Había tardado tanto en darme cuenta en que ella era todo lo que necesitaba para ser completamente feliz, no solo en pequeños momentos encerrados en nuestras habitaciones.

Y estaba claro que no iba a dejarla ir tan fácil, al menos no antes de intentar todo lo que estaba en mis manos para que me perdonara y aceptara irse a vivir conmigo aun así fuera en otro planeta.

Baje de la ventana mientras me recordaba que hubiera sido más fácil subir una roca conmigo para romper el vidrio y camine en dirección a la entrada principal rezando para que Margot Johnson no hiciera más difícil mi día.

Pero cuando llegue a la entrada algo en mi se rompió un poco al ver un par de paramédicos entrando al lugar apurados.

No.

Corrí hacía el interior de ésta sintiendo como todo en mí se paraliza lentamente.

— Joven Asher, ¿qué hace aquí? — preguntó una de las mujeres del servicio que durante años habían cuidado de mi Jade.

— ¿Qué pasó? — pregunte — ¿Dónde está Jade? ¿Le pasó algo malo?

— Señor... Ella se marchó. — respondió mientras una lágrima solitaria bajaba por su mejilla — La señora sufrió un ataque de pánico cuando encontró esta carta, al parecer la niña Jade decidió huir. —

Esto era una maldita broma.

La señora de mediana edad sacó de su mandil un pedazo de papel y me lo entregó.

Mis ojos pasaban una y otra, y otra vez cada palabra escrita por ella sin poder creer que aquello era verdad. Necesitaba ser mentira.

Guarde el papel en mi bolsillo y corrí escaleras arriba, en dirección a su cuarto el cual lucía completamente normal y después baje a los cuartos de invitados esperando que dentro de uno estuviera ella partiéndose de la risa al ver mi cara.

Pero no lo estaba, solo era yo frente a un espejo con las lágrimas al borde de mis ojos y mis manos temblando mientras comprendía la realidad del asunto cada vez más.

Se había ido.


— Asher. — la voz de mi padre captó mi atención apenas di un paso dentro de la casa.

— Papá ahora no, por favor. — respondí en voz baja mientras caminaba en dirección a mi habitación.

No podía pensar en algo que no fuera Jade, quería poder decir que había ignorado por completo el calor de su cuerpo, su aroma y la forma en la que ambos parecíamos saber exactamente qué hacer al abrazarnos pero no podía, ni por todo el dolor que sentía en aquellos momentos al enterarme de que mi Jade en realidad no era una mujer la cual había encontrado su familia feliz, sino un viuda con un hijo.

Sé que era lo menos apropiado pero así era la vida; demasiada inapropiada a veces.

— Lo siento pero ayer respete todo tu dolor, hoy necesito que seas un hombre y afrontes la realidad de una vez. — respondió con severidad — Así que vamos al despacho a hablar. —

— Papá, sé que quieres enseñarme sobre responsabilidad y esas cosas pero ahora mismo necesito un tiempo para entender todo lo que sucede. — dije cansado, era como si aquella pequeña charla que había tenido con Jade había agotado cualquier gota de energía que había en mi cuerpo.

— La vida no espera Asher y ese niño tampoco, así que vamos al despacho.

Y sin más me tomó del hombro en un gesto autoritario antes de obligarme a avanzar por los pasillos de la casa hasta que llegamos a su despacho.

RAMÉ ✔️Where stories live. Discover now