Cian: Lo que él quiere decir, es que te acompañamos —agrega sonriente.

     Eleonora suspira y acepta la petición. Los tres se introducen en el camino por donde se oye el sonido, y apenas cruzan un par de árboles, se topan con algo que les toma por sorpresa: Un alto caballo de tonalidades claras y de largo cabello plateado, llevando altivo en su frente tres pequeños cuernos blancos y enfilados de forma vertical uno al lado del otro. La ángel deja escapar un chillido, aterrada. El animal capta el ruido y ve con sus ojos oscuros al equipo. Es entonces que instintivamente se echa a correr, hasta perderles de vista.

Cian: ¿Qué fue eso...? —pregunta con sus manos temblorosas.

Eleonora: Es un tricornio. Poseen tres cuernos y son mas raros, veloces y fuertes que un caballo corriente.

Cian: ¡¿Enserio?! —grita espantada con aquella descripción—. Se ve un poco peligroso..

Rumshum: Suena a un buen animal para cazar —comenta apuntando con su ballesta.

Eleonora: No tenemos que molestarlo, eso sería peligroso. Mejor sigamos hasta encontrar la salida del bosqu..

Cian: ¡Hey, por allá! —interrumpe.

     En la dirección donde apunta el dedo de Cian, ven una abertura de árboles, y más en el fondo, un camino de piedras. Los tres se miran entre sí y optan por investigar.

     Llegando hacia el otro lado, se topan con una aldea brillante. Las casas se ven construidas con madera y barro, teniendo forma circular. Sobre el camino, se encuentran nuevamente al mismo tricornio, siendo acicalado por una delgada mujer pálida y cabello platinado: una sílfide. Cerca de ella, la acompañan lo que parecen ser sus amigas, de igual aspecto y suma belleza, riéndose dulcemente mientras extienden sus anchas alas de tonalidades verdes y plateadas, casi imperceptibles a la vista.

Eleonora: ¿Sílfides?, creí que ellas rondaban por Sidrik —inquiere confundida.

Rumshum: ¿Qué clase de seres son?

Eleonora: Son mujeres que dominan el elemento del aire. Mi padre me contó que Sidrik estaba repleto de ellas por las constantes ventiscas que encuentras por allá.

Rumshum: Quizás simplemente querían cambiar de aires —responde a modo de broma.

Ninguna de las dos chicas se ríen.

Cian: ¿Cómo se llama este pueblo, Eleonora?

Eleonora: Pues, viéndolo bien, éste lugar no aparece en el mapa. Pero parece que aquí es territorio de caballos, unicornios, tricornios... y todos sus derivados.

Cian: Creo que me dan un poco de miedo...

Eleonora: ...¿Por qué?

Rumshum: <<¿En qué me metí...?>> —piensa llevándose una mano a su frente, agobiado.

Cian: No lo sé. Son como caballos, pero tienen un cuerno, o dos, y ahora me entero que existen hasta de tres.. —explica en una expresión horrorizada—. ¡Eso es ESPANTOSO! -finaliza y nota la expresión de Rumshum, para acto seguido golpearle el brazo—. ¡Hey!, ¡hablo enserio, no hagas esas caras!

Rumshum: Solo no quiero perder tiempo... —responde—. Algo me inquieta desde hace rato. Si nuestras armas fueron bendecidas, ¿Por qué Favio no recibió casi nada de daño? —pregunta cambiando de tema.

Eleonora: No tengo ni la menor idea, algo nos faltó...

Cian: ¿Fuerza interior? —sugiere.

Eleonora: No, seguramente hay otra cosa que se nos está escapando de las manos.

Fuerzas Opuestas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora