— Lo llevaré a su habitación. — anunció Asher mientras entraba a la casa con Nathaniel en sus brazos, cubriéndolo con su abrigo para que el frío de la noche no lo enfermara.

Asentí mientras cerraba la puerta y tomaba mi celular el cual había cargado en el hospital.

Mis notificaciones estaban llenas de mensajes de Asher con fotos y vídeos de Nathaniel. Me encontraba viendo la primera foto que me mandó donde Nathy salía sentado en su cama mientras veía caricaturas, cuando un mensaje de cara irrumpió en mi pantalla.

«¿Cómo está la princesa del sexo sin protección?» preguntó «¿Ya estás fluyendo?»

«Estúpida, no es gracioso.» respondí enseguida «No, pero eso es normal ya sabes que cuando estoy bajo mucho estrés suelo atrasarme.»

Cara mandó un gif con un pequeño niño llorando, sonreí esperando a que terminara de escribir mientras sacaba dos copa de vino. Seguramente Asher necesitaba una también después de su primer día como padre oficial y tal vez si se relajaba un poco me contaría qué era lo que Celia quería decir en su mensaje.

No quería armar una escena y hacerle creer que me había tomado privilegios que no me correspondían al revisar sus mensajes, las cosas estaban bien por primera vez en mucho tiempo y deseaba que siguieran así.

«Solo fue un mensaje» me recordé.

Me sentía fatal al abrir el mensaje enseguida en busca de algo más, pero solo era eso; un mensaje de su parte podía ser cualquier cosa.

Respire tranquila mientras abría la botella, estaba cansada de sentir que tenía que cuidar cada paso que daba porque en cualquier momento el suelo a mis pies se caería llevándome con él al abismo. Era grato tener un poco de tranquilidad.

Aunque estaba segura de que esto no duraría demasiado, no porque fuera demasiado bueno para ser real, sino porque las vacaciones de Nathy comenzaban a llegar a su fin y necesitábamos hablar acerca de eso.

Podía soportar esperar a hablar de nosotros o lo que sea que había en medio de estos coqueteos y momentos que me hacían sonreír como una boba apenas los recordaba, pero Nathy tenía una vida donde lo esperaban sus amigos, maestros y una estabilidad.

La puerta principal se abrió captando toda mi atención, Juno y Kristen se encontraban en la casa pero estaba en la sala de cine viendo una película; habían dejado una nota. Así que no podían ser ellas.

— ¿Quién es? — pregunté mientras me quitaba los tacones antes de caminar por el frío suelo, solo en caso de que tuviera que actuar rápido.

¿Dónde mierda estaba seguridad?

— Buenas noches. — saludó Celia desde la sala mientras miraba el árbol de navidad que aún descansaba en la esquina.

No entres en pánico, puede ser una coincidencia.

— ¿Qué carajo haces aquí? — pregunté molesta mientras la veía sentarse sobre uno de los sofás.

— Esas no son maneras de tratar a alguien que te soporto durante casi toda tu vida, — respondió ofendida — pensé que éramos amigas, Jade. —

— Estás demasiado dañada si crees que toda esa mierda que me hiciste es ser amiga de alguien. — dije molesta mientras me cruzaba de brazos, no creo que quisiera venir aquí a causar lastima — Tomaste decisiones que no te correspondían,y me heriste tanto como yo a ti así que no vengamos a fingir que nos agradamos; ya estamos grandes para eso. —

— Deberías de estar agradecida conmigo, ya sabes; gracias a mi tuviste toda esa magia de la maternidad e incluso escuche que te casaste con un miserable bombero. — respondió con una sonrisa maliciosa o al menos eso me parecía ver, sus labios apenas se podían mover al igual que sus mejillas — En fin, no vine aquí a hablar de tu aburrida vida. —

RAMÉ ✔️Where stories live. Discover now