Capítulo cuarenta y siete: La iglesia del sexo.

Începe de la început
                                    

Eliza, con rostro triunfante, dice—: Un verdadero mago nunca revela sus secretos.

Pongo los ojos en blanco instantáneamente—. No te pongas a decir mierdas y responde —la amenazo con mi mirada, ésta solo se encoge un poco.

Me empuja con poca fuerza y en su mirada puedo ver como le gustaría clavar sus uñas en mis pupilas, pero no lo hace gracias a que Lillai la toma por la muñeca. Y eso que tiempo atrás querías que te cogiera y probablemente aún lo quieras—. ¡Bien! Suéltame —se zafa—. Ayer por la noche Drako estaba oliendo la arena y me miraba con insistencia, así que las arranqué del suelo y las guardé. No se los dije antes porque estaban muy ocupados charlando —nos mira, a ambos, con intriga. Un picor por saber sobre nuestras conversaciones privadas le recorre el semblante, yo permanezco de manos cruzadas observándola con aburrimiento.

—Pues ahora no solo tengo que seguir desarrollando mi magia, también debo de comenzar a investigar las propiedades que tienen estas plantas y en que nos pueden ayudar.

(...)

Tres meses después...

—Creo que los perdimos de vista... —Eliza cae con fuerza sobre el suelo, levantando polvo con su repentino movimiento. La arena llega a mis ojos, aparto mi mirada con molestia y limpio la suciedad que me previene de ver con claridad. Lillai llega a mi lado y se sostiene de mi cuerpo para que el de ella no colapse como el de su retardada hermana. La bruja se gira rápidamente y con su magia levanta una pila de madera para bloquear la puerta. Eliza abre su boca llena de mierda por segunda vez—: Si no hubiera sido por mí estaríamos muertos.

Lillai mueve con rapidez la cabeza hacia ella y yo comienzo a sentir como la vena en mi cuello comienza a palpitar con ímpetu, cuando decido que es mi turno para hablar Lillai presiona levemente mi brazo—. Eliza... Hermana ¿Qué dices? —suelta aire por su boca y la mira con sorpresa. No me impresiona su repentino cambio de humor, nuestra escapada fue culpa de la idiota de Eliza y su estúpida manera de meter su nariz en donde no la llaman.

La hermana menor aparta un mechón de su cabello y nos mira a ambos con cara de pocos amigos—. ¿Qué? —reclama—. No me mires así —se coloca de pie torpemente—. Leander ha sido el que quebró todos los jarrones de la tienda, no yo —señala a Lillai con su dedo índice, ésta sigue creyéndose su madre y ya es hora de que conozca su lugar—. Se muy bien con tu mirada que me estas culpando a mí —da un paso al frente y su ceño se frunce con más fuerza, mostrando arrugas—. ¡AH PUES CLARO! —grita—. ¿¡Cómo se me ha podido olvidar que siempre estás del lado del demente!? Maldita sea Lillai soy tu hermana —su rostro se torna rojo por la furia—. ¡No ha sido mi culpa! —antes de que Eliza pueda jalarle el cabello blanquecino a su hermana, ella la paraliza en el acto con su magia.

—Eliza no te atrevas —ya no duda en defenderse de una injusticia, la del cabello negro agranda los ojos cuando ve que su hermana por fin tiene las agallas suficientes para defenderse—. Si no hubieras estado viendo cómo esa pareja peleaba por cosas insignificantes no hubieras empujado a Leander y si lo recuerdo muy bien solo los veías porque pensabas que el chico estaba apuesto —suspira—. Ya está, es la tercera vez en la semana que tenemos que escapar de esta manera —se aleja de nosotros y se acerca a la pared—. Y te recuerdo que cuando siempre causamos estos alborotos dejamos pistas para que nos encuentren con más facilidad —levanta la tela de su vestido roto dejando expuesta la piel de sus piernas—. Y cuando saben que la bruja está presente siempre van a atacarme solo a mí —limpia el rastro de sangre y sana la herida con sus manos, la luz brillante desaparece con rapidez. Lillai continúa sanando su piel, la de sus piernas y brazos, ésta vez nos han atacado con flechas; era un pueblo de arqueros al parecer. Eleva uno de sus dedos y con poco esfuerzo logra que Eliza deje de parecer una estatua, me hubiera parecido de maravilla si se hubiera quedado como estaba.

La Magia En Ella [#1]✔️Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum