Relato de un Naufrago

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El sol me miraba y me sonreía con su rostro inclemente, como anunciado mi sentencia de muerte; me agitaba, quería huir pero no podía, es como si estuviera encerrado en un cuarto sin puerta, solo en medio de cuatro paredes solidas de hierro, pero no, estaba en una balsa, desesperado, en medio del mar, me quite la camisa, como soldado con bandera blanca al cielo en lecho de guerra, era mi señal, mi pleno deseo de escapar, escapar de aquello que tenía preso mi cuerpo, vi pasar esa cruz en el cielo, pensé en una señal divina, el avión, cuando lo vi de repente, agite con fuerza mi camisa, sentía que el mar me animaba, ya que las olas como la melodía de una danza salvaje que nunca deja de soñar, levantaba la balsa, el sol junto con el mar creaba la armonía que enaltecía la melodía, las pálidas llamas azules dando brillo a la vida durante el amanecer son esas olas. 


El avión se fue en algún punto del horizonte, estaba equivocado, ese avión nunca pasó ni siquiera a un lado de la balsa, el calor era denso como el plomo, tal vez mi mente me había jugado una mala pasada, mis sentimientos hacia la vida se estaba alejando, por momento pensé tirarme al mar para que todo esto termine, llevaba un día entero en esta balsa, aun me quedaba algo de esperanza así que me protegí del sol, me acosté con la camisa en mi cara, en mis pensamientos solo había una palabra, soy un "desgraciado", perdido en este mar insolente, que lo único que busca es devorar la poca cordura humana, mi espíritu se desvanecía, se hacia transparente como el agua, nadie sabe lo que hay en lo profundo del mar, así como nadie sabe lo que hay en el fondo del corazón del sentir humano, tal vez este viaje en medio de la vida y la muerte, sea la forma del mundo para aislarme, escuchar la voces de mi interior, reconocerlas, de esa manera tal vez aceptaría mi errores, mi pasado.


 La sed me estaba provocado nauseas, como era posible que el agua, uno de los regalos más sagrados de la vida estuviera frente a mis ojos y que no pudiera beberlo, mi sequedad en la garganta era atorrante, me sentía atado de una soga al cuello, mi lengua escaseaba de saliva por ello trataba de no abrir mucho la boca, hasta respirar mi resultaba incomodo, la sal del mar había nublado mi cálida visión, después de eso oí un sonido, de repente la sensación de sed desapareció, vi otro avión, exaltado mi levante, vi que se dirigían directamente hasta acá, me agite lo más que pude emocionado, no había gozo más grande para mí que el deseo de que me sacara de aquí, esta experiencia es comparable a un cuadro dantesco, lo odiaba, de repente me di cuenta, en un pestañeo, que el avión que se acercaba desapareció, después dio una vuelta, se volvió a ir junto al horizonte, oh soy desdichado, como es posible que con toda la ilusión el avión se mostrase a ti mí y de repente se fuera, que clase de maldición es esta, que clase de broma demoníaca juega con mis deseos de esa forma tan cruel o inhumana, con todo la esperanza que me quedaba, en lo profundo de mi corazón dije "aún me esta buscado". 


 Llego la noche, era extraño, aún estaba recostado en la balsa y me sentía vació, puse mis manos contra las astillas de la balsa, perforado creado hoyos, son el viejo y familiar escozor, me hice daño, pero por lo menos sé que estoy sintiendo, me concentro en el dolor, lo único que parece ser real, puse mi mirada en el horizonte, en el punto donde todos los aviones se había ido, reme en esa dirección, ¿Por qué cuanto más se debía prologar mi sufrimiento?, siento un temor muy grande, miro al mar por un momento, no sé lo que hay en el fondo, tal vez debería tirarme y averiguarlo, acabar esto de una vez por todas, de nada me sirven regresar a casa, en mis recuerdos, todos los que conozco se ha marchado, porque regresar, soy una decepción, no puedo arreglar nada, sigo estado bajo la mancha del tiempo, sigo aquí, remando con la poca voluntad que me quedaba para escapar de este infierno, el sol hizo que me saliera ampollas en la piel, el causo un vacío tan grande como el mar, que incluso el ácido empezó a roer mis tripas, el dolor era lo único real, me resultaba difícil respirar, sentía que era mi fin, llevo puesta una corona de espinas, sentado en un trono de sombras, lleno de pensamientos rotos, ya que todo lo que conocía se fue... Mis sentimientos desaparecen, aun estado aquí, sin nadie para desahogar mi pena ante la infinitud de mi dolor, hecho sombra en mi alma, permitió que la noche pasara en un tiempo inagotable, como una danza mortal, mis recuerdos desaparecía, estoy perdiendo mi cordura, de repente pasa en mi mente visiones, llorado en una habitación completamente solo, es la herida de espíritu de cuando ella desapareció, el frió del viento no me deja llegar a ese recuerdo, algo me impide recordar del todo ese momento, en ese momento solté las ultimas lagrimas que me quedaba, me preguntaba, una y otra vez ¿Quién soy?, lo único que podía responder es "no lo sé", lo olvide, como toda mi vida, si pudiese empezar de nuevo, en un lugar lejano, de este trance entre el cielo y la tierra que agitan mis sentimientos, tal vez encuentre mi rumbo en el dominio de mis actos o de mi voluntad, pero mi juicio se ha ido, ese cruel y despiadado ángel se lo ha llevado, por favor dios permite que vuelva a brillar, juro que llevare mi vida a partir de ahora con la mesura que merecen, cuidare mi vida como un jardinero cuida el hermoso paisaje de rosas de una reina, solo necesito otra oportunidad...


 En pleno medio día, como rayo en plena tormenta, llego un avión negro, paso por mi, encima de mi cabeza, por fin mi corazón dio un enorme salto, el día es claro y hermoso como la luz de una luciérnaga y pude ver la cabeza nítida de un hombre asomándose por la cabina, examinado el mar con sus binoculares negros, el explorador me miraba y con todas mi fuerzas grite, era mi deseo de libertad, era mi voluntad queriendo salir de ahí tan fuerte y agitada como las olas del mar y el viento que llevaba esas palabras llenas de sal iba en mi favor, el avión paso tan cerca de mí, que por un momento sentí el fuerte aletazo de sus motores, por un momento me di cuenta que el hombre me había visto, grite de alegría, lleno de gozo, agite la camisa de la misma forma en que lo hacía en un tiempo muy lejano, cuando vivía con mi familia y no estaba solo, loco de la emoción, me puse a saltar en la balsa como un niño pequeño, en ese momento todos mis pensares se había ido, la luz había iluminado de tal forma mi alma que me sentía liviano, es como si hubiera arrojado todas mis cosas al mar, perdí el peso de lo que era, solo quedaba mi alma, lo único genuino que existe en mí, ahí termino todo, en medio de mi vida, en ese instante me toco volver al mar.

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⏰ Last updated: Mar 15, 2020 ⏰

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