Primer Día de Vacaciones

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-En resumen, el objetivo de ahora en adelante es aumentar la producción. ¡PRO-DUC-CIÓN! –dijoQuintanilla, con su particular y chillón timbre de voz. Era tan agudo, que cuando se enojaba, las órdenes no se entendían y generalmente preguntábamos ¿Qué fue lo que dijo, jefe? Eso provocaba que Quintanilla se enojara aún más y por ende, que chillara más fuerte y su voz se convirtiera en un pito. Era muy gracioso y no sucedía a menudo, por lo que toda la oficina reía. Al final Quintanilla también terminaba riéndose con nosotros. Era un buen jefe y todos le teníamos respeto, además de cariño-. Aumentar esa producción va a significar hacer algunos sacrificios.

Toda la sala se quedó instantáneamente en silencio. Todos nos preguntábamos si eso significaba que íbamos a tener que pagar los papeles que usábamos para lanzarnos en la oficina o el agua que ocupábamos en verano cuando hacíamos guerra de bombitas de agua con Recursos Humanos.

Al fin, Carlitos Puelma levantó la mano. Recibió miradas de odio de mis compañeros, ya que hace meses que intentaba que le promovieran y se la pasaba aconsejando aQuintanilla con "mejoras que beneficiaban a la empresa" y que en realidad nos perjudicaban a nosotros.

-¿Significa eso que vamos a tener quehacer horas extras?

¡Maldita sea, Carlitos! Nadie quería preguntar eso para no recibir malas noticias. Siempre es mejor recibir malas noticias en un memo a mitad de semana. En fin, lo que está hecho, hecho está. O algo así decía mi mamá.

Quintanilla se acomodó los lentes y respondió decidido:

-No.

En la sala se escucharon exhalaciones de alivio al unísono.

-Pero significa que vamos a tener cursos de capacitación la próxima semana –concluyó, y fue ahí cuando todos comenzaron a reclamar. Treinta personas gritando al mismo tiempo. Eso es lo que yo llamo trabajo en equipo.

-¡Calma, calma! –dijo Quintanilla, en un fracasado intento por hacerse escuchar-. ¡CALMA! -terminó gritando, y todos los gritos de la sala se convirtieron inmediatamente en carcajadas. Quintanilla no pudo aguantarse mucho y terminó riendo también. Pasaron algunos minutos antes de que se secara las lágrimas y volviera a hablar-. Ustedes saben que no tengo reparos en que hagan lo que quieran con tal de que terminen el trabajo bien y a tiempo. Muchas veces hasta me he unido en sus juegos(y debo agregar que generalmente gano).

-Te dejamos ganar porque eres el jefe no más -dijo Ariel, que se sentaba en el escritorio al lado de la ventana. Se escucharon algunas risas acalladas.

-Sí, bueno, vamos a ver tu cheque a fin de mes –respondió Quintanilla, lo que sacó otro par de risitas-. En fin, como les decía, nunca he estado en contra de sus actividades porque siempre han respondido bien. De hecho somos una delas secciones más productivas de la empresa, y nos tienen bien considerados allá arriba. Estos cursos –dijo, mientras levantaba una mano con papeles-, involucran a todos, no es exclusivamente de nuestra sección. ¿Entendido?

-¿O sea que tú también vas a tener que ir? –dije, pero todos se callaron. ¿Conocen esa típica escena de película en donde alguien dice un comentario desubicado y todos se dan vuelta a mirarlo? Bueno, aquí fue lo mismo y además se fueron separando, dejándome frente a frente con Quintanilla.

-¿Y tú qué haces acá, Gutiérrez?–me dijo, con actitud desconcertada-. Yo te hacía en la playa, tomando sol. O en tu casa, durmiendo.

-Bueno, yo... o sea... –intenté responder, pero podía sentir que me encogía mientras balbuceaba.

- La respuesta es sí –dijoQuintanilla-, yo también voy a asistir a los cursos. Voy a pedirle ala Matilda que les haga copias de los horarios y se las deje en sus escritorios antes que termine el día. Muchas gracias. Ahh, yGutiérrez, venga a mi oficina.

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