Capítulo 3

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-¡Ariel!

-¿Acaso no quieres jugar con nosotros, Ariel?

-¿Esperas a tu príncipe?

-¡Los niños no tienen príncipes, así que nunca te rescataran!

-¿Sabes que le ocurre a la Sirenita por querer encajar en un mundo donde no pertenece?

-¡¿Qué le ocurre chicos?!

-¡Desaparece!- gritan todos a una voz.

-Exacto, nuestro pequeño Ariel tiene que desaparecer para que todos tengamos nuestro final feliz ¿O no?

-¡Si, desaparecerá como la espuma!-dicen a coro, el grupo de chicos que han tomado como misión personal, molestar a alguien que es diferente a ellos.

Taehyung sentía que su cabeza iba a estallar en cualquier momento, una de las razones era el golpe que Jaeboon le había estampado en la nuca y otra eran los gritos de todos esos chicos que recién estrenaban la pubertad. No sabía cómo sentirse respecto a los insultos que ellos utilizaban. Se preguntaba que era más hiriente, los ataques de ese grupito de chicos que de seguro vivian un infierno en su casa y tenian que descargarlo con alguien mas débil que ellos o la indiferencia de los demás al solo quedarse mirando como maltrataban a un chico de doce años y no hacian nada para defenderlo. El habia intentado defenderse, pero una sola persona no puede contra un grupo y asi fue como terminó atado a uno de los árboles de la escuela.

A decir verdad todo este asunto le causaba un poco de gracia, no sabia a ciencia cierta que era lo chistoso de esta tan repetitiva y similar situación, pero aún así, la risa que salió de sus labios se escuchaba tan falsa que hubiese preferido llorar para intentar aliviar el dolor que sentía en su pecho.

Su risa se continuó escuchando aún después de que los otros chicos se marcharán dejándolo atado al árbol.

-¡Ayuda!- un grito desesperado salió de sus boca.

-¡Ayudenme, por favor!

No podía dejar que sus padres se enterarán de lo que había sucedido, necesitaba ir a casa. Si se tardaba sus padres se preocuparían.

-¡Alguien, por favor!

Sentía sus brazos adoloridos de tanto forzejear con la soga. Por más que intentará comprender el porque de todos esos malos tratos, seguí siendo en chico de doce años. El no hizo nada malo pero eso no era excusa para que lo dejarán de molestar. Se estaba cansando de luchar.

Una chica se acercó hasta donde se escuchaban los gritos de auxilio. Estaba consiente de lo que encontraría, al fin y al cabo ese chico se había convertido en el centro de atención de la escuela entera. Además está el hecho de que ella vio todo desde la segunda planta.

-Para que puedas sobrevivir aquí tendrás que ser más fuerte.

-¿Quién eres?

-A los que van en contra de lo natural, nadie lo querrá.

-¿Me estás llamando pecador?

-Puedes interpretarlo como quieras, pero la única verdad aquí es que tienes que sobrevivir.- para ser una chica más o menos de mi edad, se escuchaba como un adulto.

Taehyung mira como la chica se acerca y comienza a desatar la soga de sus manos. En los doce años que tenía vivo, está era la primera vez que lo ayudaba alguien que no fuera de su familia.

- No importa, pero de todas formas, gracias por desatarse.

-Veo lo que hay en tus ojos, si sigues así la circunstancias te sobrepasaran. Esto que estas enfrentando en la escuela no es ni la décima parte de lo que enfrentarás en el mundo real.- dice mientras se sacude las manos y arregla su uniforme que ya estaba impecable.-No importa cuántas veces lo intentes, si tu no te aceptas, nadie lo hara.

Desde el encuentro con la chica Taehyung se había vuelto más pensativo, tanto así que duró un día entero con la mirada perdida en algún lugar, ese día el tiempo transcurrió rápido. Los chicos que lo molestaban pasaron totalmente de él. Su madre se preguntaba que idea estaba rodando en su cabeza.

Lo único que Taehyung pensó en el día entero fue en las palabras de la chica.

"Tienes que sobrevivir" eso el lo sabía de sobra pero no encontraba el método.

"Si tu no te aceptas, nadie lo hara"

Nunca se le ocurrió pensar en el concepto que tenía sobre si mismo. Sólo era el chico del cabello rojo.

-¿Hasta qué punto me amo para no aceptar lo que soy?

Esa era una buena pregunta para hacerse, pero, ¿donde estaba la respuesta que necesitaba escuchar?

Desde que se hizo consiente de si mismo pudo ver que su vida era muy observada, se sentía nervioso a cada paso que daba. Podía sentir el peso de sus miradas, sabia que lo estaban catalogando por ser diferente. A lo largo de ese tiempo, hasta respirar se sentía incorrecto. ¿Podría lograr encontrar su camino a la felicidad?

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*La Sirenita en la cultura coreana, desapareció como la espuma del mar porque nunca pudo hablar y el príncipe no la pudo reconocer. Así que el príncipe se casó con la otra.*

Espero que entiendan y disfruten el capítulo.

Hasta el próximo.

Byu~~

El chico del cabello rojo Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang