Armando una fogata, Cian se sienta en el suelo y ve una fila de hormigas avanzar en fila

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

     Armando una fogata, Cian se sienta en el suelo y ve una fila de hormigas avanzar en fila. Una de ellas se desvía y sube a uno de sus dedos, la cual observa con detenimiento. Ya estaba anocheciendo y tenían un par de latas de pescado abiertas, listas para calentar en el fuego.

Cian: Entonces, a lo que iba. Debemos practicar.

Rumshum: ¿Cómo ser aplastados? —pregunta encendiendo el fuego con un par de ramas—. Dudo que podamos ganarle.

Cian: Estoy segura de que sí podemos, solo no nos hemos preparado lo suficiente —insiste dejando el insecto a un lado—. No nos dejemos llevar tanto por lo que sucedió.

Eleonora: Vamos a entrenar...y a volvernos más fuertes.

Rumshum: Esto es una misión suicida -sentencia logrando un par de chispas, colocando las ramas sobre la fogata para incentivar el fuego-. Pero es mejor a que esperar ver la Gran Ciudad destruirse, y no haber hecho nada al respecto. Esta casa me costó un mar de ahorros.

     Las pequeñas llamas se intensifican sobre las ramas agrupadas, rodeándolos de un reconfortante calor, a medida que el sol cae del cielo. El humano pone en una olla profunda los pescados triturados y la coloca sobre la fogata, esperando a que estén cocidos. No había sido el mejor día de sus vidas, y la falta de ideas les carcomía, así que se encontraban lo suficientemente cansados como para no buscar temas de conversación. Pasan ocho minutos en claro silencio, hasta que uno de ellos decide seguir hablando:

Cian: Estoy segura de que los tres tenemos una fuerza increíble que aún desconocemos. Seguro que tarde o temprano saldrá de nosotros y seremos igual de fuertes que él.

Rumshum: Cian, ¿Eres capaz de arriesgar tu vida?

Cian: Mi única misión aquí es eliminar a los demonios —admite—. Preferiría morir intentando asesinarle, que hacerlo por una atrocidad que cause en alguna ciudad, o algo de las tantas cosas que parece haber hecho. Y sería horrible para mí morir en mi propia comodidad, más si estoy comiendo conejo asado —termina sus palabras con algo de preocupación, al imaginarse aquella escena en su mente.

Rumshum: ¿Por qué precisamente comiendo conejo asado...?

Cian: Creo que a nadie le gustaría morir disfrutando de su comida favorita —responde encogiéndose de hombros.

     <<Mi única misión aquí es eliminar a los demonios>> es la frase que se graba en la cabeza de Eleonora, y le estremece, existiendo aquel secreto que solo ella y en cierta parte Rumshum saben. Con algo más de valentía, pregunta:

Eleonora: ¿Y Dios te ha encargado eso?

Cian: ¿Eh?

Eleonora: Me refiero, si aquella misión te la ha encomendado Dios. O es...algún tipo de meta personal.

Cian: ¡Ah!, bueno...en realidad...

Rumshum: ¿Dios no existe? —interrumpe.

Eleonora: Si no existiera, ella tampoco existiría, idiota.

Fuerzas Opuestas.Where stories live. Discover now