-No te preocupes, en cuanto acabe con todo te vuelvo a llamar. ¿Vale?

-Vale, adiós pequeña.-

-¡No soy pequeña!- Grité mientras reía y colgué.

Me levanté y lave mi plato; después, llamé a un servicio de reparto a domicilio (la mujer de la inmobiliaria se había encargado de apuntar todos los número importantes en mi agenda: bomberos, policía, supermercado, ambulancia. Supongo que fue una buena estrategia de 'marketing'. Ya que a lo primero no me mostré muy segura de compararla por lo apartada que estaba del pueblo.)

Me dijeron que el pedido llegaría mañana a primera hora por lo que esta noche me conformaría con otro sandwich. Fui a la habitación del fondo y conecté mi portátil, mi tablet y puse todos mis portafolios en las estanterías. Debía revisar algunos informes y organizar la fecha de lanzamiento de algunos nuevos dispositivos, estuve hasta las 8 p.m atendiendo llamadas, tanto de proveedores como de mis programadores, eran unos días muy intensos por lo que debía estar muy atenta al teléfono.

Cuando colgué la última llamada de uno de los inversores solté un gran suspiro, hablar con tanta gente me daba fuertes dolores de cabeza. Decidí despejarme y poner un poco de música; elegí una canción que me sabía de memoria: Crush de Tessa Violet, me recordaba a cuando en la secundaria me obsesioné con un grupo de pop coreano conocido como BTS, pero más concretamente, por el segundo miembro más mayor: Suga.

Me aprendí la canción de memoria por si algún día llegaba a conocerle, era una pobre ilusa enamorada de una estrella del pop 10 años mayor que yo, actualmente tengo 25 años, el tendrá 35. A veces me pongo a pensar en que hubiese pasado si hubiese logrado conocerle y enamorarle; empecé a reír como una tonta y negué varias veces con la cabeza '¿acaso tienes 15 años?' me pregunté a mí misma. Terminé mi 'obra maestra' (un sandwich doble de queso fundido) y me la comí mientras leía mi acto favorito de la obra 'Romeo y Julieta', es mi obra favorita desde que la leí por primera vez a los 14 años, siempre me han gustado las historias románticas:

JULIETA.

¡Ay de mí!

ROMEO.

¡Habló! Vuelvo á sentir su voz. ¡Ángel de amores que en medio de la noche te me apareces, cual nuncio de los cielos á la atónita vista de los mortales, que deslumbrados le miran traspasar con vuelo rapidísimo las esferas, y mecerse en las alas de las nubes!

JULIETA.

¡Romeo, Romeo! ¿Por qué eres tú Romeo? ¿Por qué no reniegas del nombre de tu padre y de tu madre? Y si no tienes valor para tanto, ámame, y no me tendré por Capuleto.

ROMEO.

¿Qué hago, seguirla oyendo ó hablar?

JULIETA.

No eres tü mi enemigo. Es el nombre de Montesco, que llevas. ¿Y qué quiere decir Montesco? No es pié ni mano ni brazo, ni semblante ni pedazo alguno de la naturaleza humana. ¿Porqué no tomas otro nombre? La rosa no dejaría de ser rosa, y de esparcir su aroma, aunque se llamase de otro modo. De igual suerte mi querido Romeo, aunque tuviese otro nombre, conservaria todas las buenas cualidades de su alma, que no le vienen por herencia. Deja tu nombre, Romeo, y en cambio de tu nombre que no es cosa alguna sustancial, toma toda mi alma.

Sin darme cuenta estaba recitando las partes de Julieta en voz alta y con bastante dramatismo; sonreí y emprendí el camino a mi habitación para continuar mi lectura, no sin antes recoger la cocina. Me puse mi pijama y me metí debajo de las sábanas a seguir leyendo pero sin darme cuenta me quedé dormida.

3:05 a.m

La figura de un hombre salía del armario de nuestra pobre e indefensa protagonista mientras esta dormía plácidamente, se acercó a la cama donde descansaba la joven y cortó un trozo de su cabello, lo olisqueó y dijo:

-Hola bella Lucía, espero que cuides de mí y que sigas las reglas como es debido.

La expresión de la joven se empezó a contraer , indicando que se iba a despertar de un momento a otro por lo que el hombre decidió escapar rápidamente por el doble fondo del armario, no sin antes llevarse uno de los vestidos ajustados de la joven.

La pobre aturdida por escuchar una voz infantil y extrañamente sombría abrió sus ojos confundida pero creyendo que solo era una paranoia por el hecho de vivir en una casa con una historia espeluznante, suspiró y volvió al mundo de los sueños. Sin percatarse de que ahora sería una presa en su propio hogar.

¿Realmente estas aquí? ¿Conmigo? || Brahms Heelshire x ReaderWhere stories live. Discover now