2015: cinco

Depuis le début
                                    

Todos se dan cuenta de mi presencia, reacciono y camino a donde están para agarrar una dona de chocolate, como si no tuviese un enorme dilema y probablemente esté a nada de entrar en crisis. Mis tíos y hermano deciden volver a poner toda su atención a la película que colocaron en la televisión, nos dejan a Alec y a mí sin saber qué decir. Odio que ocurra eso, así que me abofeteo de manera mental para después hacerle una señal con la cabeza, le indico que deberíamos ir afuera para tener privacidad, me entiende, con nuestro bizcocho en la mano, nos dirigimos al jardín, en cuanto llego, por instinto levanto la cabeza para ver el balcón con una sonrisa.

—¿Estás ignorándome? —pregunta, capta mi atención y trago saliva nerviosa.

— Tal vez.

— ¿Por qué? ¿Qué hice para que lo hagas?

Mi cabeza empieza a trabajar rápido, me pongo nerviosa, lo que menos quiero es hablar con la verdad, pero me mira de manera especial y logra hacer que diga todo con sinceridad, desvío la vista hacia el enorme árbol que me encanta.

—Nada...

—Daila, sabes que puedes decirme la verdad, necesito saberla y más ahora que te irás en la noche. —pide casi rogando que sea sincera con él. Quiero hacerlo para no lastimarlo, solo que, si lo hago, estaré más herida yo.

Sigo sin atreverme a mirarlo, le doy una mordida a mi dona y decido sentarme en la tierra, sin importar que me ensucie, Alec me imita, no decimos nada, estamos metidos en nuestros pensamientos.

—No sé en qué momento sucedió, pero cuando me di cuenta ya era así, es mi manera de supervivencia, hasta ahora funcionaba a la perfección —empiezo a hablar con la voz temblorosa. Me giro para estar frente a  . Cada vez que empiezo a sentir algo, bloqueo esos sentimientos, lo niego tanto, que al final terminan siendo reales.

—Alejas a la persona. —concluye y veo la tristeza llegar a su mirada.

—Sí, hoy me levanté lista para hacer eso con lo que siento por ti y no puedo, aunque lo intento una y otra vez, fallo. —hago una pausa tratando de   hablar más de lo necesario—. Lo peor es que me iré y no vamos a volver a vernos, lo que sea que tengamos, no puede ocurrir.

—Existen las relaciones a distancia —argumenta e intenta tomar mis manos, pero en un rápido reflejo las alejo, se sorprende, es la primera vez que no permito que me toque—. Hemos pasado cinco días increíbles y eso es más que suficiente para saber que podemos tener algo, no me niegues que en esos días no sentiste algo, por primera vez no lo niegues y acéptalo, por favor.

—Lo hice, pero no puedo más, aunque intente con todo mi corazón creer en las relaciones a distancia, me es imposible. Alec, no creo en ellas, tuvimos algo  , pero la distancia lo es todo y debe acabar.

Esto es más doloroso de lo que supuse, ver que los dos ansiamos algo, provoca que me sea complicado colocar mi barrera. No dice nada, se queda en silencio y quita su mirada para posarla en otro lugar. Unas lágrimas quieren salir, para evitar que me vea, me volteo, le doy la espalda y vuelvo a ver el arbusto, hago todo lo posible para colocarme un caparazón, actuar fuerte e irme de una vez por todas.

Lo busco por todos lados, suplico que aparezca ya mismo, lo necesito como nunca antes, pero desapareció, se retiró de mí, me veo tal como me siento, llevo años sin hacerlo, siempre muestro que todo es perfecto y nada me importa. Ahora soy yo misma, me duele horrible saber que debemos darle fin a lo que no dio inició. Estoy furiosa conmigo por haber accedido a eso, dejé de pensar en las consecuencias, lo olvidé todo por esos días y me concentré en la felicidad del momento, ignoré el hecho de que no iba a permanecer así por siempre.

A 137  kilómetros de ti [DISPONIBLE EN FÍSICO]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant