Arthea

Capítulo 1

11 de septiembre de 1920

Me adentro en el bosque que todos saben que está lleno de muchas leyendas, las cuales poseen siempre algo terrorífico en ellas, corriendo continúo sin dirección, solo sé que debo alejar a la bestia que perturba a todos los aldeanos de este reino, tengo órdenes de no matarlo, solo alejarlo lo más que pueda; tengo el presentimiento de que esta bestia es en realidad un ser humano, que nació con esta maldición. No sé su género, pero sé que sea lo que sea que haya hecho que esta bestia venga a este lugar, es por algo o alguien mucho más grande que él.

Siento como mis piernas piden descanso, no oigo más al animal, siento que me alejé mucho de esta o que se dió cuenta que planeaba llevarlo lejos de acá, lentamente voy dejando de correr, sin dejar de estar alerta, oigo como las hojas vuelan en este viento de otoño, veo como a unos cortos pasos de mí hay un pequeño lago, donde quizá pueda tomar agua y descansar. Me acerco de manera relajada, pensando que tal vez que la bestia decidió irse, cuando me acerco al lago, siento un viento frío pasar detrás de m. Volteando lentamente, sintiendo miedo dentro, descubro que no hay nada, decido voltear de nuevo hacia el lago para beber agua, hasta que frente a mí, hay un enorme animal, negro, más alto que una casa, con dientes muy largos y afilados, sobresalen de su boca dos colmillos. Comienzo a retroceder, con mis piernas totalmente temblorosas, tropiezo y caigo de espaldas sobre un puñado de hojas.

El animal se acerca lentamente.

- ¿De dónde eres? - me atrevo a hablar. - Estoy seguro de que no eres de este lugar, sea lo que sea que desees tomar, acá no está. - digo con voz temblorosa.

La bestia termina de acercarse a mí, y llega a mí un olor nauseabundo, levanta una de sus patas delanteras, y rasga mi camisa, al rasgar mi camisa, rasga levemente mi piel, salen pequeños brotes de sangre.

-No planeo matarte- dice una voz en mi mente- quiero que hagas algo para mí- termina de decir.

- ¿Fuiste tú quién habló en mi mente? - digo alarmado- ¿Qué quieres de mí?

Asiente con su cabeza. Se aleja hasta quedar varios pasos lejos de mí.

- Quiero que me jures lealtad y seas quién me informe durante todo este tiempo quién gobierna en Arthea-dice nuevamente en mi cabeza, su voz es muy gruesa y algo rasposa.

- ¿Paraqué desea saber eso? - digo tratando de levantarme. Se acerca de nuevo a mí, indicándome así que no tengo permiso de levantarme.

- Mis motivos a ti no te conciernen- dice de manera severa- Si no juras ser leal a mí ahora, juro que te condenaré a ser comida de los lobos esta noche. - al terminar de decirme esto, veo como su cuerpo va dejando de ser peludo, y pasar poco a poco a tener los rasgos de alguien humano.

No encuentro las palabras para decirle que haré lo que sea, con tal de no morir hoy en garras de lobos, siento mi cuerpo estremecerse por el sonido del quebrar de huesos, ver como su cuerpo cobra en sí, uno similar de un hombre; es alto, tez morena, cabello rojizo, no sé distinguir sus ojos, pero presiento que son color negro, es alto, muy alto, le calculo mas de metro noventa, se ve como si hubiese tenido mucho ejercicio. Camina de manera lenta hacia mí, está totalmente desnudo, y parece no importarle, me toma del cabello y me insta a ponerme en pie.

-No me maltrates- digo en susurro. -  Haré lo que quieras, por favor no me mates. - le suplico.

Me suelta de manera abrupta, y se da media vuelta, veo como va detrás de un árbol, del miedo me quedo estático, oigo como se mueve detrás del árbol, vuelve a salir, veo que nuevamente es aquel mosntruo horrible.

- Quiero que me consigas al heredero del sexto reinado.- dice para luego comenzar a correr.

Caigo en tierra, miro hacia el cielo, contemplando lo oscuro que se ve, pienso en que, me he metido en algo quizá demasiado turbio.