Capítulo-1. Transformación

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Me levanté de la cama y olí el dulce aroma de las tortitas, miré el calendario colgado en una de las paredes y ví el día de hoy repasado con un sin fin de colorines. Hoy era mi más esperado dieciocho cumpleaños. Bajé a la cocina y ví a Lucía que había preparado una montaña de tortitas con una vela encendida en el medio.

Lucía era mi guardiana y empleada doméstica, esto se debía a que vivía en una casa alejada del campo, en la ciudad, ya que mi padre no me dejaba convivir en la casa de la manada hasta mi primera transformación. Era lo más parecido a una madre que tenía, nada mas morir la mía con apenas tres años, ella comenzó a cuidarme.

- Feliiiciidadeess Saamy, sopla la velaa- me dijo con una sonrisa acercándome el plato.

- Graciias Lucía, ¿cuándo nos iremos a casa? - pregunté, lo único que quería era coger mis cosas y salir corriendo para empezar a vivir con mi familia, llevaba ya doce años viviendo aquí, viéndolos más que los días festivos y algunos fines de semana.

-El autobús sale dentro de cuatro horas, tranquila te dará tiempo a saludar a la gente de sobra antes de medianoche.

Llegamos sobre las ocho de la tarde a la estación, vinieron a recogernos unos ayudantes de papá que nos transportaron hasta la casa.

-Papaaa - grité al verlo en la puerta esperándonos con una sonrisa.

- Mii pequeño cachorritoo- dijo mientras me abrazaba.

-Ya no soy un cachorro - le dí un golpe a modo de indignación mientras entrabamos.

-Vayaa, vaya...pero que tenemos aquí, el cachorrito de ciudad ha vuelto al campo - dijo Angus. Él es uno de mis mejores amigos, con el que jugaba de pequeña, un lobo muuy deseado, rubio de ojos azules, con un buen porte y una sonrisa deslumbrante. Aún me recordaba al pequeño niño que lloraba sentado en el parque, por no encontrar su pulsera, sólo que ese niño se había convertido ahora en uno de los mejores guerreros de la manada.

-Anguus- me tiré a sus brazos y él me dió vueltas. Mientras me sostenía todavía en el aire, agarré su cara con mis dos manos y pegué mi frente a la suya mirándolo directamente a los ojos - ya no soy una niña- susurré y escuché su tragar nervioso al soltarme en el suelo.

-Has cambiado bastante...estas mas...mas guapa...ya tienes...tienes curvas y todo - dijo nervioso, posando su mirada de un lado a otro.

-¿Y los demás? - pregunté, refiriéndome a mis amigos.

-Están en una misión, no volverán hasta mañana.

Hicimos una pequeña fiesta familiar con comida, música y un pastel. Pronto llegaron las once.

-Es hora de salir y preprarse- me dijo mi padre.

-Ooh está bien, iré a por ropa de cambio - contesté.

-Te espero en la puerta trasera junto a Angus.

Cogí la ropa y salí para encontrarme con un padre con nervios a flor de piel y con un Angus sonriente. Caminamos bosque adentro, buscando un lugar tránquilo. Ya que sería la primera transformación, llevaría su tiempo y lo peor de todo es que dolería bastante.

-Creo que este lugar está bien - dijo mi padre.

Me senté en el suelo y Angus hizo lo mismo.

-Más te vale no mirarme los pechos o estás muerto- le advertí.

-Te los tengo ya muy vistos...diría que...desde que eran así de pequeños - dijo él, haciendo una diminuta forma con sus manos.

-¿Aah siii? puees... - me interrumpí, mi cuerpo estaba empezando a culvosionarse.

Me levanté, las sacudidas eran cada vez más fuertes, mi cuerpo se torció hacia atrás haciendo que oyera el crugir de mis huesos, caí de rodillas, empezaba a sudar y mi respiración se entrecortaba, mis entrañas se retorcían dentro de mí, agarré la hierba del suelo, mi corazón sentía punzadas y latía cada vez más rápido, no era capaz de gritar, en ese momento mi cuerpo no me pertenecía, mis ojos empezaron a arder y perdí la vista, un avismo negro la llenó, cerré mis ojos y los apreté. Parecía como si dentro de mí hubiera una batalla, un dolor profundo empezó a invadirme, mis huesos se estaban quebrando a sí mismos, noté el roce de alguno de ellos contra mi piel desgarrándola a su paso...entonces mi respiración desapareció por completo, 1, conté mientras sentía mis uñas y mis dientes crecer, 2, un pitido invadió mis oídos asordeciéndome, 3...mi respiración volvió, abrí mis ojos y solté un aullido a forma de suspiro, nítidas imágenes en tonos blancos y negros aparecieron en mi cabeza, los claros sonidos del revolotear de las aves acudieron a mis oídos, mi transformación había acabado.

Miré mis patas y me puse a trotar en la hierba, ví a papa y a Angus con una mirada de asombro y terror.¿Qué era lo que ocurría? Me concentré para volverme en humana, agarré mi cambio de ropa y me lo puse.

-Poor fiin, por fiin me transformee- chillé nerviosa, ellos seguían sin moverse, mordí mi labio inferior - ¿Qué ocurre? parece cómo si hubieraís visto un fantasma - reí.

- Yo diría que algo así - dijo mi padre.

-¿Cómo soy? ¿De qué color?

-Puues...es algo complicado

-Dorada...Sam, eres...dorada - dijo Angus.

-Oh biien, espero que no me hayas mirado los pechoos, porque sinoo- Angus me cortó.

-¿De esoo te preocupas ahora? ¿Te falta algoo? Te acabo de decir que eres una loba dorada...¡no ves que hay algoo que no va bieen! - gritó Angus.

-Tiene razón, hay algo que no va bien - mi padre me agarró por los hombros y empezó a zarandearme- ¡no va nada biien! ¡No puedes decirle a nadie que eres una loba de ese color, si alguien te pregunta eres blanca, blanca como tu madre! , no le digas a nadie o estarás en peligro, vendrán a por ti...hay que mantener esto en secreto, tampoco puedes dejar que los demás te vean transformada.

Llegamos a casa y subí a mi habitación, Angus me acompañó hasta ella.

-Hasta mañana - susurró, cerrando la puerta.

-Espera - le agarré de la muñeca - quédate, tengo miedo, lo que ha dicho mi padre...por alguna razón tengo un mal presentimiemto.

Me acostó en la cama y me incorporó a su lado, nos arropó y yo me acomodé en su pecho, él me envolvió y acunó en sus brazos mientras me acariciaba el pelo.

- Tranquila, todo va a salir bien - susurró en mi frente - te lo prometo.

Su aroma me relajaba, mis ojos se fueron cerrando hasta que me quedé dormida.

La loba doradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora