Ella.

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Me encontraba paseando por las calles, de la ciudad. Se veía tan bonita,  mucho más, por la iluminación. De repente mi vista se desvió, hacia una chica, esa chica que no tenía nada de especial. Su cabello revuelto por la brisa del aire, y su mirada cansada, tampoco era joven. Ni siquiera su ropa era especial. Nada en ella era especial. Aún así, solo 10 metros nos separaban. Sentía mi corazón latir fuerte, mi boca secarse, y mi mirada perderse en aquella chica nada especial. -Le contaba a mi Mj.amigo mi experiencia con aquella chica. El parecía aburrido, como si no le interesara nada de lo que acabo de contar.
-Entonces era bonita, y que tiene de especial?- Preguntó, a lo que yo me quedé pensando, toda la noche. Encontré mil respuestas, y con todas sonreía embobado solo con recordarla. Parecía apurada. Quizá ella era para mi, la mujer perfecta, pero yo, yo ni siquiera era para ella. Digo, para mi amigo ella no era bonita, entonces no le encontraba gracia. Pero para mi, para mi era bella, era la mujer perfecta, ella lo era, y ella lo será. No podía quitarla de mis pensamientos, y siempre que pasaba por la misma calle, tenía un poco de ilusión en volver a encontrarla, y así por años, largos años esperándola, pero nada, nunca la volví a ver. ¿Triste verdad? Pues si, lo es, y muy triste.
Me encontraba sentado en un banco. Sí, de nuevo, y así por años. Conversaba con una joven. Yo tenía 50, y ella 20. Le contaba mis historias, y ella las escuchaba, eramos buenos amigos sinceramente, o bueno, era mi única amiga, y era extraño para un viejo como yo, tanto para las demás personas, que habláramos como si fuéramos adolescentes.
-Hubo una mujer, una mujer nada especial, pero para mi era hermosa.
-Tu esposa? -Pregunto ella, y yo negué
-Probablemente podríamos haber sido todo, pero no fuimos nada. -Hice un silencio, y luego continué- Me hubiera gustado hablarle mientras podía, pero no. Ni siquiera pude acercarme, era un joven. Tendría 18 años, y esa chica llamó tanto mi atención a pesar de no ser perfecta. -Sonreia embobado al recordarlo, me hubiera gustado tanto hablarle. Pero no lo hice, por cobarde.

Y quizá no era el momento, y tú tampoco mi destinado. (Cuentos cortos)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon