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Los susurros  se elevaron suavemente a mi alrededor como aves aleteando sus alas bajo la cúpula del Ayuntamiento. 

—Tu pareja está aquí esta noche —dice la anfitriona, sonriendo. Las personas a mi alrededor sonríen también, y sus murmullos se hacen más fuertes. Nuestra Sociedad es tan vasta, nuestras Ciudades son tantas, que las probabilidades de que tu Pareja perfecta sea alguien de tu misma Ciudad son minúsculas. Han pasado muchos años desde que algo semejante ha sucedido aquí.

Estos pensamientos caen en mi mente, y cierro mis ojos brevemente como entendiendo lo que esto significa, no en abstracto, sino para mí, la chica del vestido verde. Podría conocer a mi Pareja. Podría ser alguien que va a la misma escuela secundaria que yo, alguien que veo cada día, alguien...

—Miki Nuñez.

En su mesa, Miki se pone de pie. Un océano de rostros mirando y manteles blancos, de relucientes copas de cristal y brillantes cajas de plata se extienden entre nosotros.

No puedo creerlo.

Es un sueño. Las personas posan sus ojos sobre mí y sobre el apuesto chico en traje oscuro y corbata azul. No se siente real hasta que Miki me sonríe. Pienso que conozco esa sonrisa, y súbitamente estoy sonriendo también, y la oleada de aplausos y el aroma de las lilas me convencen completamente de que esto está pasando realmente. Los sueños no tienen aromas o sonidos tan fuertes como esto. Rompo un poco el protocolo para darle a Miki un diminuto saludo, y su sonrisa se amplía.

La anfitriona dice: 

—Pueden tomar asiento. —Suena contenta de que seamos tan felices; por supuesto, deberíamos estarlo. Después de todo, somos la mejor Pareja para el otro.

Cuando me lleva la caja de plata, la sostengo cuidadosamente. Pero ya sé bastante de lo que está adentro. No solamente Miki y yo vamos a la misma escuela, también vivimos en la misma calle; hemos sido los mejores amigos por tanto tiempo como puedo recordar. No necesito que una microtarjeta me muestre fotos de Miki como un niño debido a que muchas de ellas las tengo en mi mente. No necesito descargar una lista de favoritos para memorizar porque yo ya los conozco. Color favorito: verde. Actividad de ocio favorita: natación. Actividad de recreación favorita: juegos.

—Felicidades, Alba—me susurra mi padre, su expresión de alivio. Mi madre no dice nada, pero sonríe con placer y me abraza con fuerza. Detrás de ella, otra chica se pone de pie, mirando la pantalla.

El hombre sentado junto a mi padre susurra:

—Que pedazo de suerte para tu familia. No tienes que confiarle su futuro a alguien del que no sabes nada.

Estoy sorprendida por el borde infeliz de su tono; la manera en que su comentario parece estar justo en el borde de la insubordinación. Su hija, la nerviosa usando un vestido rosado, lo oye también; parece incómoda y se mueve ligeramente en su asiento. No la reconozco. Debe ir a una de las otras Escuelas Secundarias de nuestra Ciudad.

Miro a escondidas otra vez a Miki, pero hay demasiadas personas en el camino y no puedo verlo. Otras chicas toman sus turnos poniéndose de pie. La pantalla se ilumina para cada una de ellas. Nadie más tiene una pantalla oscura. Soy la única.

Antes de irnos, la anfitriona del Banquete de Parejas nos pide a Miki, a mí y a nuestras familias que nos hagamos a un lado para hablar con ella.

—Esta es una situación inusual —dice, pero se corrige inmediatamente—. No inusual. Perdón. Es simplemente poco común. —Nos sonríe a ambos—. Dado que ya se conocen entre sí, las cosas procederán de manera diferente para ustedes. Saben mucho de la información inicial del otro —Hace un gesto hacia nuestras cajas plateadas—. Hay unas nuevas pautas de Cortejo incluidas en sus microtarjetas, por lo que deberían leerlas cuando tengan oportunidad.

JuntasWhere stories live. Discover now