Intentó buscar alguna pared, algún límite en el espacio que ocupaba, pero parecía que no lo hubiera. Caminó metros a su alrededor sin encontrar ningún obstáculo, ni siquiera una pequeña variación en el perfectamente liso suelo, caminó hasta perder totalmente la orientación de donde había estado al principio. Todo parecía tan irreal, y tan irritante al mismo tiempo.

Intentó recordar nuevamente, su novio se había ido del apartamento al enterarse que Dahiana se iba el fin de semana, probablemente su enojo era justificado, al fin y al cabo, si la situación fuera al revés, ella hubiera hecho lo mismo. Pero qué podía hacer? Era de las pocas oportunidades que tenía de pasar tiempo con su padre, un fin de semana juntos, aunque fuera improvisado, seguía siendo mejor que nada. Mejor lo dejaría así, que se fuera y volviera cuando ella ya no estuviera. Ya tendrían tiempo de reconciliarse al volver del viaje, de todas maneras las cosas no iban tan bien últimamente, así que lo tomaría todo como un respiro.

Ahora se arrepentía. Qué tal si no lo volviera a ver? Sería su culpa que lo último que supiera de ella era que se iba y no le importaba lo que el pensara. Se sintió una idiota, la típica frase de "no sabes lo que tienes hasta que los pierdes" rondó por sus pensamientos. También pensó en su padre, qué haría sin ella? Era la única persona que se preocupaba por él, ya nadie le quedaría si ella...moría? No había pensado en esa opción. Y si todo esto no tenía un final feliz? Definitivamente no quería morir a los 29 años...

La angustia finalmente la venció. Se sentó en el suelo, abrazando sus piernas, y la presión en el pecho derivó en el llanto.

-Dahi?- Su respiración se detuvo. Estaba escuchando cosas? O realmente alguien le hablaba?- Dahi, estás ahí?- No sólo alguien le hablaba, era su padre. No pudo evitar que una sonrisa apareciera en su rostro, no estaba sola. De pronto, el corazón le latía a mil por hora.

-Papá, dónde estás?- Intentó afinar el oído, para ubicar el origen del sonido, pero cuando la respuesta llegó, parecía proceder de todos lados, y al mismo tiempo, de ninguno.

-No lo sé, no sé dónde estoy, ni siquiera puedo ver nada-

O sea que ambos estaban en la misma situación. Pero cómo había llegado su padre ahí? Y dónde estaba realmente? Una habitación contigua o micrófonos que les permitían comunicarse? Todo era tan confuso.

-Qué es lo último que recuerdas papá?- Se incorporó nuevamente, sin intenciones de moverse demasiado, secándose las lágrimas de los ojos con la mano mientras intentaba, aunque inútilmente, descubrir de dónde provenía la voz de su padre.

-No lo sé- Su voz vaciló- Tu qué recuerdas?-

Dahiana intentó forzar su memoria nuevamente, necesitaba llegar al fondo de esto, y mientras más se acercara a su último recuerdo antes de despertar en ese lugar, más se acercaría a la verdad. Recordó a su novio yéndose por la puerta, sin decir ni siquiera adiós. Ella ya se encontraba molesta con él hacía días, por lo cual tampoco le afectó mucho su tan poco afectiva despedida, así que sin más se dedicó a armar su bolso, poniendo solamente lo esencial para unos días. Si algo le faltaba en el camino, ya se detendrían en alguna parte a comprarlo.

Un par de hs más tarde, el coche de su padre apareció en la calle, frente a la ventana del apartamento. Dahiana tomó el bolso que había preparado, se acercó hasta el auto, y luego de dar un abrazo a su padre que había salido solo para saludarla, ambos entraron y emprendieron el viaje.

Hasta ahí llegaban sus recuerdos, o al menos momentáneamente, era como si se fueran desbloqueando de a poco, como una película que va cargando según la conexión a internet. Que frustrante.

-Fuera de mi apartamento papá, nos subimos al auto y me dijiste que extrañabas salir a pasear juntos. No recuerdo más allá del auto doblando en la esquina- Durante unos segundos todo quedó en silencio. Al principio Dahiana temió que todo fuera parte de su mente, y que su padre no hubiera estado hablando con ella, pero escuchar su voz nuevamente fue reconfortante.

El viajeWhere stories live. Discover now