f o r t y t h r e e

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—Pero Julie, en Londres tienes a tu abuelita Amelia —. Trató de calmarla Virginia acariciándole el cabello.

—Yo los quiero conmigo, a los tres.

—Volveremos a vernos pronto.

—¿Cuánto tiempo es pronto, abuelita Ginnie?

Los adultos compartieron miradas expectantes de una respuesta; fue Joe quien rompió silencio con una esperanzadora propuesta.

—¿Por qué no vienen para el cumpleaños de Juliette?

—¡Suena increíble!

—¿Tío Rami y tía Lucy también vendrán?

—¿Crees que me perdería el cumpleaños de mi sobrina favorita?

—Los estaremos esperando; así tía Lucy podrá conocer a Musa y tío Rami conocerá a mi tío Mike.

—Déjalo en Mike solamente; Julie... —murmuró Rami con falso rostro de molestia.

—Pero no puedo, él es hermano de papá Ben; es mi tío de verdad.

Lucy no se esforzó en reprimir una risa burlesca. —¿Escucharon eso? Juliette acaba de echarles en cara que Michael es más tío de ella que Rami y Gwilym juntos.

—¡Julie! ¿Y todo lo que hicimos Gwilym y yo en estas vacaciones? ¿Y todo lo que vivimos ayer?

—¿Qué pasó ayer? —preguntó el abuelo Joseph.

—Gwilym y Rami se llevaron a la niña de paseo y estuvieron compitiendo en quien era el mejor tío.

—Para que llegara Mike de la nada y tumbara todo nuestro trabajo —. Reclamó Gwilym con gracia picoteando las costillas de la niña haciéndola reír.

En el vuelo de regreso Joe descansó su cabeza en el hombro de Benjamin; sus ojos se posaron en Juliette dormitando en las piernas de Gwilym mientras Amelia le limpia el resto de lágrimas del rostro. Sonrió. Se acurrucó al cuello de Benjamin murmurando un menta provocando una corta risa en su novio; este lo besó constante en la frente y rodeó sus hombros con su brazo tratando de mantenerlo estable. Se sentía jodidamente bien. Ocho meses atrás Joe y Juliette dejaron Estados Unidos con la sensación de ser arrancados de su familia y hogar; ahora ellos se iban dejando una parte de su familia en ese país mientras su otro hogar los esperaba en Londres.











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Benjamin bostezó y se recargó en uno de los pilares tallando sus ojos. Gwilym llevaba al menos veinte minutos tratando de escoger el color de los manteles para la fiesta de cumpleaños de Juliette. La trabajadora del negocio de renta de muebles estaba siendo increíblemente paciente y Ben le daba puntos extra por no perder esa amable sonrisa pues si ya era difícil lidiar con alguien tan perfeccionista con ciertas cosas como Gwil, lo era el doble si le sumamos la presencia de Rami por videollamada desde Estados Unidos.

Luces en el balcón || BenHardy x JoeMazzelloWhere stories live. Discover now