Capítulo 2: The Little Castle

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Las cosas no iban del todo bien con Serena desde hace un tiempo, un tiempo son, las dos ultimas semanas, y Dan lo intentaba, enserio lo hacía, pero simplemente parecía que Serena no quería llevar las cosas de forma sencilla.

Cada vez que tenía un problema y él le ofrecía ayuda, no era suficiente, o no lo necesitaba o solo prefería ocultarle las cosas, ocultarle su mundo, como si el hecho de que se lo mostrara lo fuera a quebrar, como si él estuviese hecho de cristal. Joder, eso le enfadaba.

Así que sí, las cosas no iban del todo bien, y la atracción no podía ser la mejor, y Dan hubiese puesto de su parte pero no podía ser él quien remara el bote todo el maldito camino.

Ese día tuvo una pelea con Serena- antes de encontrarse con Chuck en el pasillo y perdirle su diario- justo en la mañana, por una tontería, por no verse más involucrado en la vida de ella.

Sabía que si Chuck comenzaba a publicar fotos de su diario mandaría definitivamente su relacion con Serena a la mierda. Porque ¿Cómo le explicas a tu novia que no te incluye en su vida que te la pasas escribiendo poesía sobre el profesor Rogers?

Claro, no lo hacías.

Y ese no era su único problema, no, sino que Chuck ahora le estaba manipulando, lo cual era horrible, no sabía si era un alivio pensar en otra cosa, o una tortura porque era Chuck Bass.

En fin, luego de que ocurrieran todos los mensajes en clases a los que Chuck parecía molestarle todo lo que Dan hacía, quedaron de verse en el auditorio.

Y Dan lo sabía, lo supo desde el momento en que notó que Chuck tenía su diario, su vida iba a ser un infierno desde ahora, y el estaba en manos del diablo, como un juguete, y enserio ¿Qué le dio a Chuck con dejar de ignorarlo tan repentinamente y atormentarle la vida?

Algo tenía que haber hecho, o quizás Chuck estaba tan aburrido de siempre molestar a las mismas personas de su círculo de amigos que se fue por el novio de su hermanastra, osea él.

Unas horas más tarde, después de la hora de almuerzo Chuck le estaba esperando allí, solo, fumandose un cigarrillo e importandole bien poco que no se pudiera fumar en el interior del teatro.

Dan caminó hacia él a paso inseguro. Y cuando este le recorrió con la mirada simplemente explotó.

-Tienes que decirme que quieres- fue lo primero que dijo Dan, y sono casi suplicante

-¿Disculpa?

-Yo... he estado pensando en qué pude haber hecho para molestarte, y sinceramente no tengo idea, y no sé cómo deshacerlo porque no sé que es, y tú... tienes que decirme que quieres para poder hacer que todo vuelva a ser como antes y olvidar esto.

-¿Has visitado The Little Castle?

-¿Q-Qué?

-The Little Castle

-No- respondió confundido por el giro de conversación, pero sabía que se refería a un club- no tengo edad, es para mayores de veintiún años, ni siquiera he cumplido dieciocho.

Chuck giró sus ojos, claro que Daniel tenía que ser siempre tan recto y obediente. Él tampoco tenía edad, y sin embargo iba cada tres semanas a Little Castle (el resto de las semanas prefería ir a otros clubes más cercanos a conseguir mujerzuelas más sexys).

-Bien, al menos lo conoces- Chuck sonrió y le tendió un tarjeta, con la dirección del lugar-ve allí hoy, a las nueve

-¿Por qué?- gruñó Dan, tomando el papel de mala gana, sabiendo que no podría negarse

-Porque yo lo digo- respondió- porque soy Chuck Bass

-Bien ¿Es todo?

-No.

Clase de Gimnasia (Chuck & Dan) Where stories live. Discover now