Capítulo 2

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Al fin se acabaron las clases de la mañana. Will solo quería irse a su casa a descansar, por lo menos hasta que fuera hora de volver al instituto.

- Will, ¿vienes? - le preguntó Mike. Le cogió por sorpresa, no había escuchado nada de la conversación.

- ¿Q-qué? - preguntó él, muy perdido.

- Vamos a ir a la hamburguesería del Starcourt todos juntos. ¿Vienes? - le aclaró El. En ese momento no sabía que hacer: quería descansar en su casa, pero no quería dejar a sus amigos tirados. Al final contestó sin pensarlo mucho.

- Sí, claro. - contestó finalmente.

- Pues venga, ¡vamos! - dijo Max.

No tardaron mucho en llegar, al fin y al cabo Hawkins era un pueblo pequeño. Cuando llegaron, Will ya se arrepentía de haber aceptado.

Encontraron una mesa un poco pequeña, pero consiguieron sentarse los seis juntos.

- ¿Qué quieren? - preguntó la camarera un rato después de que se sentaran.

Todos empezaron a pedir distintas cosas, menos Will. Le emepzaba a doler un poco la cabeza. 

- Emm... Tengo que ir al baño, ya pediré después. - dijó cuando era su turno, y se fue hacia dónde había dicho.

- Yo también. - dijo Mike cuando Will ya se había ido. Él había notado que su amigo no se encontraba muy bien, así que fue a ver como estaba.

Will estaba ahí dentro solo, lavándose la cara. Tenía que reconocer que se encotraba fatal, pero no sabía que hacer. Quizás podía aguantar hasta que terminasen las clases...

- ¡Will! ¿Estás bien? - preguntó Mike nada más entrar al baño.

- ¿Qué? No... Quiero decir, ¡sí! - afirmó el más bajo, todo y que no sonó muy convincente.

- ¿Seguro? - dijo el otro, acercándose para tocarle la frente. - Pero si estás ardiendo. Vamos, te acompaño a casa.

- No, no hace falta. Estoy bien. Además si me acompañas llegarás tarde a clase. - se negó Will.

- Eso da igual, tú eres más importante que las clases. Los otros ya irán sin nosotros.

- Bueno... Quizás es verdad que no me enuentro del todo bien... 

- Pues venga, ¡vamos!

Salieron del baño y se dirgieron hacia la salida, pasando por la mesa con sus amigos.

- ¿Pasa algo? - preguntó El.

- Will no se encuentra bien, así que le acompaño a casa. Dustin, pudes comerte mi hamburguesa.

- ¡Gracias! - dijo él muy contento.

- Bueno, pues adiós. Que te mejores, Will. - se despidió Max.

- ¡Adiós! - se despidieron Mike y Will.

Después de eso, se fueron del centro comercial hacia la casa de los Byers. Cuando llegaron llamaron a la puerta.

- ¿Will? ¿Mike? Eleven me llamó para decirme que íbais a comer al centro comercial. - dijo Joyce, sorprendida, nada mñas abrir la puerta de la casa.

- Sí, bueno, es que no me encuentro muy bien y Mike me ha acompañado a casa. - explicó Will.

- Oh, ¿estás bien? - preguntó su madre, preocupada, acercándose a su hijo. - Muchas gracias por acompañarle Mike, pasa si quieres.

- Emm... Es bastante tarde, ya no llego a tiempo a clase, así que me puedo quedar, no pasará nada por saltarme una tarde. - dijó Mike después de mirar la hora en su reloj.

- Vale, pues ven.

Los tres entraron hacia dentro de la casa.

- Esperad un momento, voy a buscar el termométro. -  informó Joyce, dejando a los dos amigos solos en el salón.

- ¿Te encuentras mejor? - preguntó Mike.

- Sí, un poco. Por cierto, muchas gracias por acompañarme, no tenías porqué. Ahora te vas a perder todas las clases de la tarde. - agradeció Will.

- Eso no importa ahora, eres mi amigo, tu siempre me ayudas cuando tengo un problema.

- Tampoco es para tanto... - dijo el castaño.

Entonces hubo un silencio incómodo. Los dos se miraron. Era una situación muy extraña. Will estaba pensando en... 

- Vale, ya estoy aquí. - dijo Joyce entrando en el salón e interviniendo en el silencio incómodo. - Ven, Will.

Después de eso, Joyce vio que Will tenía bastante fiebre y que era mejor que descansase un poco. Mike tampoco quería molestar así que decidió irse al instituto a ver si aún llegaba a la última clase.

Yendo hacia el instituto se puso a reflexionar sobre ese silencio incómodo. ¿Qué habría pasado si Joyce hubiera llegado un minuto más tarde? Tampoco sabía por qué pensaba eso: habrían seguido hablando y ya está. Supongo.

¿Pero por qué pensaba eso? ¿Qué se esperaba que hubiera pasado? Will es su amigo, lo ha sido des de siempre. 

Entonces se puso a pensar en Eleven: ¿por qué había roto con ella? Creía que era porque últimamente no estaban muy bien y su relación no terminaba de encajar, pero, ¿y si había otro motivo?

Ni él mismo entendía en qué estaba pensando, o quizás no quería aceptarlo.

Justo en ese momento llegó al instituto y miró su reloj. Quedaban cinco minutos para la última clase, aún llegaba a tiempo, así que dejó su bicicleta en la entrada y se fue corriendo hasta dentro.




OUR LOVE STORY (byler)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora