Warrior ⟶ b. weasley ¹ (EDITANDO)

ix. El perro negro

FUNCIONARIO DEL MINISTERIO DE MAGIA RECIBE EL GRAN PREMIO

Arthur Weasley, director del Departamento Contra el Uso Incorrecto de los Objetos Muggles, ha ganado el gran premio anual Galleon Draw que entrega el diario El Profeta.

El señor Weasley, radiante de alegría, declaró a El Profeta: «Gastaremos el dinero en unas vacaciones estivales en Egipto, donde trabaja Bill, nuestro hijo mayor, deshaciendo hechizos para el banco mágico Gringotts.»

La familia Weasley pasará un mes en Egipto, y regresará para el comienzo del nuevo curso escolar de Hogwarts, donde estudian actualmente cinco hijos del matrimonio Weasley.

Observó la foto en movimiento, y una sonrisa se le dibujó en la cara al ver a los nueve Weasley ante una enorme pirámide, saludándola con la mano. La pequeña y rechoncha señora Weasley, el alto y calvo señor Weasley, los seis hijos y la hija tenían (aunque la fotografía en blanco y negro no lo mostrara) el pelo de un rojo intenso.

–No me habías dicho lo guapo que se había puesto Bill cuando lo viste el verano pasado. –dijo Tonks, al notar que su amiga no dejaba de mirarlo. Una sonrisa iluminó su rostro cansado–. ¿Algo que tengas que confesarle a tu mejor amiga?

Eleanor suspiró evitando sonreír pero no le devolvió el periódico. Planeaba quedárselo, por supuesto.

–No sabía que veías a Bill de esa manera...

–¡Hazte la tonta! –rió–. No hay nada de malo en decir que está más cambiado desde Hogwarts.

–Bill siempre ha sido guapo. –respondió la joven a su lado.

–Sí, bueno. Nunca dejabas de mirarlo en el castillo y creo, que eso no ha cambiado.

Eleanor la miró enarcando una ceja perfectamente.

–¿Porque no preguntas lo que realmente quieres saber?

–Yo solo decía... ¡Y deja de hacer eso! –se quejó su mejor amiga, al verla hacer aquel gesto–. Odio cuando las personas pueden hacerlo y yo no.

–Eso es algo descarado de tu parte, Tonks. Tu puedes cambiar tu apariencia siempre que quieres.

–Da igual. –dijo Tonks, encogiendo sus hombros y frunciendo su ceño–. ¡Estábamos hablando de ti! ¡No de mi!

–No hay nada que decir. –le dijo Eleanor, tocando la punta de su nariz provocando que la arrugara–. Solo debes dejar de intentar conseguir un enamorado. Y eso también incluye dejar el tema de Bill por la paz.

Tonks la miró mal.

–No lo estoy haciendo, Elle. Solo quiero que te des una oportunidad. No has dejado a nadie entrar y eso no es bueno, deberías intentar no pierdes nada con eso... –dijo la metamorfomaga, cruzada de brazos. Eleanor no le gustaba el rumbo de la conversación y Tonks decidió que lo mejor era dejar de presionarla–. ¿Sabías que Charlie tuvo una cita con una dragonalista?

En los últimos meses Charlie había comenzado a responder la correspondencia que siempre le mandaba su amiga Nymphadora Tonks por lo que estaban hablando con más frecuencia. Al parecer, el pelirrojo estaba empezando a eliminar cualquier sentimiento por la metamorfomaga y eso había mejorado la relación de ambos. Luego de tantos años reprimiendo su amor no correspondido, finalmente, se había dado la oportunidad de salir con otras chicas. En especial, con la dragonalista que Eleanor había conocido hace dos veranos atrás.