Capítulo 5 (El suplicio del pasado)

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—No te preocupes, Akane-chan, yo te apoyo. —habló Azumi, tomando de los hombros a su mejor amiga mientras todavía caminaban hacia la cafetería—. No importa que te guste leer porno de animales, mi amor por ti es el mismo.

—¡QUE NO LEO PORNO DE ANIMALES!

El primer descanso del día transcurrió tranquilo. Mucho más tranquilo de lo que Hikaru pensó que sería. Ahora recordaba la diferencia entre su propio grupo de amigos y el de Nendo; sus compañeros de clases eran gente tranquila, que les gustaba mantenerse apartada de todos haciendo sus locuras a su propia manera.

De forma disimulada, la joven posó su mirada en aquellos chicos de segundo año que tanto se esforzaron por ganar su amistad.

"Ahora que lo noto, Saiki es bastante popular entre ellos. Literalmente todos lo rodean como si fuesen abejas en un panal." Pensó Hikaru, observando al psíquico robarse la total atención de Nendo, Aren, Kaido, Teruhashi y Yumehara. "Yo me pregunto... ¿cómo puede ser que le den tanta atención? El teñido apenas habla, ¿qué tiene de interesante?"

—Oye, Hikaru. ¿Qué tal te va con tus amigos de segundo año? —cuestionó Kaito, dándole un sorbo a su botella de agua.

Kaito, siendo el padre del grupo (sobreprotector con sus amigos y responsable con sus tareas) había notado la extraña mirada que su amiga le estaba dando a los chicos de segundo año. Nishimura y él eran más cercanos que los demás, debido a que Kaito fue el que tomó la iniciativa de hablarle a ella e integrarla a su grupo. Ambos tenían una relación bastante especial e íntima.

—Oh, sí. El grupito con los que nos has reemplazado. Que horrible de tu parte, Hikaru. —acotó Azumi, fingiendo una mueca de ofensa.

La mencionada puso los ojos en blanco ante las preguntas recibida. Había pasado un mes y medio desde que entabló una especie de amistad con el grupo de Nendo.

—Bien, supongo.

—¿Te gusta alguno? —Akane parpadeó esperanzada.

A Hikaru se le hizo un nudo en el estómago e imágenes del pasado le vinieron a la cabeza. Frunció el ceño y negó, lo último que quería en estos momentos era estar en algo serio con alguien. La herida todavía no sanaba por completo.

—No. —dijo secamente, desviando la mirada.

—Deja de preguntas estúpidas, Akane-chan. A Hikaru-chan le gustan mayores a ella, no menores. —bromeó Azumi, mirando divertido a la última mencionada.

"¿Siguen con eso? Por Dios, ya supérenlo. Solamente dije que mi vecino de 32 años me parecía atractivo, nada más." La azabache no pudo evitar sonreír ante el recuerdo.

—¡Pero tiene que fijarse en los de su edad! No puede ir por ahí siendo madrastra por doquier. —reprochó Akane, quien realmente se veía preocupada por la vida amorosa de su mejor amiga.

Hikaru se rió internamente. La pelirroja en serio creía que iría tras su vecino de treinta años, con dos hijos y con diez años de casado.

—Akane, por Dios. Hikaru solo hace bromas, no está enamorada del vecino.

"Gracias, Kaito. Por eso me atraes." Pensó Hikaru, mirando a su amigo.

Sí. Por alguna extraña razón que desconocía, Hikaru había desarrollado unos raros sentimientos hacia el de pelo negro. No eran fuertes, pero era obvio que algo en su interior estaba floreciendo por él.

—De todas formas, debo admitir sería interesante ver a Hikaru-chan con uno de ellos. —habló Azumi, dándole una mirada sugestiva a la mencionada—. Ella les robaría la inocencia en un dos por tres. Digo, es la más experimentada de todos nosotros, ¿no, Hikaru-chan?

Con sabor a azúcar. Where stories live. Discover now