Suspiro de la Muerte

988 75 7
                                    

La luz brillante me vuelve a penetrar los ojos, estoy cubierta de sudor y temblando .Estoy en la habitación del hospital, ¿Una pesadilla? No, fue muy real para que fuera una pesadilla. Fijo la vista en mi brazo derecho, esta normal…Suspiro, que alivio.

-Yo de ti no estaría tan tranquila- me habla una voz, levanto la mirada y me encuentro con Azrael. Al principio me siento feliz de verlo y después recuerdo que él me vio asesinando a esas chicas.

-¿Por lo que lo dices?- respondo tímidamente. El se acerca a mi con paso lento, haciendo que mi corazón se acelere.

-Sé lo que acabas de ‘’soñar’’, están jugando con tu mente.

-¿Entonces no es verdad? ¿No me he transformado en demonio?.

-No te puedo asegurar nada, pero siendo sincero, te estás inclinando a lo de transformarte en demonio totalmente- Mierda. Tarde o temprano iba a reclamarme, pero no esperaba que fuera tan rápido. Retuerzo mis dedos incomoda, esperando que me lance sus decepciones.

-¿Por qué? ¿Por qué lo hiciste? ¿Cómo te convenció Ian?- me bombardea. Ese tono de decepción me carcome por dentro. Respiro hondo.

-Es que, Alba…Yo no quería que la entrometieran en esto, yo no pensé muy bien lo que hacía y me deje llevar…- me excuso torpemente. Alba, ni siquiera sabía si Alba estaba bien o que había pasado con ella.

-Ok…- dice de golpe, respira y cambia el tono- Ian ya no está en tu mente, llegaste a una parte de la transformación donde ya tienes la voluntad de matar sin influencia, ya que, apenas asesinas a sangre fría, se vuelve como tu droga – me dice con compasión – Créeme, lo he vivido.

-¿He avanzado?- pregunto tímidamente.

-Puedes llamarle así, después de todo, lo que único que querían es que asesinaras para continuar con tu transformación.

Aprieto los puños disgustada -¡¿Pero cuál es su necesidad de convertirme en demonio?! ¡¿En serio no tienen nada mejor que hacer que enfocarse en convertir a una mitad demonio en eso?!- gruño.

Azrael niega con la cabeza –No lo entiendes aun, Valeria, los demonios son experimentales, y aparte de eso, su número es muy alto, ¿Qué mejor forma de infiltrase en la humanidad que transformándola? .No te confundas, los demonios son lo que son, son malos. Son avariciosos, y cualquier oportunidad de arruinar a la humanidad la aprovechan.

Un silencio incomodo abarca la habitación, Azrael ya no puede hacer nada, con razón estaba tan empeñado en que no oyera a Ian, desde el momento en que asesine a una de esas zorras llegue a ese punto de adicción. El momento donde ya ni Azrael puede ayudarme, solo yo puedo detenerme.

-¿Y mi madre y Alba? ¿Cómo están? ¿Dónde están?- pregunto cambiando de tema. Me tiembla la voz al hacerlo, no quiero herirlas, y para eso, no debo tenerlas cerca.

-Alba está bien, ya le dieron de alta. Y tu madre ha venido a verte cuando estabas dormida, está muy preocupada…

-¿Podrías hacerme un favor?- mi voz tiembla, estoy a punto de llorar, no lo hagas Valeria, no llores -¿Podrías alejarlas de mi? No quiero que se involucren mas en esto y salgan afectadas…- digo rompiendo en un sollozo. Azrael asiente y besa mi mano, apoyándome.

Al cabo de dos días me dan de alta del hospital, debería sentirme aliviada, pero en realidad, jamás me había sentido tan temerosa en mi vida. Pero por lo menos Azrael está a mi lado, no me deja sola, y yo lo agradezco, no merezco su ayuda. Por todos lados vemos demonios y ángeles, y me siento intimidada por las dos partes, ya que los demonios me miran con complicidad (como si fuera un producto que apenas va a salir a la venta y todos lo quieren) y los ángeles con tristeza.

Azrael alejo de mi a Alba y a mi madre justo como le pedí, aunque quisiera por lo menos decirles que jamás podría explicar lo que siento por ellas, han sido un oasis en mi mundo desértico… Pero, si llego a decir eso, podría estar dando mi despedida, y no es eso, por la menos espero que no sea eso…no quiero que sufran. Ahora estoy con Azrael, pero sé que cuando el día en que Ellos se aparezcan ante mi llegue, estaré sola.

Cada segundo es una tortura, y Azrael o cualquier persona lo nota, no tengo apetito ni energia, y lo único que quiero hacer es matar, una ira inexplicable fue expandiéndose por mi como un cáncer. Me esta matando, lo siento. Aparte, la falta de comida me ha debilitado hasta el punto donde debería estar muerta, pero obviamente, mi parte demoniaca e iracunda se niega totalmente a dejarme morir.

Poco a poco he empezado a beber mas líquidos sin que mi cuerpo los devuelva, me he mantenido en cama todo este tiempo, no se donde estoy, solo que Azrael me trajo aquí y ha estado cuidando de mi desde entonces. Puedo ver en sus ojos su preocupación y sufrimiento, el también está débil y al igual que a mi, está muriendo de a poco, solo que no físicamente. Deseo con desesperación la muerte, o aunque sea el juicio de ‘’Ellos’’.

Jamás pensé que desearía la muerte.

Ni siquiera se cuanto tiempo he pasado recostada en esta cama, intentando con todas mis fuerzas beber un tazón de sopa y luchando contra las ganas de asesinar. Siento dentro mi como mis últimas fuerzas se han canalizado en un solo punto, esperando ser liberadas cuando me decida a matar. Me pregunto si Harry me ha vuelto a buscar, me pregunto qué diría al verme tan huesuda, ojerosa, débil, fría…demacrada.

La policía cerró el caso de los asesinatos de las muchachas, las que sobrevivieron dijeron que una pandilla nos ataco a todas en conjunto, lo explicaron tan bien que parecía no haber errores ni espacios en blanco. Alba nunca declaro nada, porque decía no recordarlo. Azrael había preparado la coartada perfecta.

Ya ni tengo fuerzas para llorar. Todo es silencio.

La noche es fría, y aunque estoy cubierta por tres mantas, siento como el frio las traspasa sin esfuerzo y penetra en mi piel. Azrael está en una esquina del cuarto, pensativo, mirando por la ventana donde la única luz que entra es la de la ciudad y la luna, el tranquilizador ruido de la lluvia nos arrulla a los dos. Esta tenue luz hace que se remarquen sus facciones entre oscuridad, y su pelo brille, sus labios están apretados formando una línea recta, sus ojos dorados reflejan su cansancio y preocupación, no lo culpo, no han sido los mejores días para ninguno de los dos. Sonrío ante esa vista, el silencio y ver a Azrael son la combinación perfecta.

-Eres hermoso- digo roncamente, lo que ahora es mi voz suena como un chillido leve y pobre. El vuelve su mirada hacia mi y sonríe levemente. Oh, ese tipo de sonrisas cálidas y llenas de amor que son tan pocas. El se levanta del rincón y se acerca a mi.

-¿Tienes frio?

-Un poco- digo abrazando las mantas. El se acerca más a mi y acaricia mi pómulo, esto hace que me estremezca. Con cuidado se mete en la cama conmigo y me abraza por la espalda, un calor me recorre todo el cuerpo y hace que suspire, que reconfortante. Siento su aliento en mi nuca, y no todo lo malo se desvanece por un segundo.

-Valeria, nunca te dejare sola, te amo - susurra en mi oreja. Sonrío, esas palabras hacen que mi adormilado corazón de un vuelco. Duele un poco, pero me hacía falta.

-Gracias por estar siempre a mi lado, te amo – le respondo en un susurro. El me da la vuelta en un movimiento y me aprieta a él, juntando nuestras bocas. No fue un beso desesperado como pensé que sería, fue un beso totalmente sincero, totalmente lleno de amor, y ahora lo compartíamos. Mi cuerpo se reconforta por un segundo y siento mi corazón latir con viveza nuevamente.

El beso y nuestro deseo se intensifica,ahora no habia mas miedo.Entendí que Azrael era mío, y yo era suya, nos hicimos uno solo. Un solo cuerpo, un solo corazón.

Lo que estábamos haciendo no era lo que yo esperaba desde hace tanto, era mejor. No era solo sexo. Me había equivocado todo este tiempo, podía sentir en cada caricia, en cada beso, en cada embestida que Azrael me amaba,y sabia que estar haciendo esto era una forma de decirlo.

Una espiral de placer y calor nos cubre en cierto punto, que suelen llamar orgasmo. Nunca me había sentido tan completa que junto a su lado,junto al lado de la persona que amo.

PsicópataDove le storie prendono vita. Scoprilo ora