Eso hubiera querido hacer, pero todavía no tenía la confianza para hacerlo.

Ese día había hecho aseo, había organizado la ropa que tenía junto con la ropa que le había conseguido Gina. Se preparó unos bocadillos e hizo el almuerzo. Mientras se bañaba, pudo ver su reflejo en el espejo. Estaba segura que en lo que llevaba ahí, había subido dos kilos. Ya que sólo comía y estaba en la casa. Sabía que le hacían falta, pero sospechaba que muy pronto ganaría otros kilos demás.

También se pintó las uñas y lavó su cabello con un tratamiento que encontró. Cuando terminó, dejó su cabello al aire libre. Estaba vestida con una túnica tradicional Wayúu y sandalias.

El resto de la tarde se quedó viendo televisión. Estaba nerviosa. Hasta sacó la memoria USB dónde tenía todas las pruebas.

Cuando llevo la noche estaba impaciente. El teléfono sonó a las 6:30 de la tarde. Anahí contestó enseguida.

—Hola.

Ann, soy Gina. Lo siento por hacerte esperar, pero tengo mucho trabajo. Me demoro una hora más, después estaba pensando en ir al bar para que comiéramos algo.

—Sí, lo podríamos hacer. También necesito hablar contigo.

Claro. Entonces nos vemos dentro de una hora.

Y colgó.

En ese momento estaba muy ansiosa. Decidió prepararse un sándwich. Cuando lo comió, lavó todo lo que había utilizado y se sentó. Sólo le quedaba esperar. Y de pronto una explosión se escuchó seguido de lo que, indudablemente, eran disparos.

El sonido del teléfono la hizo saltar del sofá. Corrió para contestarlo.

Anahí, escúchame. —Era su prima—. Están atacando La Reserva. Necesito que bajes al sótano que te mostré antes y vayas a la pared que tiene el armario. Ese armario da la entrada a un cuarto de pánico, métete ahí apenas cuelgues.

—¿Qué está pasando? ¿Quiénes son?

No lo sé, acaban de pasar las vallas por la parte sur. Dos equipos de Especies salieron a su encuentro. Haz lo que te digo. Yo estoy segura en el edificio, pero me preocupas tú.

—No te preocupes por mí, yo...

¡Ve! —Gina colgó.

Anahí colgó el teléfono y miró el piso. Ella sabía que ese ataque no era a las Especies, como todos creían, eran hombres estaban buscándola a ella por lo que sabía.

Actuó automáticamente.

Subió a su habitación y buscó en su zapato. Saco la pequeña navaja que le habían regalado en una tribu musulmana. Era hueso de León con un metal muy filoso que ellos utilizaban para cazar. Ella no lo había llegado a utilizar, pero parecía que hoy iba a ser la primera vez.

Escribió en un papel y cogió la USB, y las metió en el congelador. Esperaba que, si su prima la encontraba y a ella le pasará algo, pudiera hacer algo útil con esa información. En ese momento se arrepintió de no haberle dicho el verdadero motivo de su visita.

Salió de la cabaña. Toda estaba completamente calmado. No hay nadie a la vista. Entonces recordó el bosque. No podía dejar que la atraparán. Ya la habían secuestrado una vez y aunque fueron sólo dos semanas, tenía dos cicatrices que se lo recordaban todo el tiempo.

Empezó a correr en dirección al bosque. En ese momento lamentó haber comido tanto, el aire le estaba faltando. Unos minutos después, cuando ya había entrado al bosque, escucho una ráfaga de disparos lejana.

Hyperion. Nuevas Especies #3Where stories live. Discover now