Edmud saca su espada y se acerca a Trumpkin, la espada de Peter a causa de su peso casi termina en la arena de la playa Trumpkin.

Edmud mira a sus hermanos y su amiga con burla, pero en un momento de distracción, el enano empieza a tocar con fuerza la espada del magnífico contra la del joven rey, comenzando el duelo.

Trumpkin golpea a Edmud haciendo que Ed se queje.

- Perdóname ¿te lastimé? —pregunta Trumpkin con burla.

Y así seguieron luchando, en un momento el Justo hizo un moviento veloz que gracias a esto, Trumpkin terminará desarmado y de rodillas.

- ¡Barbas y bigotes! —exclamó Trumpkin —Después de todo el cuerno funcionó.

- ¿Qué cuerno? —preguntó Susan.

*Caspian POV*

- ¡Ven Caspian! —dijo mientras corría

- ¡Espérame! —le grite de vuelta.

Ambos llegamos a alta colina, la abrazo por atrás y la tomo de la cintura ambos veíamos Cair Paravel.

- Gracias por reconstruir Cair Paravel, es muy importante para mí —dijo, podía sentir que sonría.

- Es lo único que podía hacer, después que me ayudarás a recuperar mi corona —le dijo.

La hermosa pelinegra voltea a verme con su hermosa sonrisa.

- Ya quiero verte Caspian.

- También te quiero verte.

- Y pronto lo harás.

Ambos juntamos nuestros labios para iniciar un beso lento y dulce.

Depronto desperté. Estoy acostado en una superficie blanda, miro al techo confundido.

Rápidamente me incorporo en la cama, sentádome a los pies de está. Me toco la cabeza al sentir un dolor punzante, al hacerlo noto una venda.

- ¡Este pan está duro! —oigo que se queja una voz. Me quito la venda rápidamente.

- Le pondré un poco de sopa. A lo mejor se ha despertado —responde otra voz.

- Uhmm... tenía que haberle golpeado más fuerte —dice la primera. Me acercó a la pared para poder escuchar mejor.

- Nikabrik, sólo es un niño —respinde la segunda.

- ¡Es un Telmarino, no un cachorro abandonado! Dijiste que te desharias de él —me asomó un poco para ver quiénes hablan. Lo que veo me deja sin palabras.

- No...lo que dije fue, que me encargaría de él —dice el tejón. —No podemos matarlo. Le he vendado la cabeza... sería como matar a un invitado.

- ¿Y sus invitados cómo crees que los tratan?

- Trumpkin sabía lo que hacía...no es culpa del chico —respinde el tejón.

Aprovecho que están distraídos y salgo corriendo hacia la puerta, empujo al tejón pero, el enano me impide el paso poniéndose frente a mí apuntándome con su espada.

Rápidamente mi mirada va hacía un atizador que hay junto a la chimenea, lo tomo y lo ultilizo de protección.

- Quieto, quitó —oigo decir al tejón.

El enano da una estocada iniciando el pequeño duelo.

- Paren, paren, no —nos dice el tejón, pero el enano no tiene intenciones de parar, y yo tampoco.

Las crónicas de Narnia: El principe Caspian Where stories live. Discover now