Poesía 1

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He aquí la persona culposa de su dolencia

Muriendo la serpiente con su propio veneno

Aquí yace el más cruel infortunio

Quien todavía respire aunque no deba

Su cuerpo algún día ha de parar

Su corazón dejará de latir

Su memoria ha de desaparecer

No importa, porque habría de hacerlo

Lo que no sirve se elimina

El que es escoria debe morir

En cambio la hierba fértil ha de sobrevivir

Ha de florecer y vivir

Dejadla en paz a la peste negra

Dejadla morir que no ha de importar

Su sufrimiento en silencio se hallará

Su dolencia no ha de percatarse

Silencio, no debes hablar

Calla, que tus propias palabras te atormentaran

Morirá feliz la peste, su rostro se ablandara

Su alma encarcelada de ese cuerpo podrido se liberará

Soltarla ahora que duerme

Ahora que cierra sus ojos

Ahora que no los abrirá jamás

No porque no puede

Sino porque ya no querrá

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