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-No puedo más-dijo Jia dándose un cabezazo contra el escritorio-esta asignatura es lo peor que ha creado el humano

-Derecho romano es necesario-le contestó Draco entre risas mientras seguía escribiendo su ensayo-además, dices eso de cada asignatura que tienes

-Pero es que no lo entiendes-la pelirroja tenía todavía la frente pegada al escritorio-no entendéis mi sufrimiento

-Y luego me llamáis a mí dramático-murmuró Maxon sin levantar la mirada de su propio trabajo

-Los dos lo sois, y ahora por favor callad que tengo que terminar esto rápido

-Qué más da-dijo la chica levantándose y cruzándose de brazos-podrías entregarle un folio vacío, la señora Jackson te pondría un diez igual

-Es verdad-secundó el moreno-esa mujer tiene sueños húmedos contigo, no tengo dudas

-O a lo mejor simplemente me merezco mis buenas notas por mi esfuerzo y trabajo duro

-Tonterías-rezongó la pelirroja-solo has tenido suerte de encontrarte con una mujer a la que le gustan los yogurines como tú.

Draco rio y empezó a recoger las cosas para ir a su habitación. Quería mucho a esos dos, pero era imposible hacer algo productivo cuando se juntaban.

-Por cierto Draco, me quiero hacer un tatuaje-dijo Jia-¿Dónde te hiciste tú el tuyo? Está muy bien hecho

El rubio miró su antebrazo, dónde una calavera con una serpiente le devolvía la mirada.

-Te lo he dicho mil veces, no recuerdo dónde ni cuándo me lo hice. Supongo que estaría muy borracho y me pareció buena idea, pero es horrible.

-Joder macho, es que tiene algo extraño. Dan ganas de mirarlo continuamente. Me molaría que el mismo tatuador me hiciese el mío

-Lo siento, si recuerdo algo te digo

La pelirroja asintió y volvió a su sitio, pero acabo tirada encima de Maxon, que le miraba con asco mientras le daba golpes para que se levantase.

-Lo siento, pero la gravedad y el aburrimiento no me lo permiten-decía ella mientras intentaba mantener una expresión inexpresiva

-Vaya dos idiotas-dijo Draco mientras salía de la biblioteca.

Al día siguiente, la pelirroja apareció con un peto hecho de diferentes telas y colores y con unas botas hasta las rodillas de color naranja fosforito, lo que se ganó las miradas de todos y más críticas de parte de James Spinster.

-Algún día, juro por los dioses de todas las religiones, le cortaré a ese hijo de puta los pezones y me haré unos pendientes con ellos

Draco solo levantó la mirada y alzó una ceja, estaba acostumbrado a los instintos asesinos de su amiga.

-Hoy es viernes, ¿Te apetece venir con Maxon y conmigo a tomar algo?-preguntó ella entusiasmada

Al rubio al principio le sorprendían sus cambios repentinos de humor, pero ahora también estaba hecho a ellos.

-No puedo, le prometí a Will que grabaría las canciones para hoy y no he empezado

-Jooooder-suspiró la pelirroja echándose para atrás en su asiento-¿Algún día saldrás de este sitio? Cada vez que vamos de fiesta tienes una excusa

-Pero son excusas totalmente justificadas. Tomo muchas asignaturas y actividades extracurriculares, y además tengo que ayudar a Will con su trabajo de música, así que claro que no tengo tiempo.

-Ya pero en serio, ¿es que ese chico no ha encontrado a otra persona que sepa cantar en todo el campus o qué?

-Somos amigos, y me lo pidió a mí por eso, no porque quiera verme sufrir enterrado en trabajos acumulados

-No, te lo ha pedido porque cantas genial, porque eres medianamente popular y porque contigo cantando sus canciones va a llegar a más gente. No es listo ni nada el tío

-Jia, te adoro, pero no soporto que siempre tengas que ver el lado malo de la gente

-Es mi talento, un día me lo agradecerás. Y ahora príncipe, me voy a planear con Maxon la noche loca que nos espera, mientras tú te pasas el día cantando canciones de desamor y juventud depresiva

Draco soltó una carcajada. Sabía que a Jia en realidad si le gustaban las canciones de Will, pero que tenía algo contra él por, palabras textuales, acaparar a su pequeño Draco

Dicho esto, la pelirroja se levantó y salió del comedor dando pequeños saltitos. En su camino, empujó a James y lo tiró de cara contra una bandeja llena de comida.

El rubio negó y volvió a centrar su atención en comer, pero su mente viajó a su tatuaje. Procuraba llevarlo siempre tapado porque lo odiaba, pero no tenía dinero suficiente para quitárselo. No recordaba nada de él, pero lo achacaba al alcohol que suponía que había tomado el día que se lo hizo.

Se concentró totalmente en buscar algún recuerdo acerca de él, pero un fuerte pinchazo en la cabeza la sacó de sus pensamientos. Volvió a darle otro pinchazo hasta que se convirtió en una presión que se extendía a lo largo de todo el cráneo. Se apretó ambos lados de la cabeza y cerró con fuerza los ojos, era muy doloroso.

Cuando ya se le había pasado un poco, una voz lo sorprendió.

-Oye Malfoy, ¿Estás bien?

Era una chica de primer año que pasaba por ahí, pero no conocía su nombre.

-Sí, no es nada, dolor de cabeza

Ella asintió y siguió su camino.

-Dracs, amor mío-dijo un chico mientras rodeaba sus hombros con el brazo

Will le sonreía de oreja a oreja. Un mechón de su desordenado cabello negro caía descuidadamente sobre su frente, tapando uno de sus ojos.

-Deja de decir gilipolleces anda-respondió el rubio intentando reprimir una sonrisa

-No seas falso, sé que te encanta-rebatió él echándose el pelo para atrás.

Enseguida notó como las miradas de muchos se centraban en el chico. Will era uno de los estudiantes más populares de todo el campus. Estaba en tercer año de musicología, y llevaba siendo amigo de Draco desde que este entró en la universidad.

Era conocido por sus rizos negros, su piel pálida y los numerosos lunares de su rostro. Pero sin duda, lo que más llamaba la atención, eran sus ojos. Tenía el ojo izquierdo de color miel y el derecho de color azul, lo que le daba un aspecto todavía más atractivo.

Draco se removió incómodo en su asiento, se sentía demasiado observado.

-¿A qué hora vas a venir a grabar? Echo de menos oírte cantar-dijo el moreno mientras le robaba una rebanada de pan.

-Iré después de clases, sobre las cuatro estaré ahí.

-Perfecto, nos vemos allí entonces, llego tardísimo a clase-comentó riendo

-Hasta luego William

-Llámame Will por favor-dijo el moreno fingiendo llanto

-Cuando tú dejes de llamarme Dracs

-Nunca

El rubio rio y vio al otro salir corriendo con la mirada de todos puesta en él. Debía de ser duro ser tan popular

Monachopsis // HarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora