Capítulo 29 (Lo que callan los psíquicos)

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El psíquico, quien anteriormente tenía los ojos puestos en ella, desvió la mirada y la centró en el camino.

—Mhm... por nada en especial. Curiosidad.

Hikaru se le quedó mirando por unos segundos antes de sonreír.

—¿Te imaginas que me estés preguntando porque en realidad tú me estás ocultando tus poderes? Sería un giro argumental increíble. —la azabache largó una carcajada para después sacar una lata de bebida rápida de su bolso y tomárselo.

Qué ironía...

—Sí, la verdad que sí.

Kusuo le dio una última mirada a la mayor antes de que la otra sacara otro tema distinto.

Aunque tengo el leve presentimiento de que sospechas algo.

La caminata fue tranquila, aunque demasiado corta para gusto del psíquico. Porque una vez que cruzaron un par de calles lejos del instituto, Hikaru tuvo que frenarse.

—Bueno, Kusuo, yo me despido aquí. Akane me está esperando porque quiere ir al centro comercial. Tiene que comprar algunas cosas y me pidió que la acompañe. —respondió ella, tocando suavemente la nariz de su pareja de forma juguetona—. Nos vemos mañana.

—Bien. Recuerda descansar.

—Que sí...

—Voy a enviarte un mensaje para asegurarme de que lo recuerdes.

—Bueno.

—También recuerda no sobrepasarte con los estudios. No es saludable esforzarte demasiado.

—Sí, mamá. —Hikaru rodó los ojos divertida.

Kusuo le sonrió ligeramente. Quería besarla, pero podía sentir los ojos de Aiura y Toritsuka a la lejanía atravesándole la espalda como si fuese una daga.

—Nos vemos, Hikaru.

—Adiós, Kusuo. —dijo ella, dándole un golpecito con su dedo índice en la frente, antes de comenzar a caminar hacia el centro de la ciudad para poder encontrarse con su mejor amiga.

Una vez que ella se alejó y él quedó solo, largó un pesado suspiro. Podía oír las torpes y rápidas pisadas de los otros dos acercándose a él con un aire de diversión.

—No.

—¡POR FAVOR, SAIKI! SOLO CUÉNTAME QUE SE SIENTE PODER ABRAZAR A UNA CHICA. —gritó Toritsuka, colgándose de la espalda del de pelo rosa. Este reprimió un gruñido de molestia—. ¡¿QUÉ SE SIENTE TENER NOVIA Y PODER TOCARLA CUANDO QUIERAS?!

—Ya déjame en paz. Lo sabrás cuando lo tengas.

O sea, nunca.

—¡¡SAIKI!! —lloriqueó Toritsuka, aferrándose más al psíquico. Aiura suspiró.

—Ya, ya. Oigan, ¿qué tal si vamos a comer algo? Me dieron ganas de comer algo dulce. —comentó la vidente, separando al de pelo morado de Saiki.

—Bien. Pero en el camino, más te vale contarme, Saiki. —respondió Toritsuka, posando sus ojos en Kusuo y afilando su mirada.

Este solamente puso los ojos en blanco y empezó a caminar junto a Aiura, esperando dejar atrás al de pelo morado y perderlo por el camino.

***

—¿Qué te parece este? —preguntó la pelirroja, posando delicadamente en frente de su mejor amiga y del vestidor—. Aunque siento que el azul me hace ver gorda.

Con sabor a azúcar. Where stories live. Discover now