UNO

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Todo en esta misión es un desastre, estoy molesto, muy molesto; me atrevo a afirmar que esta es la misión más molesta que he tenido que llevar a cabo desde que el desperdicio de vendas abandono la Port Mafia.

Desde que me abandono.

En el momento en que el jefe me dio la orden acepté sin rechistar como siempre, no le di importancia al venir solo a otra ciudad, no seria digno de ser un ejecutivo si no soy capaz de concretar una misión así, después de todo mi sangre pertenece a la mafia, soy un esclavo más y derroto a sus enemigos como un esclavo.

Bien me cansó y fastidio de esquivar ataques, al parecer no hay nadie digno con quien luchar, es momento de que la gravedad las aplaste, porque si, todo el bando enemigo lo conforman mujeres.

Una nueva mafia, una de solo mujeres, me rio ante la idea un tanto absurda, no tiene nada de malo que hombres y mujeres colaboremos con un fin; lo que si tiene de malo es querer meterse en nuestro territorio.

Detengo las balas, se las devuelvo, asesinando a todas ahí, era un grupo reducido, lo que me extraña es no haberme topado con ningún usuario de alguna habilidad.

Según los informes Femme Fatale tenia grandes usuarias de habilidades, aunque la gran mayoría desconocidas.

Recorro el camino de destrucción y cadáveres que he dejado, no quedo nadie vivo, no soy gran fan de la tortura así que tuvieron suerte de cierta forma, de haber sido yo el que viniese.

Saco mi teléfono, y marco en automático, de inmediato recibo respuesta.

-Boss, el trabajo está hecho.

-Tal como lo esperaba de ti Chuuya-kun no hay nada mejor que destruir una organización enemiga.

-No quedo nadie vivo.

-Muy bien, cuando regreses a Yokohama envíame un informe detallado y además como recompensa por tu excelente trabajo tomate una semana de descanso.

-Entiendo

Cortamos la comunicación.

Lo mejor es que me retire de este lugar.

Camino con tranquilidad saliendo del desastre, me detengo al oír un ruido, no hay sobrevivientes lo acabo de revisar, de inmediato me pongo a la defensiva.

Con la vista vuelvo a recorrer el lugar, escucho un ruido a mi derecha, el aura roja envuelve mi cuerpo activando mi habilidad, es lo mejor de momento, para evitar inconvenientes, asesinare a quien sea.

Uso la gravedad y saco de su escondite a una pequeña niña, por su apariencia deduzco que esta entre los seis u ocho años, tiene un osito de felpa entre sus manos, esta llorando, maldición, soy mafioso, pero tengo cierta debilidad con los niños; me acerco a ella y le distingo mejor, sus ojos brillantes de color rosa y cabello rosa claro.

-Eh. ¿Quién eres? – sigue derramando lágrimas en silencio.

-SiSimone – logra decirme entre hipidos.

-Muy bien Simone, eres demasiado pequeña para estar aquí – su vista se posa en los ojos de la menor – de hecho, es demasiado sospechoso, descuida no soy fan de la tortura

En el momento en que la toque, dispuesto a terminar con su vida de una, sus ojos adquirieron cierto toque rojizo, oscuro y con sed de sangre.

Me sorprendí aprovecho ese momento, una luz cegadora nos rodeó, me sentí mareado y débil, por lo que desactive mi habilidad, solo vislumbre su sonrisa, una sonrisa macabra que no es la de un niño ni siquiera Q es así, antes de perder el conocimiento, logre verla alejarse y tomar la mano de otra mujer, sin embargo, no las distinguí.

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Al despertar aún es de noche, todo sigue igual, reviso mi celular y veo la hora solo pasaron unos minutos desde el ataque, o lo que sea que haya sucedido, ya que al no sentir dolor de nada deduzco que no he sufrido daño alguno.

Con cuidado me levanto, siento la ropa algo extraña, mi ropa es a medida, aunque lo suficientemente flexible para permitirme libertad de movimiento a la hora de una batalla, pero ahora en mi pecho aprieta, bajo mi mirada y noto el abultamiento evidente, los botones están casi a reventar.

Llevo sus manos al pecho, aun enfundadas en los guantes, si antes ya lucían estéticas ahora lo eran más, delicadas, manos de fémina, ese pensamiento retumbo en su cabeza haciendo un clic.

Manos de fémina.

Pechos prominentes

-¡NO! – soltó un grito, que salió agudo.

Voz más suave.

-Esto no me puede pasar a mi – siguió tanteando su cuerpo – soy un hombre, no una mujer, joder.

Cintura más estrecha

Más curvas

Ahora era una mujer

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Nota: En la imagen la representación de la pequeña niña; y si incluiré personajes propios obviamente basados en la literatura, espero les guste y comenten gracias por leer mis locuras. Este fic durante este mes o lo que queda del mismo no tendrá fechas exactas de publicación todo dependerá de los tiempos, espero el próximo mes ya poder ajustar calendario.

Vidas ParalelasWhere stories live. Discover now