Capítulo 26 (Los demonios internos jamás se irán)

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—Ow, ¿mi Hika-chan está celosa? —se burló el más alto, pellizcando suavemente una de las mejillas de la mencionada. Aquello hizo que Akane y Kaito se diesen vuelta para apreciar la escena y poder entender la situación—. No tienes por qué sentirte así. Saiki seguramente es consciente de la poderosísima mujer que tiene a sus pies en estos instantes.

—Ya cállate, Azumi. —escupió Hikaru, dándole una mirada asesina. El nombrado solamente rió más fuerte.

—Hikaru... piénsalo bien. Saiki no es ese tipo de personas. —Akane intentó darle una sonrisa calmante—. Vamos... estoy segura de que son solo muy amigos. Seguramente se tratan así desde siempre.

"Kusuo detesta el contacto físico de cualquier ser humano." Pensó Hikaru, absteniéndose a gruñir. "Maldita sea, ¿por qué rayos estoy celosa por una estupidez? Lo detesto, y todo por culpa de ese imbécil sin neuronas que me hizo así."

Saiki frunció ligeramente el ceño ante ese pensamiento.

—Hikaru, cálmate. Un poco más y hechas humos por las orejas. —Kaito le dio unas pequeñas palmaditas en la espalda. Y sin decir nada, deslizó su brazo por los hombros de la azabache, así poder atraerla hacia él—. Vamos, anímate. Es miércoles de waffles, tus favoritos.

—Métete tus waffles por el-...

—Hikaru, respira. Estás exagerando demasiado las cosas. Saiki no ha hecho nada malo y lo sabes. —Kaito suspiró, ya empezando a cansarse de la actitud de su amiga—. Olvida eso. Olvídate de... ya sabes quién. Saiki no es él, no los compares.

Hikaru se quedó en total silencio. Los recuerdos comenzaron a trepar por su espalda, trayendo nuevamente su pasado con un amargo sabor.

—Sí. Tienes razón, Kaito. Lo siento. —la azabache suspiró con suma profundidad, esperando largar todo ese dolor que esos recuerdos habían traído—. Ya, mejor me cierro la boca de una vez. ¿Qué era lo que estabas contando, Azumi?

El de cabello negro le sonrió complacido.

"Realmente Hikaru es una buena chica." Pensó Kaito, mientras abrazaba con más fuerza a su amiga y le daba un pequeño beso en la coronilla.

Ugh, genial... ahora soy yo el que está celoso.

"Es increíble cómo Hikaru es tan flexible con Kaito. Ella no suele hacerle casona muchas personas, pero siempre hace lo que él dice. Hace unos meses hubiese pensando que ella estaba enamorada de él..." Akane miró disimuladamente a la pareja de amigos. "¿Le habrá gustado en serio? Bueno, ella ahora tiene a Saiki, así que..."

A ella ya no le gusta más.

Saiki sintió un amargo sabor en su boca.

O... se supone...

***

El día transcurrió lento y pesado. El final del año empezaba a acercarse poco a poco y tanto los profesores como los alumnos ya deseaban dar ese último esfuerzo que quedaba, y descansar finalmente en las vacaciones.

Hikaru largó un pesado suspiro, mientras veía los pasillos desolados del instituto. Una vez más, había sido castigada por su conducta y ahora le tocaba irse más tarde a casa. Lo bueno es que no debía ir al trabajo, puesto que ahora habían más empleados y los turnos se intercalaban.

—Que día de mierda. —dijo, cuando estuvo a punto de salir del edificio.

—Hikaru.

Un jadeo de sorpresa se escapó de su boca y se dio vuelta para poder apreciar al psíquico, quien la observaba con su típica expresión seria.

—Kusuo. —mencionó ella algo asombrada por su repentina aparición, para después desviar la mirada—. ¿Pasa algo? ¿Qué estás haciendo aquí?

Con sabor a azúcar. Where stories live. Discover now