Capítulo 10 | El profesor

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―Este... yo sí, pero estoy hablando con Amy ―contesta y yo me tapo la boca, eso no le va a gustar.

―¿Estás hablando con Amber y no quiso que yo la saludara? ―pregunta acercándose al celular de Kyle.

―Dylan, me ves todos los días ―le contesto.

―Pero es diferente que sea por casualidad por teléfono, sería como... como salir en televisión.

―¿Qué? ¿Has salido en televisión alguna vez para saber eso?

―Si, cuando mi vecino ganó la lotería.

―¿Y por qué saliste hablar tú? ―pregunta Kyle.

―¿Hablar? Yo salí saludando frenéticamente desde atrás.

Kyle y yo nos reímos.

―Lo siento, Dylan ―dice Kyle―. No quería ir a saludarte por si me preguntabas cuál era la fruta de estación o algo así.

―¿Qué? ―inquiere él indignado―Eso es absurdo. Ya sé que es la frutilla.

―――

Eran las ocho de la noche cuando Lily y yo nos sentamos en los bancos del gimnasio del instituto. Ya había mucha gente de ambos equipos esperando que el juego comience. Algunos jugadores estaban en el centro de la cancha, haciéndose pases y corriendo.

―¡Me siento como en High School Musical! ―exclama Lily– We are all in this together... ―canta y luego me mira―. ¿Dónde están tus muchachos?

Trato de buscar a Kyle y a Austin con la mirada, pero todavía no han salido a calentar.

―No son mis muchachos, y se deben estar cambiando.

―Te han invitado al partido que al parecer es súper importante para que los veas todos sudados.

Arrugo la nariz.

―Claro que no, me han invitado porque al ser un partido importante, necesitan toda la gente que puedan para que los alienten.

―Estoy segura que se mueren por escucharte gritar ―comienza a toser― digo, alentar.

Me río, pero me detengo cuando visualizo a Jess con su mejor amiga, Bethany, y otra de sus amigas, sentadas en frente de nuestra tribuna. Ellas no eran alumnas de nuestro instituto, así que supuse que eran de Doover, el instituto del equipo contrario. Lily sigue mi mirada y alza las cejas.

―¿Están alentando al enemigo?

―Creo que ellas son el "enemigo", deben ir a ese instituto ―suspiro―. A Kyle le va a doler verla allí ―concuerdo.

―Si es que la ve ―comenta Lily, señalándome con el mentón en otra dirección y lo veo.

Kyle había salido finalmente a la cancha de baloncesto y me estaba mirando a mí, sonriendo. Le devolví la sonrisa y Austin se unió a él, nos guiñó el ojo y ambos comenzaron a hacerse pases con la pelota, uniéndose a sus otros compañeros.

―Mira a Jess ―le susurro a mi amiga― ¡Disimuladamente! ―advierto, porque sé que si no va a hacer un giro de 360 grados cual exorcista.

―Está mirando a Kyle ―contesta, impresionada.

―Y lo mira con ternura ―observo con un atisbo de esperanza. Tal vez no está todo perdido después de todo.

―Bueno, ahora por favor, mira a los chicos estirando.

Miro a Kyle estirar, sus fuertes brazos tocan el piso. Vaya, qué elongación, yo apenas puedo llegar a mis rodillas al estirar. Su camiseta se levanta un poco dejando ver su espalda.

La ConsejeraWhere stories live. Discover now