capítulo I

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Era la sexta o séptima puerta que abría sin encontrara nada, debía darse prisa si no quería morir en el mismo instante en el que alguien la encontrase. Era la tercera y última  mansión de la lista a la que se infiltraba y aún no encontraba lo que buscaba. Ya había revisado todas las habitaciones de la primera y segunda planta asique solo le quedaba el de la planta de abajo y el sótano y con cada paso rogaba por que al abrir la puerta estuviese su hija del otro lado.

Con este día ya se cumplían seis meses desde que la perdió, desde que se la arrebataron y no se iba ha quedar con los brazos cruzados a que gente incompetente con una placa le dijesen lo que tenía que hacer. Encontraría a su hija y a los malditos que se atrevieron ha hacer esto y los haría pagar.

En esta planta tampoco había encontrado nada, y sin esperar ni un segundo más se aventuró hacia el sótano en busca de su pequeña. Una......dos...tres....cuatro...cinco, aquí tampoco había nada. El Alma se le cayó al piso al ver otra habitación vacía, las pistas se le estaban terminando, cada vez que encontraba algo llegaba a una calle sin salida y volvía al principio pero no podía rendirse, su pequeña estará esperando a por ella.

-no es hora de rendirse- se dijo a sí misma para seguir adelante. Cuando llego a las escaleras se quedó estática cuando escucho un pequeño gemido, había sido tan bajo que por un segundo pensó que se lo había imaginado, estaba por dar un paso cuando volvió a escuchar algo, cadenas pensó cuando escucho el inaudible tintineo. No había sido su imaginación, había alguien ahí abajo, sus sentidos cobraron vida detectando un lúgubre olor provenir de un pequeño sendero oculto debajo de las escaleras. No podía ver nada pero esa no fue una razón suficiente para detenerla, cuando sus ojos se adaptaron a la oscuridad pudo ver al fondo un una puerta lúgubre que tenía un tacto pegajoso y asqueroso que empujó con cautela y tempr por lo que podía encontrar.

Nunca había detestado a su propia raza como lo estaba haciendo. Una jaula pensó asqueada, como podía ser una persona tan cruel para llegar al extremo de encerrar a tan hermoso ser pribandole de su libertad. Allí en el fondo de la jaula se encontraba una pequeña mujer gruñendole, estaba protegiendo algo o......alguien.

La pequeña hembra no entendía lo que estaba pasando, no había visto nunca a aquella mujer y sabía que no era uno de los residentes de ese lugar, ella había entrado con cautela y no gritando insultos y que era hora de domesticar al animal. Detestaba y temía  a esos monstruos.

Delia no se movió ni un paso, dejando que la pequeña criatura la estudiase y viese que no era peligrosa, solo quería ayudarla, liberar esos hermosos y grandes ojos que la miraban con cautela,temor y rabia.

-Tranquila, solo quiero ayudarte, no vine ha hacerte daño.

La pequeña hembra no respondió, permaneció en guardia observando. No se daría el lujo que volvieran a lastimarlos, no se dejaría engañar por esa mujer, había aprendido de la peor forma en no confiar en la bondad de los demás, había lastimado a quien tenía que protejer, le habían golpeado y hecho cosas horribles justo frente a la jaula para que ella mirase sin poder hacer nada, todavía recordaba los gritos de ayuda y lo inútil que se sentía al no haber podido hacer nada, solo mirar y suplicar que parasen causando más risas y burlas de parte de los espectadores. Había aprendido la lección.

No paro de gruñir en ningún momento y lo hizo con mayor ferocidad pegándose incluso más a la esquina procurando no aplastar a quien estaba situado detrás suyo cuando la figura situada dio un pequeño paso en dirección hacia la jaula.

Delia dio un pequeño paso hacia la jaula, le enfadaba el hecho de estuviesen encerrados , solo quería sacarlo de ahí y llevárselos a un lugar seguro. La pequeña no paró de gruñir. Tanteo la cerradura.

Pego un pequeño salto al escuchar un clic provenir de la cerradura logrando asustar a su pequeño asustado. Ya no se sentía tan valiente al ver que no había nada que les separase del peligro.

Se detuvo en seco al ver temblar a la pequeña figura. Ya no veía valor y ferocidad en esos hermosos ojo, ahora solo había miedo y temor. Era como ver a dos pequeños animalitos asustados intentando escapar de su agresor.

-pequeña, no vengo a lastimarte- dijo con voz suplicante para que dejase de temblar -te voy ha sacar de aquí, no tengas miedo de mi- dijo mientras se ponía de cuclillas y extendía su mano para que aceptase su ayuda.

La pequeña hembra poco a poco dejo de temblar y extendió su mano al ver que la mujer no la estaba engañando, y suplicando que esta no fuera otra trampa que terminase lastimado a quien más quería.

Delia vio que la pequeña se iba levantando poco a poco y sin dejar de mirarla extendió una mano a la persona que estaba oculta detrás suyo, parecía de la misma complexión física que la que estaba parada, vio que igual se levantó con precaución pero a diferencia de la otra no paraba de temblar y se mantenía oculta en todo momento procurando no ser visto. Cuando ya estaba totalmente en pie pudo ver su cara por una milésima fracción de segundos, se sorprendió tanto que no pudo apartar la vista. Si creía que la pequeña que la miraba fijamente a sus ojos era el ser más hermoso estaba muy equivocado, la pequeña situada detrás suyo si lo era, por lo poco que pudo ver, observó aquella belleza delicada, era tan hermoso que no sabía ni como describirlo, una belleza inocente que ha sufrido a causa de la maldad humana y la miró con tanto temor.
Un instinto que había creído perder volvió a surgir en su ser. Un instinto de protección, un instinto de madre mayor que el que había sentido con sus hijas le gritaba que tenía que protegerlo y cuidarlo de cualquier daño.
Estas pequeñas también necesitaban de su protección y no las iba ha dejas desamparadas.

La pequeña hembra y su compañero seguían muy de cerca a la mujer que los sacaría de esta pesadilla. Ambos instalaron de sorpresa al ver tantas cosas al salir de ese sitio oscuro donde habían sido encerrados. Los nuevos olores los invadieron  y la felicidad los llenaba por cada poro de su cuerpo.

Delia avanzaba con cautela y temor de ser atacados y miedo de que estas pequeñas criaturas le temieron al ver algunos de todos los hombres a los que había matado pero eso no pasó. La seguían sin dudar y con cada cadáver que pasaban temblaban pero no se alejaban de su lado. Tenían que salir lo más rápido posible de ese sitio, no se arriesgaría que alguno pudiese salir herido. Se dirigió directamente al coche que tenía escondido muy cerca. Soltó un gran suspiro al ver que ya estaban a salvo.

Había encontrado otra pista, los malditos que habían secuestrado a su hija eran unos monstruos que merecían pagar de la peor forma. Algo en si misma, su Alma tuvo un poco de tranquilidad al ver a dos figuritas abrazándose en la parte trasera de su coche. Ellos no erar iguales a las personas, su complexión física era similar pero ellos..........no eran del todo humanos, había algo diferente, algo único y hermoso y si había más de ellos hacia lo que fuese por encontrarlos y ayudarlos , encontraría a su hija y haría pagar a los responsables de todo esto se prometió.

En la parte trasera del coche, la pequeña figura que había estado escondida todo el tiempo, levantó su cabecita y le dedicó una pequeña sonrisita a su salvadora y miraba todo con curiosidad, observando el mundo con sus tiernos, hermosos e inocentes ojos.

Beast(Nuevas especies #1)Where stories live. Discover now