Todos sus pensamientos comenzaron a enfocarse en el alfa, imaginando su rostro al verlo vestido tan formal y, según palabras de la mujer mayor, tan bello como lo fue su querida madre. Teniendo la ligera esperanza de que su destinado con verlo, comenzara a notarle y se enamorara de él.

"No, no debo pensar así" se dijo así mismo "es mi destinado, sin duda alguna terminará amándome".

Respiro profundamente alejando aquellos pensamientos tan negativos y centrándose nuevamente, escuchando un segundo después un par de golpes en la puerta, de donde emergió una joven de la servidumbre una vez la dieron el permiso de hacerlo.

– ¿Qué sucede? – pregunto regresando a verla.

– Líder Jin – haciendo una suave reverencia mientras le sonreía – vine a informarle tal como solicito, los representantes de clan Lan han llegado.

– ¿Sabes quiénes acudieron? – preguntó con algo de nerviosismo pero que oculto perfectamente.

– Entre los recién llegados está el Líder del clan Lan, Hanguang–Jun, el maestro Wei y dos jóvenes discípulos que siempre los acompañan.

"Seguramente son Sizhui y Jingyi" pensó apretando con fuerza sus manos que mantenía ocultas debajo de su túnica.

– ¿Amo Jin? – pregunto al ver el silencio de su líder.

– No, nada – respondió saliendo de sus pensamientos y negando con un ademan de su mano – en seguida iré a recibirlos.

La joven asintió y tras una reverencia salió de la habitación.

Por su parte, Jin Ling se contempló unos instantes más en el espejo, respiro profundamente y se giró sobre sus talones, emprendiendo el camino hacia donde los recién llegados le esperaban.

Con cuidado tomo la mano que su esposo le ofrecía para salir de la barca que lo transportaba, respirando profundamente el aire de Torre Koi y feliz de finalmente volver a aquel sitio tras lo sucedido hacía más de tres meses

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Con cuidado tomo la mano que su esposo le ofrecía para salir de la barca que lo transportaba, respirando profundamente el aire de Torre Koi y feliz de finalmente volver a aquel sitio tras lo sucedido hacía más de tres meses.

Viajar de aquella forma nunca fue su predilecta, sobre todo cuando podía volar por los cielos mientras se aferraba al cuerpo de su esposo pero, debido a su estado, la sanadora había sido muy estricta en ese punto. No podía viajar sobre una espada hasta tres meses después de dar a luz por lo que, habían hecho todos los preparativos para que el viaje en barca fuera lo más cómodo posible.

Algo que agradecía ya que la mayor parte del mismo se la pasó dormido en brazos de su esposo, siendo arrullado por la marea que mecía la barca.

– No entiendo por qué no usaron sus espadas para volar hasta aquí – dijo el omega dirigiéndose hacia su cuñado e hijo – Lan Zhan me hubiese hecho compañía durante todo el viaje – dibujando una suave sonrisa – se hubiesen evitado el aburrido paseo que dimos en barca.

– Maestro Wei, ¿Por qué piensa de esa forma? – pregunto Xichen con un sonrisa.

– ¿Cómo que por qué?, usualmente un cultivador viaja en su espada por lo que, intuí que viajar como una persona común les resultaría aburrido... Yo lo hice.

Lazos de Sangre |Completo|En Edición|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora