CAPÍTULO 2

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Poco me costó explicarle todo a Lola. Mi prima me entendía a la perfección, y la mala argucia que había creado necesitaba de mi prima, profesional de la excusa, para que pudiésemos salir de esta bien paradas.

- Aprisa, prima, aprisa! – Dijo Lola al ver llegar a la plaza a Toni con sus amigos. – Ándate venga, no te esperes! Díselo, que ya sabes cómo son nuestras madres, la mía ya debe saberlo to', venga.

Tomé una bocanada de aire, a qué mala hora. Me acerqué donde estaban Toni y sus amigos y todos se quedaron atónitos, yo nunca me relacionaba con ellos.

- Reny! Qué pasa? – Sonrió Toni. – Has salido!

- Sí. – Dije intentando sonreír y tranquilizándome. La reputación de una gitana no debía ser manchada, y aunque no me representaba, por mi abuela no podía cagarla. – Puedes venir un momento? – Y hice un gesto con la cabeza hacía una zona más apartada.

Nos apartamos y ya algo más alejada respiré tranquila. Toni y yo, como el resto de los chicos del barrio habíamos crecido juntos, pero él siempre había estado interesado en mí. Eso me había salvado de mucho a lo largo de mi vida, desde haber sido pedía a temprana edad, hasta el tener que estar casada y con hijos o una mala reputación a mi edad.

Ambos teníamos la misma edad, y aunque Toni siempre había tenido varias amigas payas, como ellos decían, todo el barrio sabía que él con quién quería casarse era conmigo. Casarse o lo que ellos entienden como tal.

Todo esto hacía que nuestra relación fuera mucho más distendida que con el resto de los chicos del barrio, él no es que fuese un lumbrera, pero al menos superaba la media y en cierta manera podía entenderme como mujer.

- Toni, verás. – Dije tras rechinar mis dientas. – ¿Querrías que fuéramos a la capital? – Así, sin más, ya se lo había soltado y ya está.

- Eh, bueno, claro, sí. – Dijo sorprendido. – Pero eso es muy... Quiero decir, tendré que pidírsilo a tu madre y a tu abuela, y ya si ellas quieren iremos.

- No, si ya... - Sonreí nerviosa. – Ya lo he hecho yo. – Y vi en su rostro como no entendía nada. – Toni, mira, que si no quieres no vamos, que ya está. Solo es que quiero salir un día, una noche, me da igual...

- Oh, bueno, eso está muy bien entonces. – Y el pobre no sabía que más añadir.

- No hace falta que digas nada ¿vale? – Continué moviendo reiteradamente mis manos. – Tú solo ven por mi mañana a la casa, y vayámonos. Piensa algo con tus amigos, algún lugar al que salgáis de normal, yo me llevaré a Lola, y ya vale. – Terminé la frase posando mi mano sobre su hombro.

Todo negro, frío, y música a lo lejos. La sensación de estar aturdida otra vez, y unas manos frías en mi cara.

- Despierta! Por favor! Despierta... - Frío por toda mi espalda.

- Qui... quién eres? – Pude decir entre balbuceos.

- Solo abre los oj...

- Estás bien prima?! – Al abrir los ojos Lola estaba frente a mí, podía notar su aliento en mi cara. – Prima! Prima!! – Añadía mientras me zarandeaba. A su alrededor todo un círculo de gente, los amigos de Toni.

- Arriba! – Dijo Toni mientras me incorporaba a plomo. – Mi delgaita. – Y yo volteé para mirarlo y no entendía nada.

- Qué ha pasado? – Le dije y él sonrió.

- Nada niña, te desmallaste, ya está. – Y eso parecía haber pasado porque todos asentían. – Tienes que dormir menos y comer más, aunque eres bella y blanquita, estás más blanquica que de normal. – Solo pude tomar una fuerte bocanada de aire y parpadear con fuerza, esto era subrealista.

AyeletWhere stories live. Discover now