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– ¡Eres un maldito traidor! – grito hacia la persona en el otro lado de la línea, estaba enfadada mas no furiosa, el vampiro al otro extremo separo un poco el teléfono de su oído –

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– ¡Eres un maldito traidor! – grito hacia la persona en el otro lado de la línea, estaba enfadada mas no furiosa, el vampiro al otro extremo separo un poco el teléfono de su oído –. Un día simplemente te vas sin decirme nada, para que eh... para perseguir a tu hermano y seguir arruinando su vida

– Oh vamos, muñeca. No te enfades, sabes que hay otros motivos que me mantienen en Mystic Falls. – justifico Damon con la esperanza de que lo perdonara

Aunque era cierto que el vampiro no se disculpaba con nadie, Alexandra se convirtió en alguien importante en su vida y no quería perder esa amistad incondicional que ella siempre le ha proporcionado.

– Sí, claro. En un principio solo querías molestar a tu hermano y liberar a tu loca ex, después volvió la loca de tu ex y terminaste enamorado de su copia, los vampiros originales arribaron al pueblo y trataron de matar a la copia o creo que si la mataron, Stefan se volvió malo por un tiempo y ahora existe una cura para el vampirismo. – enumero con su mano libre mientras la otra sostenía el móvil, el sarcasmo se notaba en su voz y no fue reacio al vampiro –. Acaso me falto algún otro motivo de tu traición, maldito chupasangre

– Eso nunca te molesto. – comento coqueto, Alexandra apretó los dientes y controlo su respiración, no quería formar un espectáculo en plena ciudad

– Damon, mi paciencia tiene un límite. Ahora dime el motivo de tu llamada. –

– No puedo simplemente llamar para saber cómo se encuentra mi chica. –

– No me vuelvas a llamar así. – Alexandra se deslizaba entre las personas, era difícil cuando la ciudad se encontraba repleta de turistas

– Hablo enserio Alex, sabes que me preocupo por ti. – sonaba sincero y a pesar de todo Alexandra sabía que Damon siempre velaba por ella

Una sonrisa se deslizo por sus labios, había llegado a su lugar favorito en toda la ciudad, la calle se encontraba repleta de artistas y la música se escuchaba en todos los rincones.

– ¿Alex, donde estas? – pregunto el vampiro, la castaña se mordió el labio inferior, no quería mentirle y nunca había sido capaz de ocultarle nada, dudo por unos momentos y eso fue suficiente para que Damon se preocupara –. Alexandra, mas te vale estar en camino a Mystic Falls o te juro que...

– ¿Qué vas hacer? – lo reto, no soportaba cuando las personas trataban de controlarla, siempre fue la chica rebelde que rompía las reglas y eso le ha ocasionado múltiples problemas –. No pienso ir a Mystic Falls, te lo advertí millones de veces

– Entonces, en donde estas y por qué no me lo quieres decir. – Alexandra bufo cansada

– Estoy en Nueva Orleans. No tienes que preocuparte por mí Demonio, volví a casa. – contestó, la mirada de la castaña fue hacia un chico de tez ligeramente morena, creyó haberlo visto hacia unos minutos.

Eso solo podía significar una cosa, ese chico la estaba siguiendo. Inspecciono al moreno por unos segundos en busca de indicios, trato de actuar lo más normal posible. Un destello llamo su atención, dirigió su mirada hacia la mano del moreno y visualizo un anillo.

Alexandra camino en dirección contraria a su antiguo objetivo, siempre podía volver en otro momento, ahora lo importante era escapar de un posible verdugo.

– Damon luego te llamo, tengo varios asuntos que resolver. Saluda a Stefy de mi parte, te quiero. – sin darle oportunidades al vampiro de protestar simplemente colgó el teléfono.

El moreno aun seguí tras sus pasos, Alexandra se mantenía rodeada de una gran cantidad de personas, quizás de esa forma podría escapar. No parecía funcionar, la castaña decidió tomar cartas en el asunto.

Alexandra se alejo de la multitud, tomo una liga de unos de los bolsillos de sus jeans y recogió su cabello en una coleta. Se deslizo por un callejón vacio, el moreno la siguió hasta allí.

La castaña se apoyo en la pared del callejón, saco unos cigarrillos de su chaqueta y encendió uno. Simulo estar tranquila, controlo los latidos de su corazón para no levantar sospechas, porque de una cosa estaba segura y es que su acosador era un vampiro.

El vampiro camino con gran rapidez en dirección a Alexandra, una deformada sonrisa se formo en su rostro una vez estuvo frente a la castaña, escalofríos recorrieron su espina dorsal. El cigarrillo fue a parar en el rostro del moreno, su grito por la quemadura fue la oportunidad perfecta.

– Maldita perra. –

Alexandra corrió lo más que pudo como toda una idiota, el vampiro a gran velocidad la acorralo contra la pared, sostuvo sus muñecas mientras la castaña forcejeaba, pateo su entrepierna y el moreno retrocedió dolido.

Alexandra comenzó a murmurar palabras en latín, un inmenso dolor en su cabeza provoco que el vampiro se retorciera en el suelo, cada vez era más fuerte y le dificultaba actuar.

– Necesito le entregues un mensaje a tu "Rey".- se acerco, movió su dedo índice y algunas letras se formaban en el brazo del vampiro –. Dile a Marcel que si desea hablarme, lo haga personalmente, que no envié a sus malditos sirvientes

» Infórmale que Alexandra Natale ha vuelto a la ciudad y esta vez para quedarse.

Solo se escuchaba el sonido de sus tacones golpeando el suelo, saco un cigarrillo y lo poso en sus labios.

Esto solo comenzaba, volvió a Nueva Orleans con un objetivo, su viejo conocido solo era el medio para un fin. Debía encontrar a su hermana, quien mejor que el "Rey" de la ciudad para ayudarla.

Sophie miraba confundía a la recién llegada, una sonrisa socarrona adornaba su rostro, las noticias viajan deprisa y la bruja tenía mucho que decir.

– Entonces Sophie, me voy por unos años y resulta que los vampiros aterrorizan a las brujas, quienes no pueden defenderse o hacer magia, Jane-Anne está muerta por ello y mi hermana está desaparecida. – descanso su cuerpo sobre la barra, miraba sus uñas mientras la bruja a su lado no sabía que responder –. Se me olvido algo o acaso Marcel te comió la lengua

– Alex, yo...–las palabras se atoraron en su garganta, se removió en su lugar, la castaña era conocida por su mal temperamento, muchas veces se vio envuelta en su furia –. Todo lo que necesitas saber debes consultarlo con Agnes

– Ese es el problema, no me fio de esa maldita bruja. – comenzaba a frustrarse, necesitaba respuestas y haría lo que sea para conseguirlas –. Te preguntare una vez mas Sophie, ¿Dónde demonios esta mi hermana?

 Te preguntare una vez mas Sophie, ¿Dónde demonios esta mi hermana?

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-bookgirl📚

𝒀𝑶𝑼𝑵𝑮 | The OriginalsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora