió, los humanos no veían nada, aunque estuviera en sus narices. Por su parte, Huffy no encontró nada, pero apareció en la sala comiendo una banana.

―Por toda la casa están las mismas tres esencias. ―dijo Slade.

Y un golpe se escuchó. Los tres miraron hacia el piano vertical que estaba debajo de las escaleras.

―Como Harry Potter en la piedra filosofal. ―dijo Hunter y los machos lo miraron―. Jessica es muy fan y hemos visto la saga varias veces; ya voy por el tercer libro.

Los machos avanzaron hacia el piano.

~*~

Hyperion salió corriendo del edificio en cuando oyó el helicóptero, no podía esperar más, su corazón estaba a punto de salirse de su pecho.

Mientras corría vio como el aparato terminó de aterrizar y empezó a correr más rápido. Sus manos picaban por abrazar a su compañera, a su flor.

Las aspas del helicóptero se detenían poco a poco y dos machos salieron. Él siguió corriendo porque no quería que nadie la tocara a parte de él. Un tercer macho se bajó y estiró su mano en dirección al interior, el primate gruñó ante el gesto. Una mano cogió la del macho y salió de la cabina, para finalmente aterrizar sobre el pavimento.

Mientras la aspas finalmente se detenían y el viento cesaba, un balbuceo rompió el silencio de la madrugada. Hyperion se detuvo a unos metros de la mujer, porque no era la mujer que esperaba. Y ésta llevaba un bebé, un bebé que tenía el mismo color y tipo de cabello que él, el mismo color de ojos, la misma nariz que él, pero más pequeña; casi el mismo color de piel que él y hacia unos sonidos muy parecidos a los de él. Una mano la tenía en su boquita mientras trataba de meterla en ella llena de saliva y en la otra, fuertemente sostenido, tenía un mono de peluche.

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¡Oh, mis dioses! Tenía tantas ganas de que leyeran esta parte que no me aguante y la publiqué. Me emocionó mucho escribir este capítulo, y más la parte final, me derretí con esa descripción. ¿Ustedes también?

Perdón por dejarlos ahí pero se vienen muchas cosas.

Ps: creo que esa canción de Queen queda perfecta para este capítulo.

Espero que hayan disfrutado del capítulo y de la historia hasta ahora. Muchas gracias por esperar todo lo que me demoré en actualizar, muchas gracias por sus votos y los comentarios. Esos comentarios me alientan mucho a seguir escribiendo, por saber que les gustó lo que sale de mi cabeza.

Nos leemos.